El pleonasmo implantado en una exposición con «mucho texto»

«En la carrera ya hacía mucho cómic», explica la artista señalando su TFG convertido en libro. Esta muestra es un conjunto de todo lo que ha ido creando durante los últimos años. Sus primeras obras fueron en formato tradicional, aunque el máster le afianzó una nueva perspectiva esférica como la producción de objetos físicos que pudiesen ser expuestos. «Me he divertido mucho pensando en cómo organizar el espacio, ya que muchas de las creaciones han sido diseñadas para este espacio», asegura.

Tras el grado en Bellas Artes y un Máster en Producción Artística Interdisciplinar, la chica de los pendientes de margaritas se ha adentrado en el ámbito del cómic expandido, experimentando todas las posibilidades que ofrece el modelo. Una vez terminado el curso, la artífice echó la convocatoria para presentar su exposición en este espacio, al igual que para ser una de los cuatro artistas residentes de posgrado que se ofertan al año en la Universidad de Málaga. Tras ser aceptada en ambas, pudo financiar este proyecto.

La malagueña ha dado una vuelta a su vida, es tiempo de comienzos. Mudada a Benalmádena y con una hipoteca, ha tenido muchas tramas de las que tirar en sus historias. «Repito una y otra vez mi vida dentro de la obra, de cómo se hace el proyecto en sí, siendo este mismo», expresa Margarita López sobre la metanarrativa literaria que le da nombre a esta exposición. El pleonasmo implantado en la esencia de lo que se cuenta, o mayormente conocido como la repetición innecesaria de palabras con un mismo significado, le permiten a la autora tener el tiempo necesario para poner énfasis sobre cómo va a contar el relato a nivel interno. Así como el espacio por el que va a transcurrir el viaje dentro de la sala. Y por lo que el subtítulo de esta muestra 'Mucho texto' hace referencia a la masiva y redundante lectura que abarca esta exposición de arte.

Esta exposición, aunque se basa en una vida cercana a la adultez y pasando por un propósito universitario, ya ha contado con la visita de grupos escolares poniendo en valor el medio por el cual se introduce el contexto. «El texto no pone barreras a la obra», defiende López. Asimismo, sostiene la cantidad de personalidades que han decidido echarle un vistazo a la muestra: «Vino una chica que era enfermera y le había llamado la atención que hablase del crohn en un cómic», cuenta tras haber dejado un libro para que cada invitado escriba su experiencia.

¿Cómo hago un cómic que ocupe los ocho metros que tiene la pared? Es la pregunta que se hizo Margarita sobre el muro negro que sus padres le ayudaron a pintar. «Desmonté todos los cuadros que había hecho durante la carrera y les quité los bastidores, así que cuando empecé a producir esto no tenía dinero, pero sí muchos bastidores y decidí reciclarlos», describe.

Las máquinas de bolas, típicas de los bares más castizos, hacen presencia en la mitad de la sala, llevándose así parte de la atención. «En cuanto me ingresaron una beca las pedí, fue muy impulsivo pero aportan un gran sentido de la narrativa», declara López ante la tridimensionalidad que ofrece este objeto. Margarita López recrea una situación circular donde «pone en abismo el cómic»: La bola lleva dentro un mini cómic en el cual se habla de cómo se hace este mismo y aparece la máquina de la que parte. «Otra cosa que me proporciona esta figura es que el espectador pueda llevarse una reproducción convertida en recuerdo», manifiesta.

Las sillas, elaboradas por El Gaco, también conforman una parte de la percepción de esta obra. «Queríamos que la gente pudiese sentarse para leer tranquilamente y a la vez contribuyese», concluye.

Tanto los cómics infantiles como los más de adultos cuentan con un gran proceso experimental. «Se piensa que los infantiles son más básicos pero, realmente no. A mí me encanta uno que se llama 'Imbatible' y es sobre un superhéroe francés que tiene el superpoder del cómic, y juega yendo de un lado a otro a través de las viñetas», comenta la malagueña sobre la influencia de estos tebeos.

Francesc Ruiz o Paco Roca son algunos de los artistas de cómic expandido que se encuentran entre sus influencias. Aunque sin duda, el género femenino ha roto la brecha de género en este sector: «Yo no tenía tantos referentes femeninos en los 2000, pero hoy en día casi todos son mujeres, ha habido un cambio muy importante», expresa la autora, quien menciona los nombres de Kabi Nagata –una dibujante japonesa que también manifiesta su autopercepción a la hora de llegar a la edad adulta–, Natacha Bustos o Esther Cruz. «Gracias al esfuerzo que han puesto las que llegaron antes que yo, ahora tenemos la suerte de poder disfrutar un montón de cosas hechas por mujeres», sentencia López.

Según Margarita López, el ámbito de los cómics es cuestión de popularidad más que de reconocimiento. «Los que se interesan por este campo sí reconocen el tipo de arte, pero es verdad que los que nos movemos por esta área siempre somos los mismos», afirma. «Accesible», así es como define la autora este arte que acerca a todo tipo de edades a una experiencia entre lo literal y lo plástico.

«Una exposición no la hace una persona sola, hay muchísima gente detrás», pone en valor Margarita López. Al igual que agradece a las comisarias Blanca Montalvo y Delia Boyano por haberla ayudado en el montaje, la iluminación, y todo lo que conlleva un proyecto expositivo. Este se podrá visitar hasta el 9 de mayo de 9:00 a 14:30 horas y de 16 a 20:30 horas, de lunes a viernes.