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Emilio Sánchez, Teodoro León Gross, Manuel Alcántara, Agustín Rivera y Pablo Aranda.
Alcántara: "Retirarse a tiempo es difícil y los boxeadores no suelen hacerlo"

Alcántara: "Retirarse a tiempo es difícil y los boxeadores no suelen hacerlo"

El poeta y articulista revive los grandes asaltos de sus crónicas pugilísticas junto a Teodoro León Gross y Agustín Rivera

Francisco Griñán

Jueves, 12 de junio 2014, 00:30

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Fue una velada de esas irrepetibles. Con sus combates dialécticos que fueron calentado el ambiente y preparando el asalto final del campeón, del maestro. Al que todos querían ver y, sobre todo, oír. Por ello, al escritor Pablo Aranda, el editor Emilio Sánchez, el periodista Agustín Rivera y el columnista Teodoro León Gross se ajustaron los los guantes para soltar los primeros golpes de un combate en el que revivieron la izquierda de Urtain, el talento de Perico Fernández, el rastro sonado del sensei Furuyama o la dinamita de Cassius Clay. De todos ellos y de algunos más también se acordó anoche Manuel Alcántara cuando se subió al cuadrilátero de la presentación del libro La edad de oro del boxeo, que recopila quince asaltos de leyenda que vivió y (re)escribió el poeta y articulista de SUR durante su etapa en Marca en los años 60 y 70. Con la distancia y el saber que le da su «estudio sobre los sonados», Alcántara reconoció que «retirarse a tiempo de cualquier cosa es muy difícil y los boxeadores no suelen hacerlo».

Con su reconocible habilidad para viajar del pasado al presente y soltar un golpe de acreditado articulista, el escritor orilló con su reflexión en la actualidad política: «Irse a tiempo es tan difícil como quedarse, que es lo que ha hecho Susana (Díaz)». Los numerosos asistentes ayer a la presentación en el Aula de Cultura de SUR de La edad de oro del boxeo disfrutaron de un Manuel Alcántara excelentemente entrenado que se quejó de la cadera, ya que «desde la rotura, lo que más me fallan son la piernas, pero el hígado me ha salido de gran rendimiento». Tanto como su rápida mente, su envidiable memoria y su entretenido discurso, aunque confesó que no se consideraba un gran orador, todo lo contrario de Mohamed Alí, al que admiró tanto por su facilidad de palabra en las ruedas de prensa y de golpear entre las cuerdas del ring.

Alcántara consideró que «el boxeo en España siempre ha sido muy limpio», pero que se enturbió con la llegada «de las apuestas». Además hizo una confesión: «El boxeo no me gusta, sino que me apasiona». Una pasión por la que siente respeto. «Por eso lo paso mal cuando veo un combate desigual», reconoció el poeta y articulista de SUR que manifestó su «reproche moral por los que se divierten» en los combates. Y aunque la épica, la fuerza y la determinación son valores que han hecho grandes a muchos púgiles, Alcántara es de los que piensa que el boxeo no es un deporte porque todos salen a derribar al contrario. Por ello, sentenció ayer que «cada boxeador tiene un cupo de golpes y yo me retiré cuando vi morir a un chico en referencia a Juan Rubio Melero dos días después de un combate».

Mejor que verlo en Youtube

El acto celebrado en el CAC Málaga fue presentado por el director del Aula de Cultura de SUR, Pablo Aranda, y contó con la presencia de los autores del libro La edad de oro del boxeo, Teodoro León Gross y Agustín Rivera, y del editor de Libros del K.0., Emilio Sánchez. Este último aseguró que su editorial, con ese nombre, estaba «predestinada» a publicar este volumen con las crónicas de Alcántara. «Nada más que por conocerlo ha merecido la pena la locura de crear una editorial», confesó.

Por su parte, Agustín Rivera quiso dedicar el libro a tres mujeres fundamentales en la vida y la obra de Alcántara: su esposa Paula Sacristán, que coleccionó todas aquellas crónicas; su hija Lola, gran amante también del boxeo, y su nieta Marina, que a través de la Fundación del escritor facilitó el rescate de estas crónicas de la edad de oro del cuadrilátero.

Rivera confesó haber formado una «buena sociedad» con el profesor de la Universidad de Málaga y colega Teodoro León Gross, que recomendó el libro «para gourmets del género llamado crónica» porque los textos del articulista malagueño son «literatura mayor». «Leer un combate visto por Alcántara es mejor que verlo en un vídeo de Youtube», sentenció.

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