El sello de los diseñadores del Pompidou Málaga

Hace algunos meses, en medio de una sala de exposiciones vacía como metáfora y consecuencia de los recortes presupuestarios, el Museo Picasso Málaga organizaba un seminario sobre el futuro de la cultura, de la ciudad y de los propios museos. En una de las primeras sesiones salió a la palestra un asunto que se antoja esencial en el futuro no sólo de los centros de arte, sino de todas las instituciones culturales: la necesidad de cambiar las visitas por «experiencias».

En ese giro copernicano juega un papel esencial la manera de presentar los proyectos, la escenografía de las exposiciones, la museografía, por emplear el término especializado. Un diseño que llevará la firma de El Taller de Gráfica y Comunicación en el caso del Centro Pompidou Málaga.

Tal y como adelantó ayer SUR, el estudio madrileño elabora la propuesta por la que se ha decantado la mesa de contratación del Ayuntamiento de Málaga. El director y fundador de El Taller de Gráfica y Comunicación, Juan Alberto García de Cubas, prefirió ayer no realizar declaraciones hasta que el Ayuntamiento haga oficial la resolución del concurso para la museografía del Pompidou malagueño.

En el Cubo desembarcarán en las próximas semanas los especialistas de El Taller y llegarán precedidos por la fama de un notable conjuntos de propuestas marcadas por la sobriedad en el montaje y una cuidada combinación de materiales y colores para acompañar las obras de arte.

Uno de los diseños más espectaculares llevados a cabo por El Taller de Gráfica y Comunicación pudo verse en la exposición El Hermitage en el Prado, celebrada hace dos años en la pinacoteca madrileña y que ofreció un recorrido por las colecciones de la institución rusa a través de un conjunto de 120 piezas.

El rojo, el amarillo y el gris azulado fueron cediendo protagonismo en la decoración de las salas a medida que el visitante avanzaba por el montaje. Y justo en el Museo del Prado encuentra El Taller uno de sus principales escaparates. Ahí ha brindado el diseño de grandes proyectos como la retrospectiva dedicada a Joaquín Sorolla en 2009, la muestra Entre dioses y hombres estrenada ese mismo año o la impresionante El retrato español en El Prado (2005-2007) dentro del programa itinerante de la institución madrileña, que ha llevado la firma de El Taller hasta Shangái con De Tiziano a Goya, que estuvo acompañada de una campaña de divulgación por tierra, mar y aire.

México, Ginebra, Montevideo y Dresde figuran en el itinerario internacional del estudio madrileño, que brinda un perfil distinto en Lo Otro y Música en Vena. El primero ofrece la dirección artística de proyectos musicales en torno al piano, mientras que el segundo intenta llevar una sonrisa a enfermos oncológicos y sus familiares. Y para eso sí que hace falta tener arte.