La UMA y su apuesta por la inclusión de las personas con discapacidad
El Título Propio de Técnico Auxiliar en Entornos Culturales ofrece formación en este campo para facilitar su inserción laboral
Isabel Cisneros
Martes, 6 de febrero 2024, 11:35
Cuando se habla de personas con discapacidad desde el desconocimiento se suele caer en reiterar la importancia de 'integrar' a este colectivo en la sociedad ... actual. Sin embargo, lo realmente necesario es la 'inclusión' desde la aceptación plena y equitativa de la diversidad. Esto lo consigue la Universidad de Málaga, con su granito de arena, desde hace siete años consecutivos con su Título Propio de Técnico Auxiliar en Entornos Culturales para personas con discapacidad intelectual.
En un mundo en el que la inserción laboral es muy complicada para esta parte de la población, que la Universidad de Málaga oferte una titulación con certificación académica es esencial porque les abre la primera puerta a ese mundo. La directora del curso, María Jesús Martínez, es también profesora titular de Historia del Arte. Junto a la profesora del departamento de Psicología Evolutiva de la Facultad de Educación, Gemma Rodríguez, surgió la idea de crear este título que, más que eso, es una oportunidad. «Gemma Rodríguez tenía la formación en inclusión porque ha estado casi 20 años en la Oficina de Atención a la Diversidad de la Universidad de Málaga y, además, es psicóloga. Yo soy historiadora del arte y llegaba al Vicerrectorado de estudiantes y no sabía qué aportar porque ahí ya existen técnicos que se encargan del día a día y pensé que tirando de contactos podíamos hacer algo bueno», cuenta María Jesús Martínez.
Este título propio es en colaboración con la Fundación ONCE. Oferta 15 plazas y no requiere formación previa. Lo único imprescindible es que tengan entre 18 y 30 años, que estén inscritos en el Sistema de Garantía Juvenil y que posean habilidades de lectoescritura. Aunque ya cuenta con siete años de trayectoria tienen que concursar todos los años para conseguir el respaldo de ONCE, ya que Martínez asegura que «la fundación les proporciona todos los medios y sin ella no sería posible cada año».
El título está dividido en tres módulos. El primero, enfocado en las habilidades sociales, lo imparten profesores de la Facultad de Psicología y la Facultad de Educación. Un segundo módulo lo llevan a cabo desde los departamentos inclusivos a nivel nacional; museos como El Prado, el museo Thyssen de Madrid y de Andorra, el Reina Sofía… «Estamos colaborando con museos y centros culturales no solo locales o nacionales, sino que hay algunos a nivel internacional como el Museo de Arte Contemporáneo de Lisboa y Fondazione Modena Arti Visive (Italia)», explica orgullosa la directora del título. María Jesús Martínez añade que el tercer módulo es el que más les gusta a los estudiantes porque se trata de talleres prácticos que realizan de la mano de artistas, galeristas, directores de museos, críticos de arte y periodistas culturales que vienen a visitarnos. En esta parte del curso es donde la directora asegura sentir «la verdadera inclusión porque tratan con personas que no están acostumbradas a estar con personas con discapacidad y aprenden ambas partes».
Uno de los puntos clave para esa inclusión es, además, la participación activa de los 15 alumnos del curso en los espacios de la Facultad de Educación. La cafetería y la biblioteca, junto a otras zonas comunes, son el espacio en el que conviven con los alumnos de grado y máster.
María Jesús Martínez asegura que no pierden el vínculo con los estudiantes cuando acaba el curso, que los siguen llamando para actividades y que no se suelen desligar a no ser que encuentren un trabajo. El contacto con el mundo laboral se consigue desde el Título Propio de Técnico Auxiliar en Entornos Culturales porque los estudiantes realizan prácticas en empresas, en espacios culturales. «Si alguno es de un pueblo se busca que hagan esas prácticas allí para que lo tengan más accesible y después obtienen la certificación de ese trabajo que han realizado. Tenemos antiguos alumnos que a día de hoy están trabajando en el CAC, en el Teatro Cánovas o, incluso, otras empresas que no tienen nada que ver con el arte porque esa experiencia les ha abierto las puertas de otros sectores y les ha dado la confianza suficiente para enfrentarse a eso», relata Martínez.
La UMA, pionera
La Universidad de Málaga tiene la suerte de poder decir que es pionera en la creación de un título con estas características y esto ha hecho que se hagan eco de su alcance hasta en la Exposición Universal de Dubai, en México o Gran Bretaña.
La segunda pata de este curso y, además, psicopedagoga, Gemma Rodríguez, detalla algunas de las características que tiene trabajar con personas con discapacidad intelectual: «No van a llegar tarde nunca, ni te van a fallar. Las empresas o no se fían o todavía les hace falta ver más de cerca el potencial que tienen. Tienen actitud y muchas ganas de aprender y de trabajar. La Fundación ONCE nos aporta datos de inserción laboral a nivel nacional y aún son muy bajitos, aunque es verdad que cada año las cifras son más altas».
Rodríguez lamenta que aunque las empresas tienen la obligación de tener a personas con discapacidad en su plantilla, el porcentaje establecido es mínimo y no se difiere el tipo de discapacidad, por lo que, las empresas privadas suelen contratar a personas que entran en este colectivo, pero con discapacidad física. «Si las empresas no apuestan por ellos nunca van a ver realmente su potencial», añade la psicopedagoga. Esta certificación de la Universidad de Málaga es lo que les ayuda a la mediación con las empresas porque «piensan que tienen ciertas capacidades», comenta Rodríguez.
Aunque es evidente el carácter positivo de esta inserción en su vida laboral, esto también deriva en, como explica Gemma Rodríguez, «satisfacción personal y sentimiento de utilidad porque se sienten incluidos en la sociedad». Rodríguez es profesora en el grado de Educación Primaria y hace hincapié en que a los alumnos de grado «se les habla de inclusión, pero no la ven. Por eso hicimos un taller conjunto y aprendieron y disfrutaron muchísimo».
Aprender a tratar con personas con discapacidad es un proceso que no se aprende de hoy para mañana. Gemma Rodríguez recuerda cuando empezó y afirma que «había muchas situaciones que le hacían sentir pena, pero que con el tiempo empezó a ver a la persona y no a la discapacidad que le acompaña y eso ya te da una visión más objetiva». Cuando el curso escolar finaliza, estos estudiantes tienen la oportunidad de realizar unas prácticas en una empresa externa relacionada con el mundo de la cultura y del arte, lo que resulta una oportunidad para todos los alumnos en su vida profesional y personal.
Datos en Andalucía
Según los datos publicados por la Junta de Andalucía, el número de personas en edad laboral con discapacidad en el año 2022 era de 380.700 en Andalucía (un 0,5% más que en 2021). Este colectivo representaba un 6,8% de la población de 16 a 64 años, del cual un 57,8% eran hombres y un 42,2% mujeres.
La tasa de actividad de las personas con discapacidad en Andalucía ha pasado del 29,9% en 2021 al 29,7% en 2022, disminuyendo la distancia con la tasa de actividad de las no discapacitadas ya que en 2021 era del 74,4% y en 2022, se situaba en el 74,1%. Por sexo, la tasa de actividad de los hombres con discapacidad era del 30,3% y la de las mujeres del 28,8%.El 20,1% de la población con discapacidad en Andalucía era ocupada, frente al 27,8% en España, disminuyendo dicho porcentaje respecto a 2021 en 0,2 puntos porcentuales. Para los hombres la tasa de empleo era del 21,1% y para las mujeres del 18,8%, por lo que subió 0,2 en el sexo femenino.
«Tengo ganas de trabajar, no de quedarme en casa»

A unos meses de haber empezado el curso, Carlos Aguilera tiene claro que es una de las mejores experiencias de su vida y asegura que su gusto por el arte le viene de familia.
–¿Por qué eligió este curso?
–Me encantan los museos, la cultura y todo lo que tenga que ver con el arte. Me viene por parte de mi padre, que tiene una amiga que se dedica a estas cosas y he crecido en este entorno.
–¿Qué le aporta este curso?
–Hacemos manualidades, talleres y muchas actividades diferentes. Además, lo más importante es que nos atienden y nos distraemos.
–Cuando acabe el curso, a lo mejor se queda en alguna empresa trabajando, ¿tiene ganas de llegar a ese punto?
–Claro, al acabar las prácticas nos podemos quedar en alguna empresa. Yo tengo muchísimas ganas porque no quiero quedarme en casa, quiero salir, divertirme, hacer cosas nuevas y trabajar. Málaga tiene muchas opciones culturales y es una oportunidad para trabajar como Técnico Auxiliar en Entornos Culturales.
«Hacen todo lo posible para que aprendas y disfrutes»

Para Esther Xueqing, de 21 años hacer manualidades y relacionarse con otras personas son dos de sus pasiones. En este título propio de Técnico Auxiliar en Entornos Culturales está haciendo eso y muchas cosas más.
–¿Qué es lo que más destaca de estar en la Universidad de Málaga realizando este curso?
–Me encanta estar aquí porque he conocido a muchas personas nuevas con las que hablo y hago muchas cosas. Estar en la Universidad es una cosa totalmente diferente porque es un sitio muy grande con personas que están apoyándote todos los días y que hacen todo lo posible para que aprendas y disfrutes. Estoy muy contenta.
–Ha hecho alguna actividad junto a los alumnos de Educación Primaria, ¿cómo fue?
–Yo estaba bastante nerviosa porque no sabía cómo iba a estar con personas de otro curso, pero estuvo muy bien. Trabajamos todos juntos y nos sentimos todos iguales.
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