El gran ‘beat’ comercial
David Guetta vuelve a llenar el Estadio de Fútbol de San Pedro con una fórmula tan repetida como exitosa. El DJ y productor francés repite un verano más ante 12.000 fans en Marbella con un estilo musical que se consolida en la provincia
Iván Gelibter
Domingo, 2 de agosto 2015, 13:55
Hace tan solo unos años y no demasiados, la música electrónica en España, y más concretamente en Andalucía, era una opción ciertamente minoritaria. Es cierto ... que no faltaban grandes nombres de la escena internacional, especialmente en verano, pero estos recitales solían atraer a un público muy concreto ajeno a las grandes multitudes y estadios. Sin embargo, eventos como el de Los Álamos Beach Fest, celebrado hace tan solo dos semanas, son la mejor prueba de como todo esto ha cambiado.
El sábado por la noche era el turno del segundo gran espectáculo de esta índole en la provincia, y David Guetta vino a confirmar una tendencia que apunta a las grandes fiestas de electrónica como eventos con amplia aceptación de seguidores. Sin embargo, Guetta o los casos de Dimitri Vegas o Nicky Romero, presentes en Los Álamos es solo un pequeño matiz de lo que significa la música electrónica; un paralelismo entre el pop comercial enfrentado al indie que nunca se puede oír en las radios de más audiencias. De ahí subyace esta relación del éxito de venta de entradas con las críticas que los grandes entendidos de la cronología de la electrónica presentan ante este tipo de DJs. Para ellos la música ha dejado de jugar el rol exclusivo en los shows. El sábado, como ya lo hiciera el año pasado, David Guetta tomó el micrófono en varias ocasiones para ensalzar al público, pero en realidad solo era una excusa para alimentar el ego de unas producciones que se fijan más en lo que puede llegar a vender el nombre que en la calidad de los beats que traen a escena.
De esa sesión de casi dos horas hay varias conclusiones evidentes. Sin darnos cuenta, el DJ francés ha llenado los imaginarios más recientes de estos ritmos comerciales; prácticamente es el alfa y la omega de todo lo mainstream, un paradigma de manual para entender las nuevas tribus urbanas musicales. Un éxito de cifras imposible de discutir, claro está, pero al tiempo con cierta dejadez en el estudio de la electrónica, dejando como únicas influencias su propia carrera y la imitación nadie sabe quién fue el primero de unos iguales con los que suele compartir escenario en festivales, y cuyo mayor exponente es el TomorrowLand.
Desde el primer beat, en torno a la 1.10 de la mañana, Guetta fue planteando un éxito seguido de otro. Entre ellos caían algunos de sus clásicos más celebres, reconocidos temas de otros artistas o grandes producciones de su recientemente estrenado álbum, Listen. Hits como When Love Takes Over o Titanium, versiones del Shot Me Down, Seven Nation Army o Dont Let Me Go, que se cruzaban uno encima del otro con éxitos de Bingo Players o Dimitri Vegas & Like Mike. De su reciente trabajo, además, se oyeron temas como su colaboración con Sam Smith y Sam Martin, Dangerous, o What I Did For Love con las voces de Emeli Sandé.
Pese a este ritmo frenético de éxitos, Guetta, en su recreación personal, bajaba el volumen en cada estribillo que colocaba a sus fans, algo que, sorprendentemente, todos agradecían coreándolos sin descanso, acercándose más a un concierto al uso que a una sesión de música electrónica. Esta quizá es la prueba más evidente de que estamos ante un fenómeno musical reciente que, aunque se ha clasificado dentro de la electrónica, poco o nada comparte con la esencia de lo que fue en todo esto en un principio. Exquisiteces aparte, la producción de Marbella World DJs, promotora del evento, fue todo un acierto. No es sencillo meter a 12.000 personas en un mismo lugar, máxime cuando para ello hay que arriesgar y plantar megatrones, fuego y serpentina para que el envoltorio sea de diez.
12 horas más tarde de que el primer beat sonora en el Estadio de Fútbol de San Pedro, y tras apagar su mesa de mezclas Steve Angello segundo cabeza de cartel del evento, las conclusiones que se sacaban eran muy similares a las planteadas en el inicio. Nadie hablaba de la calidad de las sesiones, pero sí de los «temazos» que habían estado sonando. Quizá fueran solo 40 o 45 temas en total, remendados de manera distinta según el DJ, pero ninguno de los que pagó 50 euros salió de allí con mala cara. Porque Guetta es, fuera de crítica, el gran beat comercial.
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