La Academia de San Telmo se renueva para intentar recuperar su activismo cultural y ciudadano
La institución abre ciclo con una nueva junta directiva presidida por José Manuel Cabra de Luna
María Eugenia Merelo
Viernes, 20 de febrero 2015, 11:05
Mirar al presente y al futuro y dejar de mirar sólo para atrás. La frase podría ser el eslogan de los nuevos tiempos y aires ... que corren en la Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, una institución fundada en 1849 que tiene como objetivo la difusión y el fomento de las Bellas Artes en Málaga y su provincia. Como otras instituciones académicas decimonónicas, la asociación que vio la luz en tiempos de Isabel II, ha perdido peso y protagonismo en una ciudad que se ha transformado y reinventado a una velocidad de vértigo. Ahora, nuevos aires soplan en la casa académica, que abre ciclo con una nueva junta directiva presidida por el abogado y artista José Manuel Cabra de Luna, que se ha marcado como meta la renovación y la recuperación del activismo cultural y ciudadano en «un momento que vive la ciudad y en el que hay muchas cosas que decir».
La renovación en la asociación se viene gestando desde hace meses, pero se aceleró a finales de enero, cuando los miembros de la anterior junta directiva cesaron en su cargo. Manuel del Campo renunció por razones personales a la presidencia de la asociación. Con él que en 2006 tomó el relevo del anterior presidente, el poeta Alfonso Canales cesaba el resto de la ejecutiva que había designado, integrada por Pepe Bornoy (vicepresidente 1º y director del anuario), María Victoria Atencia (vicepresidenta 2ª), José Antonio del Cañizo (vicepresidente 3º), Francisco Cabrera (secretario) y Elías de Mateo (tesorero). De esta manera, en enero se cerraba una etapa en la que la institución registró las dos únicas dimisiones de académicos a lo largo de su historia: la del arquitecto Salvador Moreno Peralta y la del pintor Enrique Brinkmann.
Las elecciones para la renovación se celebraron ayer en la sede de la Sociedad Económicas de Amigos del País y el resultado avaló ampliamente la candidatura encabezada por Cabra de Luna, en la que le acompañan Rosario Camacho, Ángel Asenjo, Francisco Carrillo, Elías de Mateo, Mari Pepa Lara, Javier Boned y Marion Reder. De un censo de 34 académicos, 26 ejercieron su derecho al voto. El escrutinio dio como resultado 21 votos a favor, 4 en contra y una abstención. Nada más conocerse los resultados, el nuevo presidente de la Academia de San Telmo, manifestó que el principal objetivo de la nueva etapa será «reducir al máximo la actividad de tipo administrativo y recuperar la presencia social a través de la participación en los debates ciudadanos». «Académico no tiene por qué ser un términos denostativo», añadió Cabra de Luna, quien apuntó que la academia debe estar presente en un «momento de crecimiento y actividad cultural tan importante como el que ahora está viviendo Málaga».
Novedades
El nuevo presidente está dispuesto a ponerse de inmediato manos a la obra para que la institución de carpetazo a sesiones excesivamente burocráticas y se recuperen «encuentros con contenido científico, en los que los académicos expongan sus temas». «Sesiones con rigor intelectual, científico y académico, en el mejor sentido de la palabra», añadió.
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Preparando la vuelta a casa
Asimismo, Cabra de Luna anunció algunas novedades como la creación de una sección de literatura -que se sumará a las de pintura, arquitectura, escultura, música y poesía- y la creación de dos plazas para contenidos audiovisuales. Con este propósito se modificarán los estatutos para ampliar de 34 a 38 el número de académicos. Asimismo, se crearán grupos de trabajo dedicados, entre otras cuestiones, a la relación entre arquitectura y ciudad y se limitará el mandato presidencial a cinco años. Para intentar animar la situación económica de la academia «intentaremos que el mecenazgo funcione en cosas concretas», declaró.
Por último, insistió en la importancia de que la academia recupere su implicación social y cultural «porque en una sociedad compleja, la cultura no es un aditamento, un adorno del espíritu, sino una manera de estar en la vida, una manera de afrontarla desde la libertad, desde el respeto y desde la tolerancia».
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