UMA

Una oportunidad para que los investigadores tengan un futuro

Varias de estas becas cuentan con unos requisitos que, para muchos de los aspirantes, son difíciles de alcanzar. «Te piden notas muy altas y el acceso es limitado», afirman algunos de ellos. Con la idea de ofrecer otra nueva oportunidad a estos investigadores nacen las becas FPI, estas se conceden a grupos de investigación que se van a incorporar con contratos pre-doctorales a la UMA.

Este año se ha concedido esta beca FPI a 16 investigadores que han sido seleccionados por un buen expediente académico y currículum. Otro de los criterios que entran en juego para que se seleccione a estos investigadores es su temática de investigación. «Tiene que existir una vinculación de la persona con el grupo al que se va a incorporar, hay que comprobar que los temas que trabaja en sus investigaciones coincidan con el proyecto», explica el director de investigación Pablo Sánchez.

Fomentar la investigación dentro de la comunidad de la UMA es algo de suma importancia, y por ello desde el equipo de investigación quieren respaldar todo este tipo de iniciativas. «Sin una investigación de calidad en la universidad, no se puede generar conocimiento», confirma Sánchez.

Los universitarios que finalizan la carrera tienen la posibilidad de incorporarse al mundo laboral con un contrato de cuatro años en la UMA. Además de contar con un salario fijo, se han incorporado a un grupo de investigación con el que continuarán con sus labores. Todos los proyectos cuentan con un investigador principal, esta persona es la encargada de la dirección del trabajo, lleva el control de los horarios y de los investigadores que se incorporan. Para que puedan seguir recibiendo la beca, estos 16 investigadores, tienen que cumplir con una serie de exigencias, para que sus contratos estén justificados.

«Conforme van pasando los años tienen que presentar informes más detallados», confirma Sánchez. Tienen la oportunidad de trabajar con un gran equipo de investigadores, de impartir clases dentro de la UMA, continuar con sus investigaciones personales y, como menciona Sánchez, «se les abre un abanico de posibilidades muy amplio».

El día a día en los laboratorios se ha convertido en la principal motivación de María Luisa Carregalo.

–¿Cómo conoció la función de las becas FPI?

–Yo conocí las FPI durante mi último año de carrera porque tras hacer el trabajo de fin de grado me interesé mucho por la investigación en el laboratorio y quise saber cómo podía hacer una tesis doctoral sin depender exclusivamente de mí. Sabía que existían otro tipo de convocatorias que van asociadas al expediente puramente y no sabía si podía acceder al sistema de otra manera que me permitiese hacer lo que quería hacer. Hablando con mi tutor del TFG me informó sobre las FPI, las cuales están asociadas a proyectos. Me interesó porque en parte hay un proceso más de entrevistas en el que puedes demostrar otro tipo de de competencias, no sólo con la nota que era lo que a mí me preocupaba.

–El proyecto que planteó, ¿sobre qué trataba? ¿Cuál es su rama de investigación?

–En mi caso estoy dentro del departamento de Microbiología, en la interacción de plantas con microorganismos, principalmente microorganismos beneficiosos para la planta.

–¿Qué espera de toda esta experiencia?

–Que sea un tiempo en el que podamos formarnos como científicos y en el que podamos aprender a trabajar tanto en equipo como de manera individual, en el sentido de que aprendas a plantear tus hipótesis, desarrollar experimentos para validar esa hipótesis e interpretar resultados. Es una formación que a la vez conlleva un trabajo en el laboratorio y en el que estás aportando tu granito de arena para la sociedad, mientras que por otra parte, puedes seguir formándote, así que es bastante motivador.

–¿Qué importancia ve en que existan estas becas?

–Pues creo que puede resultar bastante motivador saber que puedes acabar haciendo ciencia e investigación en el ámbito en el que te interesa. Además que se te va a evaluar por algo más que una simple nota, entonces, realmente el sistema siempre es más competitivo, pero con esta beca puedes demostrar otro tipo de cosas.

–Y ¿se planteó, en el momento en el que empezó el grado, dedicarse a la investigación?

–Yo, en mi caso, siempre digo que cuando empiezas la carrera siempre entras con las ganas de investigar y de aportar algo; es verdad que durante el proceso de la misma empiezas a ver que las cosas solo van por nota o sientes que tú no vas a poder investigar, y eso realmente te desmotiva. Entonces, es un proceso que al principio sí quería pasar, pero después me desmotivé un poquito, pero el poder acercarme a los laboratorios gracias a los trabajos de final de grado, la verdad que para mí fue una experiencia muy motivadora y que al final acabó haciendo que me inclinara hacia el lado de la investigación. De cara al futuro me gustaría seguir este camino, y convertirme en profesora de universidad.

Federico Lozano no tiene claro que hará en el futuro, pero a día de hoy tiene varias opciones por las que seguir más adelante.

–¿Cómo conoció la labor de estas becas FPI?

–Cuando estaba haciendo el máster continué investigando y por consiguiente a veces salen muchas oportunidades para luego hacer el doctorado, pero para poder hacerlo necesitas que alguien te financie. Entre las posibilidades que tienes, una de ellas son las becas de investigación, esto es lo que hace la beca FPI.

–¿Y por qué decidió seguir por la rama de la investigación?

–Yo hice la tesis del máster en la Agencia Espacial Alemana y estuve viviendo en Múnich durante siete meses y no sabía para dónde tirar. Me quería venir a Málaga y pensé que si hacía el doctorado tienes que estar pendiente de buscar financiación y digamos que las FPI son como un seguro que te quita de estar en busca de financiación propia o buscando una empresa que te pague.

–¿Qué importancia tiene para usted que existan este tipo de ayudas?

– Por un lado, retención de talento. Porque así evitas que la gente se vaya. Y luego, por ejemplo, una cosa de las FPI que está muy bien es que financian estancias y conferencias. De esta forma también fomentan la colaboración con otras universidades, en mi caso, trabajamos con la Universidad de Dinamarca, esto permite que nos podamos ir para allá y colaborar con ellos; así se abre este puente de unión entre las dos universidades.

–Y ¿en qué se centra su proyecto?

–Nosotros trabajamos en el Instituto de Investigación en Telecomunicaciones de la Universidad de Málaga (Telma). En nuestro laboratorio somos dos becados de los 16. Llevamos ya unos meses trabajando, porque nos hemos incorporado antes, y lo que hacemos es integrar inteligencia artificial en constelaciones de satélites para que estos puedan operar de manera más autónoma y eficiente. Y bueno, aparte de la colaboración extra que hacemos con la Universidad de Dinamarca, también estamos colaborando con la Agencia Espacial Europea, tenemos varios proyectos de financiación con la Agencia Espacial Europea.

–¿Qué espera de esta experiencia? ¿Qué motivación tiene?

–Mi motivación es que me permite estar varios años formándome en un área que me me apasiona como es la inteligencia artificial y los satélites. Aparte me permite divulgar mi trabajo en diferentes partes del mundo con las conferencias y luego hacer colaboraciones con universidades buenas y con investigadores del sector.

–¿Se imaginaba, al inicio del grado, trabajar como investigador?

–Yo creo que no lo hubiera pensado. A mí siempre me ha gustado el mundo de la industria y el emprendimiento. A uno le mueve la curiosidad y si a mí me dicen que puedo estar dos o tres años aprendiendo sobre un tema que me gusta y viajar por todo el mundo, aprendiendo con otras personas, a mí la verdad que me convence. También las FPI ha hecho que yo trabaje con la Universidad de Málaga porque si no estaría buscando otra cosa, porque me quería venir a Málaga. Y con esto le dan la oportunidad no solo a los investigadores, a los jóvenes que terminan los grados.

Y yo creo que es una oportunidad fantástica, sin ella yo no estaría trabajando para ninguna empresa española ni para ninguna universidad. Entonces es una pena, porque tienes tu carrera y tu máster aquí en España y luego al final el valor que aporta a una empresa extranjera no es el mismo. Pero también a veces se buscan mejores oportunidades, pienso que tiene sentido apoyar a la universidad con este tipo de iniciativas, y así apoyar también a la industria.

–Si piensa en el futuro, ¿dónde se ve?

–Es una pregunta complicada de responder, pero me gustaría moverme por la industria. Me gustaría estar llevando algún departamento de alguna empresa tecnológica, o incluso fundar una yo. Hay muchas opciones, también proyectos que me hacen ilusión, pero por ahora creo que tengo un futuro prometedor.

Francisco Díaz trabaja ahora en un laboratorio gracias a la posibilidad que le ha brindado las becas FPI. Tiene unas aspiraciones de futuro muy prometedoras.

–¿Cómo conoció la existencia de estas becas FPI?

–Las conocí porque estaba trabajando con dos profesores en la parte de investigación. Entonces yo cuando al final de carrera me pongo a hacer el trabajo de fin de grado, conozco a Gerardo y Fran, que son dos de mis profesores con los que he hecho tanto el TFG como TFM y son con los que comienzo a trabajar de investigador en los laboratorios.

–Y, ¿ por qué se decantó por esta beca?

–Es una oportunidad muy buena de seguir aumentando mis conocimientos porque el proyecto en el que estamos está muy relacionado con la comunicación en móviles y en la utilización de inteligencia artificial para comunicaciones móviles, que es un nicho de mercado que actualmente es súper puntero y hoy en día hay también mucho trabajo relacionado con esto. Entonces me pareció una oportunidad grandísima de seguir formándome y de continuar mi formación en este ámbito. Además, yo estaba muy contento con mis tutores porque son los que me han motivado a hacer investigación. Una vez que termino el trabajo fin de máster, son los que me proponen acceder a las FPI. Por otro lado, hablando de las FPI, yo por ejemplo, creo que se requiere de muchísima burocracia y papeleo. Pero veo una oportunidad buenísima para retener, sobre todo al talento, porque la investigación es súper importante y necesaria para el futuro.

La mejor manera de invertir en la investigación es desde la administración pública como en la universidad. El proyecto en el que yo estoy es para mejorar la comunicación en móviles, lo que se conoce como la capa física, es decir, como la base de la comunicación. Me parece una oportunidad impresionante, porque es verdad que hay muchísimas empresas con las que estamos trabajando y que están apostando muchísimo por la aplicación de la inteligencia artificial.

–¿Cuándo comenzó la carrera se esperaba acabar investigando?

–En mi caso no me lo imaginaba. Comencé la carrera con el objetivo de obtener una formación y salir al mercado laboral. Aquí en la Universidad de Málaga hay muy buenos profesores, entonces estos me motivaron a tomar este camino y creo que es un campo muy bonito, aunque a veces es frustrante porque no todo sale a la primera, pero es muy bonito porque trabajas con las últimas tecnologías y aportas a la sociedad cosas nuevas que no existen y eso me llena de satisfacción, aunque la carrera del investigador es un poco frustrante, las cosas no siempre salen a la primera.

–De cara al futuro, ¿ dónde le gustaría estar?

–Una vez que complete mi doctorado, mi objetivo es buscar trabajo, salir al mercado laboral y encontrar una buena oportunidad. No sé si aquí o fuera de España, pero mi objetivo es intentar continuar en el ámbito donde estoy, porque es un ámbito que me gusta muchísimo.