Del taller al circuito: MART acelera hacia la competición en la Formula Student

«MART es mucho más que construir un coche. Es una experiencia formativa que trasciende las aulas, donde personas de diferentes disciplinas colaboran para un mismo sueño», afirma Lucía Gallego, ‘Team Leader’ y estudiante del Máster de Ingeniería Mecánica Avanzada. Para ella, este proyecto es una casa y una familia, un espacio donde la pasión por el automovilismo se mezcla con la dedicación académica y el esfuerzo colectivo.

El equipo se divide en dos grandes áreas: técnica y de negocio, cada una con funciones cruciales para el éxito del monoplaza. En el área técnica, cinco departamentos trabajan al unísono: chasis, para cerciorarse de que la estructura del coche garantice la seguridad y ligereza necesarias. «El equipo de aerodinámica, optimiza el flujo del aire para maximizar el rendimiento. Las áreas de suspensión y electrónica, concentran su trabajo en la conexión entre las ruedas y el vehículo, asegurando estabilidad en cada curva», explica Gallego. «Y por último el área de ‘powertrain’ es el corazón del coche eléctrico, responsable de la unidad de potencia», añade Álvaro Extremera, Director Técnico y estudiante del Máster de Ingeniería Avanzada.

En la otra cara de la moneda, el área de negocio se divide en tres departamentos esenciales: marketing, que gestiona las relaciones con patrocinadores y diseña el ‘business plan’, una prueba estática clave en la competición. «Y por otro lado, están las áreas de eventos y comunicación que organizan actividades para difundir el proyecto y se encargan de la imagen del equipo», afirma la ‘Team leader’.

El camino hacia la Formula Student es largo y exigente. El ciclo de la temporada comienza con meses de diseño, seguidos por una fase intensa de fabricación, y culmina con pruebas dinámicas y estáticas que desafían cada componente del monoplaza. «Este año es especial porque nos enfocamos al 100% en el coche eléctrico. Es un reto más complejo, pero también una oportunidad de crecimiento impresionante», comenta Extremera. «Superviso los cinco departamentos técnicos, asegurándome de que cada pieza funcione como un engranaje perfecto».

En la competición, el coche debe superar inspecciones técnicas rigurosas antes de enfrentarse a pruebas dinámicas como aceleración, maniobrabilidad en forma de ocho y una exigente carrera de resistencia de 22 kilómetros. «Todo está en juego. Cada detalle cuenta y el tiempo de reacción ante imprevistos es crucial», explica Francisco Postigo, encargado de la seguridad de la batería y miembro del departamento de electrónica.

Para los miembros de MART, este proyecto trasciende la mera construcción de un monoplaza. «Es parte de nuestra vida. Nos quita horas de sueño, pero nos regala experiencias únicas», señala Víctor Gavira, responsable del ensamblaje de las ruedas y la dinámica del vehículo y estudiante del mismo máster que sus compañeros.

El equipo se prepara para competir en circuitos legendarios como Montmeló en Barcelona (España) y Assen en Países Bajos, donde se enfrentarán a equipos de todo el mundo. La competencia más dura, sin duda, es Alemania. «Allí nos medimos con equipos que tienen presupuestos millonarios, pero la pasión y el esfuerzo no se compran», asegura Gallego con determinación.

MART es un reflejo de la colaboración y el esfuerzo colectivo. «A veces parece imposible, pero siempre seguimos adelante. No nos rendimos porque cada obstáculo es una oportunidad para aprender y mejorar», Gallego. Con el rugido silencioso de su motor eléctrico y el latido incesante de sus integrantes, MART UMA está listo para acelerar hacia el futuro y dejar su huella en la Formula Student.