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Nacho Carmona
Martes, 23 de mayo 2023, 10:14
La Carretera de Cádiz ha encontrado su propio altavoz por medio de Trial NIYT, una marca de ropa que grita a voces, desde las entrañas de Puerta Blanca, la idiosincrasia de todos y cada uno de los barrios que forman el código postal 29004. Poco menos de un año le ha hecho falta para ser considerada algo más que una firma textil, al menos a ojos de los chavales con los que comparte calles y rincones. Las iniciativas de Sergio Martín (Málaga, 1999), el ideólogo y creador de la marca, tienen como resultado un movimiento en plena ebullición para orgullo de quienes ven a su barrio representado en prendas de ropa y también en las redes sociales.
Recogió su título de graduado en Publicidad y Relaciones Públicas el año pasado, en 2022. Para entonces este plan estaba ya en marcha. Desde el mes de mayo trabaja en el que es su proyecto personal más ambicioso: Trial NIYT, junto a Javi Caba (@javibrooks) y Rafa Molbo (@molborafa), dos chicos con quienes funciona codo con codo para sacar adelante esta marca. Sus diseños gritan a voces, de forma sutil, cada uno de los nombres propios que forman el distrito 7: Carretera de Cádiz, en la zona oeste de Málaga. Con lemas como 'Hood Dreams' o 'Mobimento 004' y un código postal que es ya un símbolo para ellos, rescatan las ilusiones con las que la Generación Z un día soñó para resucitarlas, ahora, por medio de la tela y el diseño.
Habla de su etapa universitaria como algo feliz. Lo que ha vivido estos años se lo contará a sus hijos, por el surtido de experiencias que le ha regalado y todo lo que le ha enseñado. También rompió una lanza en favor de su carrera asegurando que le ha ayudado mucho con su proyecto, sobre todo en la parte de publicidad. Recomienda, a todo el que pueda, vivir y pasar por todo lo que rodea y engloba a la vida universitaria: «Han sido los mejores cuatro años de mi vida. He disfrutado muchísimo y he conocido a un montón de gente».
Pero todo se acaba y Sergio Martín no es una persona conformista. «No me gustaría quedarme haciendo lo mismo toda mi vida», contó sincero, con el café recién servido, desde uno de los bares con más solera de la barriada de Puerta Blanca. «Veía lo que hacían marcas extranjeras, especialmente de capitales como Londres o Berlín, y pensé que aquí en Málaga también podríamos tener algo así», explica. La idea de darle voz a la gente a través de la moda fue un objetivo originario que con los meses se ha convertido en una realidad. Así lo expresa con una sonrisa. «Me dicen que hay chavales en el instituto o paseando por la calle con chándales de Trial», cuenta feliz. Para él, ellos también son parte activa del proyecto: «La gente se siente identificada con esto».
La estética de la firma tiene matices de nostalgia para todos los enamorados del fútbol más pillo y callejero. Ese que practicaban Ronaldinho, Nazário, Tití Henry o Neymar. El fútbol-samba y el divertimento de aquellos que bailaban con el balón pegado al pie. «Yo de chico era del Madrid hasta que vi a Ronaldinho», confiesa. Inspirado en el 'Joga Bonito' de Nike o en las 'pataditas' de 'Dinho' cuando anunciaba las natillas Danet, Trial NIYT es también una especie de viaje al pasado para la generación que se enamoró de ese fútbol de época previo a la modernización. «También tengo debilidad por jugadores finos como Verratti», cuenta. En el baloncesto, Iverson; el que para él es el máximo exponente del baloncesto callejero. «La estética de la NBA es algo que me gustaría seguir algo más», contó tras mencionar a los 'Bad Boys', aquellos 'matones' que pusieron a los Estados Unidos patas arriba con el escudo de los Detroit Pistons en el pecho.
En la música tiene influencias sobre todo americanas, algo que se puede palpar con los vídeos que él mismo postea en el Instagram de la marca. «Me parece más bonita y prefiero que la persona esté atenta al vídeo y no a la letra», explica. En español, mención especial para Hoke y Cruz Cafuné, dos de sus preferidos. Y nombres como el de Delaossa y el de Easy-S por el factor 'malaguita', ese que tanto reivindica con sus prendas.
La elección del nombre le supuso un comedero de cabeza importante. Fue juntando conceptos, machacándolos y dejándolos envejecer hasta dar con su clave: «Trial por cuando jugábamos a las maquinitas. Por el 'Free Trial' que salía en los juegos, ese rollito. El NIYT significa 'Now It's Your Turn'; es decir, que si yo puedo hacerlo, tú también». Y aparte de un nombre de marca, ha conseguido un eslogan dentro de él para que la gente los identifique con facilidad. Una especie de dos en uno y un 'win-win' de manual.
«A lo mejor puede salir bien», pensó Sergio cuando empezó a plantearse seriamente lo de tirarse a la piscina con su idea. Primero se sometió a ese necesario proceso previo de formación, para construirlo en condiciones y poder hacer de su creación algo sobresaliente. «Antes de lanzarme hablé con microinfluencers que tienen marcas de ropa en Madrid. Me contaron cómo es el proceso y me formé. No quería meterme en esto a lo loco», cuenta. El pequeño colchón económico del que disponía tras unos meses trabajando fue el empujoncito que necesitaba para atreverse con el plan, que llevaba algo menos de dos años dando vueltas en su cabeza: «A mí siempre me ha gustado mucho la ropa y me veía con la capacidad de crear algo chulo. No quería que la gente solamente dijera que le gustaba lo que hacía, quería que fuese capaz de llegarles de una forma diferente y más cercana».
La cadena de producción previa al lanzamiento de sus prendas consta de dos fases o eslabones principales. Primero pide las prendas a una empresa con sede en Francia. En un lapso de dos días suele tenerlas ya en Málaga, aún sin estampar, para posteriormente llevárselas a Antonio, el dueño de 'Graffos', la empresa que se encarga de plasmar sus diseños ya en la ropa: «Antonio ya es como mi padre», comenta entre risas. «Es un máquina, me cuida un montón y lo hace muy bien. Sabe lo que queremos hacer y lo entiende. Con él he triunfado», cuenta de Antonio y sobre esta segunda y última fase del proceso.
La imagen de Trial NIYT en redes sociales tiene un factor diferencial respecto al resto de marcas: ir a cara tapada. Con influencias londinenses, los balaclavas son parte del catálogo de prendas que la firma ofrece. «Sé que esto no es Londres y aquí no se lleva. Si saco veinte camisetas, balaclavas saco cinco. Me lo suelen comprar cantantes emergentes o chavalillos jóvenes con esta estética MDLR de ahora», dice. «Mi madre me pregunta que quién se va a poner eso y yo le digo que por lo menos así vendo algo distinto», cuenta, con una sonrisa, a modo de anécdota. Intenta, con cada 'drop', lanzar siempre una prenda nueva o diferente. Tal vez, parte del éxito de la marca resida en salirse en ocasiones de lo habitual.
Al margen de la venta de ropa, ha surgido también un movimiento de barrio alrededor de la marca que cada vez más jóvenes de Puerta Blanca tienen como símbolo. Las iniciativas de Sergio y su grupo de amigos han conseguido que el componente social de Trial NIYT se antoje también fundamental. No era del todo consciente; pero ha conseguido que el nombre de su proyecto sea parte del menú de conversación de chicos y chicas del barrio en situaciones tan cotidianas como un paseo en coche un martes noche, por ejemplo.
Con el vídeo 'La Cancha', el pasado mes de noviembre, Trial NIYT puede presumir de la que ha sido su iniciativa más mediática hasta el momento. Allí estos jóvenes arreglaron y limpiaron, con su toque personal, las pistas de fútbol de Puerta Blanca en un pulso con las instituciones por el olvido en el que llevan tiempo sumidas: «La jugada nos salió redonda. Nos íbamos a Madrid a un evento y quise hacer algo diferente como carta de presentación. Tuvo más de veinte mil reproducciones, la gente habló del tema e incluso salimos en el periódico. No me gusta creérmelo, pero te diría que vamos por muy buen camino».
En Navidad también tuvieron tarea. Se vistió de Papa Noel para regalar camisetas y prendas de Trial NIYT a los niños del barrio: «Me hablaban y me daban las gracias después. Fue súper bonito». Y con solo unos días de diferencia organizaron también un torneo de baloncesto 3x3, en el Parque del Oeste, con una acogida de hasta 60 personas: «Teniendo en cuenta que los equipos eran de tres, tuvo una muy buena asistencia. Se me ocurrió porque me encanta el deporte y me encanta que la marca esté relacionada con eso. La idea era hacer comunidad y que la gente se juntase. Y si luego veían la marca, pues mejor. Había personas mirando el torneo y todo, estuvo muy chulo».
Concienciado y comprometido con los problemas y las causas sociales, todos los beneficios que sacó de uno de los diseños que lanzó fueron donados a Justalegría, una asociación para la prevención del suicidio. Así aportó su granito de arena, el que está a su alcance, en la lucha común contra uno de los problemas que más de cerca tocan a los jóvenes hoy en día.
La próxima 'bomba' que tiene preparada tendrá lugar en la sala La Nave, el próximo 12 de mayo. Allí reunirá a artistas emergentes de toda Andalucía para mostrar un talento aún desconocido. Le ha sorprendido muy gratamente que se hayan sumado también algunos de otras regiones. «Me ha hablado un montón de gente que le ha molado la idea, hasta de Madrid», desvela.
En una constante lluvia de ideas, a Martín le gusta estar siempre en funcionamiento. «Tengo planes para llevarlos a cabo en al menos dos años», confiesa ambicioso. Familiar, cercano, inquieto y siempre con ganas de tener algo en la cabeza, reflexiona sobre lo rápido que va todo: «La vida va deprisa y en cualquier momento ya no estás. A veces me infravaloro, pero creo que me tengo que dar mérito con quien soy como persona y lo que estoy consiguiendo como profesional». Puede, también, que todo el ajetreo que le supone la marca hace que eche de menos alguna de las rutinas que le han acompañado estos años atrás: «Yo he sido el Ibrahimovic del barrio porque he jugado en todos los equipos de por aquí. En el Conejito, en el Puerta Blanca… de chico era extremo, pero con los años he ido jugando cada vez más atrás», cuenta riéndose. «Cuanto más grande te haces, valoras las cosas más simples por encima de las demás. Estar con los tuyos, tomarte un café o irte de tiendas con tus amigos o tu novia. Suena cliché y un poco a anuncio de Cruzcampo, pero es verdad que la felicidad está ahí», reflexiona.
Y antes de irse y tras un café que se alargó un poco más de lo previsto, un beso al cielo de su patria chica. «Digan lo que digan, no existe ningún sitio como Málaga. Somos unos afortunados», concluye.
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