Paula 'LaFoodie', la tiktoker malagueña que revoluciona las redes en el ámbito gastronómico

Cuando Paula Fernández (o Paula 'LaFoodie'), estudiante de Psicología en la UMA, comenzó a grabar vídeos con su móvil, no imaginaba que terminaría siendo invitada a comer por restaurantes que agradecían que sus mesas estuvieran a rebosar gracias a ella. «Ese día que me llamaron para invitarme pegué un grito en mi casa, no me lo podía creer», recuerda entre risas.

A sus 21 años, y con apenas tres meses para graduarse, esta malagueña es muy conocida entre los jóvenes por su contenido gastronómico en redes. En TikTok sus vídeos acumulan miles de visitas. Pero su historia no es solo de éxito virtual, sino también de constancia y equilibrio. Desde las aulas de la UMA, donde cursa el último año de Psicología, hasta los restaurantes que descubre con la cámara en mano, Fernández ha sabido compaginar dos mundos que parecen antagónicos: los estudios y las redes sociales. «Las redes no sé cuánto van a durar, pero la psicología es mi pasión. Si quieres algo en la vida, tienes que luchar por ello», afirma con determinación.

Su historia comenzó con un móvil y un anhelo adolescente de ser 'youtuber'. Pero fue en 2022, tras grabar por casualidad su visita a un restaurante con su familia, cuando todo explotó. «El vídeo era malísimo, pero se hizo viral, y el restaurante me llamó porque estaban llenos gracias a mí», narra aún sorprendida. Ese punto de inflexión le hizo entender que su pasión por la comida podía ser más que un placer personal: podía conectar con la gente.

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Lo suyo es el realismo sin filtros. «Yo no hago críticas, yo cuento como si le dijera a mi amiga: 'Niña, esto está buenísimo, ve a comértelo'», dice sobre el sello que la distingue. En un universo digital donde el postureo y las colaboraciones pagadas marcan la pauta, Paula defiende la naturalidad: «Si voy a un sitio y no me gusta, no lo subo. La esencia de mi cuenta es la honestidad». El mundo gastronómico cuenta con muchas opiniones, tanto de expertos, como de amantes de la comida, pero lo importante es mostrar con cada bocado, plano y secuencia ese producto que, a través de la pantalla haga sentir al espectador que se está comiendo él mismo el plato.

Como en psicología, en el mundo de la edición de los vídeos gastronómicos hay confidencialidad, ya que cada uno tiene un estilo que los hace únicos. «Me gusta jugar con los planos. Acercar la comida y que la gente vea de qué está hecho y que lleva el plato y sobre todo que vean mis expresiones, porque con ello lo digo todo». Es cierto, que en la mayoría de ocasiones el contenido menos editado y más espontáneo es el que más llega. Pero son aquellos vídeos con voz en off y con horas de edición, donde más se encuentra la esencia de esta estudiante.

Desde Málaga, ciudad que aún lucha por hacerse un hueco en el mapa de los grandes 'influencers' frente a Madrid o Barcelona, Fernández reivindica el valor del sur. «Nos infravaloran, pero lo que a algunos les parece un defecto, como nuestro acento o salero, es precisamente lo que gusta a la gente». Mostrar los bares de Teatinos con productos malagueños, que los estudiantes frecuentan cada día, es algo que la distingue entre otros creadores y que hace que su contenido llegue más al público joven.

Mientras sueña con abrir su propio restaurante de comida casera – «unas patatas bravas en condiciones, unas croquetas bien hechas» –, Fernández no pierde de vista su vocación de psicóloga. A futuro, espera compaginar ambos mundos, porque para ella, lo virtual y lo real son piezas de un mismo plato: la vida que quiere saborear.