La novela egipcia que nació en la UMA hace ahora veinte años
La periodista y profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Laura López Romero publica su primer libro infantil, 'El perfume de la reina egipcia', en el que se adentra en los misterios más poderosos que albergan las dunas del desierto
Anabel Niño
Martes, 21 de marzo 2023, 10:03
A pesar de que la novela 'El perfume de la reina egipcia' tan solo cuenta con poco más de dos meses de vida, lo cierto ... es que la historia que aguarda en su interior lleva gestándose en la mente de Laura López desde que era una adolescente que acababa de concluir sus estudios de COU y se disponía a entrar en la Universidad de Málaga para cursar la licenciatura de Periodismo. Desde entonces, como si de una momia en un sarcófago se tratase, casi la totalidad de este relato llevaba cogiendo polvo en una pequeña libreta que, durante la pandemia, su escritora se dedicó a rescatar de las profundidades de un cajón –como si fuese una arqueóloga– para darle un final digno más de dos décadas después.
Además, no deja de ser curioso cómo el círculo de esta novela se cierra casi en el mismo enclave donde se comenzó a gestar –aunque en distintas facultades–, la UMA. «He intentado darle un final muchas veces, sobre todo cuando pasaba el texto al ordenador y lo modificaba, pero durante la pandemia decidí que era el momento adecuado para cerrar la historia. Es la parte que quizás me ha costado más trabajo porque quería que tuviese un final que a mí me encantara», relata López, periodista y profesora de la Universidad de Málaga que por fin ve materializado esa pasión por la escritura que comenzó cuando tan solo era una niña.
Para ella, escribir es sinónimo de refugio. Un lugar en el que se adentra para poder escuchar todo aquello que sus personajes tienen que contarle, dejando así que la mente y la creatividad fluyan para luego rescatarlo y plasmarlo sobre el papel. Una actividad que lleva realizando «prácticamente toda la vida», lo que le ha llevado a conservar numerosas historias y relatos escritos durante su etapa de instituto, algunos completamente cerrados y otros tan solo con unos inicios que esperan ser continuados. «Llevo toda la vida escribiendo. Tengo mucha literatura creada, pero guardada en un cajón, y ahora, en este momento de madurez, es cuando he decidido hacer lo que me gusta, que es sacarlo de ahí, darle vida y enseñarlo», asegura.
Aunque han pasado 20 años desde que comenzó a escribir a bolígrafo la trama de esta historia, lo cierto es que Laura López tenía muy claro un aspecto completamente invariable a la hora de darle un cierre: el título de la novela debía de mantenerse, al igual que los nombres que ella misma les había asignado a los personajes años atrás. «El título lleva sin modificarse todo este tiempo y ni se me ocurrió cambiarlo, tampoco los nombres de los personajes, que son inventados y completamente ficticios», comenta. Cuando se le pregunta acerca de si en algún momento de la creación de la última parte del libro colisionó con la creatividad de la Laura del pasado, ella misma se muestra sorprendida de la claridad con la que tenía concebida la trama y los personajes. «¿Qué ha pasado durante estos 20 años? Que mi experiencia personal ha crecido y le he dado más riqueza a los personajes, sobre todo en lo que respecta a las emociones. Se han añadido y retocado cosas para que la coherencia fuese absoluta. Pero estoy muy orgullosa de la Laura de 17 años porque se ha mantenido bastante fiel a lo que soy», expresa con una sonrisa.
Cautivada por Egipto
A pesar de que recuerda nítidamente cómo fue toda esa creación durante el verano antes de entrar a la universidad y lo cautivada que se sentía por el país de las pirámides, las momias y los desiertos, lo cierto es que no llega a rememorar por qué se decantó por Egipto. Y es que, aunque la lectura y la historia le viene prácticamente de genética –su padre ha sido investigador de la Historia del Franquismo y de la Guerra Civil– la única respuesta que encuentra ante esta elección es que todo lo relacionado con la cultura milenaria egipcia y el enigma que la envuelve nos acaba atrayendo a todos, lo que favorece a que el relato sea mucho más atractivo para el lector. «Sabía que no podía ser Roma, ni Grecia ni Mesopotamia. Tenía que ser el misterio de Egipto». Esa determinación a la hora de elegir un enclave y un período histórico para contar esta historia tampoco fue fortuito, y tiene una justificación muy clara: la muerte.
Y es que para los egipcios, la muerte no era el final sino una mera interrupción temporal antes del juicio ante Osiris, dios de los muertos en la mitología egipcia, quien determinaría si el fallecido gozaría de la inmortalidad o, por el contrario, perecía para siempre. Para Laura López, esa representación histórica de la muerte era esencial para poder narrar este relato, proporcionándole mucho juego a la propia historia, ya que «el concepto de la muerte en la cultura romana y griega no es como en Egipto, donde es mucho más importante». Tanto es así que las diferentes muertes que se producen dentro de la novela –en las que no se van a profundizar para evitar posibles 'spoilers'– son, en palabras de la autora, «muy honrosas y bonitas», a pesar de ser un libro dirigido a un público más infantil. «En la mayoría de películas de Disney, que son para niños, hay muertes. El drama forma parte de la literatura, y dependiendo del tipo de lector, se aprecian unas cosas y otras. Es cierto que hay muchas muertes, pero son necesarias para crecer, y todas están justificadas y son un punto de inflexión en la historia», explica.
El público infantil, un reto
Aunque su libro está enfocado para niños con edades comprendidas entre los nueve y los catorce años, lo cierto es que la profesora de la UMA prefiere huir del encorsetamiento que le produce tener que escribir para un público en concreto, ya que su objetivo es, además de que disfruten conociendo el relato, conseguir crear sentimientos en el lector, sin importar la edad que este pueda tener. «Escribo lo que me gustaría leer y cuando lo hago, vivo emociones. Genero en mi mente la escena, la veo, la disfruto, dejo que los personajes interrelacionen y cuando esas relaciones crean en mí una emoción, la cojo y la escribo. En ese momento no estoy pensando el tipo de público y no sé si eso es bueno o malo», comenta entre risas.
Lo que sí conoce a la perfección es la dificultad que existe para que un niño abandone un dispositivo electrónico y se adentre en las profundidades de un libro, al igual que «el esfuerzo tan titánico que tienen que hacer los padres para recuperar el gusto por la lectura», especialmente en la etapa de final de Primaria y principios de Secundaria, momento en el que el niño tiende a abandonar este hábito o a reducirlo de manera considerable. «Si sacas a los niños de una pantalla tiene que ser con un libro que les cambie el chip. No puedes pedirle que lea exclusivamente porque le va a venir bien para fomentar la lectura comprensiva sino hacerle comprender que la historia le va a hacer volar. Hay que pretender que se enamore de un libro, los aprendizajes ya vendrán implícitos», puntualiza.
Planes de futuro
Y si tal vez no se decantan por abrir un libro y adentrarse en el maravilloso mundo que este puede albergar en su interior, López no se cierra a la idea de acercar la historia de Setza y Teth sobre las tablas de un teatro, una aproximación a la lectura teatralizada de algunas de las escenas del libro que ya realizó durante la presentación del libro el pasado 17 de febrero. «Escribo muchos guiones de teatro para el colegio de mis hijos, y en un futuro llevaremos este libro al teatro, lo tengo clarísimo. No sé cómo, qué parte o cómo habrá que adaptarlo, pero lo llevaremos», asegura entusiasmada. Además, no cierra la puerta a futuros proyectos que giren en torno a la aventura que iniciaron los protagonistas de la primera novela con una segunda parte, en la que tiene pensado profundizar más en la vida de Teth: «Si el libro funciona o incluso si no llegase a funcionar, estoy pensando ya en una idea para una segunda parte en la que creo que rescataremos el personaje de Teth. Quiero explorar la relación con su padre y con la madre, porque son caracteres diferentes y cómo ella va superando las diferentes etapas de su vida hasta convertirse en la persona que es», detalla.
Y aunque tiene muy claro que en la continuación de esta historia no se moverá de Egipto, su pasión por la novela histórica y hacia la materia que enseña a sus alumnos –actualmente imparte la asignatura de Historia y Modelos del Periodismo en el tercer año de este grado la empuja en cierta manera a que ese gusanillo por trabajar en un proyecto literario relacionado con esta temática siga rondando su mente. Un aspecto en el que lleva trabajando durante los últimos años, enfocando su trabajo en la memoria histórica: «Investigo tanto sobre la historia del periodismo que me gustaría preparar una novela sobre el periodismo en Málaga, acerca de los periodistas represaliados que tiene lugar en esa Málaga de la Segunda República y de la Guerra Civil. Es una oportunidad buena para dar a conocer ese periodo aunque sea novelado, pero que refleje una época que no se conoce mucho desde el punto de vista de los periodista», adelanta la autora.
Por el momento, Laura López tiene algo muy claro, y es que la escritura es un refugio en el que ella se adentra y encuentra la felicidad, convirtiendo esa expresión de las letras en un momento único en el que cuando la mente y la creatividad brotan, el disfrute viene prácticamente de la mano. Y es que, la felicidad y el disfrute, a veces, vienen en frascos muy pequeños, como ocurre con los mejores perfumes. Y a este perfume novelístico de Laura López aún le queda mucho que embriagar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión