Francisco S. Fernández: «Claro que pasa que se quede un alumno dentro cuando cerramos la Facultad»
Licenciado en Biología, es personal del SICAU de la Universidad de Málaga
Adri Revilla
Martes, 12 de agosto 2025, 00:11
Va vestido de negro de pies a cabeza, con gafas a juego que, para la entrevista, decide dejar a un lado. Son las 19.30 ... horas, la tarde es no es demasiado calurosa para ser agosto en la capital de la Costa del Sol. Pide un zumo y se acomoda para las preguntas; no quiere quedarse sin palabras porque los nervios le acompañan. Francisco S. Fernández (Málaga, 1966) es licenciado por la Universidad de Málaga y, por casualidad, tras una búsqueda fallida de empleo en su sector, decidió opositar para funcionario como personal del Directorio de Información, Conserjería y Atención al Usuario (SICAU). Sin saberlo, aquella decisión le marcaría. Iba a encontrar «algo mucho más significativo que un trabajo: una pasión».
–Conserje, fotógrafo, artista... ¿Cómo fue lo de la exposición fotográfica en la Escuela de Ingenierías Industriales?
–Fue casualidad. Quería tener un detalle con la dirección de la escuela, les regalé un libro con unas fotos que había editado por curiosidad. Y coincidió que estrenaron nueva dirección... Con mi compañera María, que es mi gran apoyo, bromeábamos diciendo que a lo mejor algún día esas fotos estarían colgadas en la escuela… y mira, al final pasó. La verdad es que no tengo más pretensión que seguir haciendo fotos con el móvil y disfrutando del proceso.
–¿Qué es lo último qué ha fotografiado?
–[risas]. Ayer cuando salimos a pasear por allí mi hermana y yo, por la zona donde vivimos, me paré y le hice unas fotos a unos árboles.
–¿Qué tenían de especial?
–No sé, vi el contraste, las hojas, la luz… y me gustó. Es una zona por la que paso mucho, pero hay días que miras las cosas de otra manera.
–¿Qué hace en verano?
–Estar con la familia, no madrugar, ver pelis, acostarme tarde, ir al gimnasio… Y la playa me gusta, aunque este año todavía no he ido.
–Pues estamos a mediados de agosto.
–Sí, ya, ya… Es algo que me gusta, pero nunca le presto la atención que merece. Supongo que es porque lo tienes siempre a mano.
–¿Qué recuerdos le trae la Facultad de Ciencias?
–La universidad fue una etapa muy bonita. Haces amigos para toda la vida, compartes intereses y experiencias que te unen. Además, me iba bien con los estudios y los profesores me valoraban mucho; incluso alguna vez me propusieron colaborar en el departamento.
«Al contar que opositaría para conserje, sentí la mirada que decía: 'Vales más que eso'»
–Cuando decide opositar para conserje no es el camino que se espera tras una carrera. ¿Cómo fue la reacción de su entorno?
–Mis padres y mi hermana, que son lo que me importan, lo entendieron. Vieron que había intentado por otros lados y no salió, así que me apoyaron. Pero hubo gente que, cuando se lo contaba, me miraba con prejuicios, como diciendo 'tú vales para más que eso'. Incluso algunos daban por hecho que opositaría a conserje solo como paso previo para algo mejor.
–Si le ofrecieran un trabajo relacionado con biología, dejando de lado las oposiciones, ¿renunciaría a su vida para aceptarlo?
–No, para nada. Me queda ya para jubilarme 8 años, igual antes. Mi trabajo me gusta mucho y me aporta muchas cosas buenas. Además, es un trabajo que no te llevas a casa; una vez que sales, lo dejas allí y te espera para la siguiente jornada, pero no te genera preocupaciones fuera del horario.
–¿Cuál es la tarea que más disfruta y cuál la que más detesta?
–Lo que más disfruto es estar en el mostrador atendiendo a estudiantes o cualquier persona que llega. A pesar de ser tímido, me gusta ayudar y mostrar empatía, aunque no podamos solucionar todo lo que nos piden. La actitud y el interés genuino marcan la diferencia, y tengo la suerte de contar con compañeros que comparten esa misma voluntad. En cambio, la tarea que menos me gusta es mover mobiliario cuando hay congresos o ferias, toca montar tablones y preparar el espacio, una parte física e ingrata que se repite con frecuencia.
–¿Hay algo peor que un lunes a primera hora?
–Claro, si es lunes a primera hora y justo empieza un curso nuevo, ya sabes… apaga y vámonos. Llega un montón de gente nueva, los de primero andan perdidos buscando dónde ir y qué hacer, y vienen directos a nosotros para que les ayudemos a ubicarse. Es estresante, pero es un trabajo bonito porque ayudar a alguien siempre te deja con esa sensación buena.
–¿Ha encontrado alumnos perdidos en la universidad a la hora del cierre o es un mito?
–Sí, sí pasa, aunque yo no he encontrado a ningún alumno perdido. Cuando alguien se queda, el personal de seguridad lo detecta porque el centro tiene vigilancia 24 horas y llaman para sacarlo. La gente a veces no recuerda la hora de cierre, aunque hacemos una revisión exhaustiva del edificio antes de irnos. Recuerdo una vez que un alumno se quedó en un aula de informática, a media luz, trabajando en el ordenador, y cuando quiso salir el centro ya estaba cerrado, y tuvimos que avisar a seguridad.
–Hablando de objetos perdidos, ¿qué es lo más curioso que se ha encontrado?
–Lo más raro que encontré fue un tapacubo de una rueda. Lo habitual son cepillos de dientes, cartucheras o calculadoras que prestamos si se olvidan. También recogemos ropa que donamos si nadie la reclama en un año. Una vez guardamos una bicicleta que dejaron sin candado; pasó más de un año sin que nadie la reclamara, así que la usé, hasta que apareció su dueño diciendo que había visto a un conserje con ella. Se la devolvimos sin problema.
–Si pusieran una película sobre su trabajo, ¿qué canción cree que sonaría de fondo?
–Cuento una anécdota. En el acto de graduación por mis 25 años de servicio, un compañero me sorprendió componiéndome una canción con una aplicación , 'Conserje guapo' y habla sobre mi trayectoria y el amor que tengo por mi trabajo. El título viene de una anécdota con unos alumnos: un día me pidieron quedarse a estudiar en las aulas, que normalmente deberían estar cerradas si no se usan, y yo les dejé. Cuando volví a cerrar, vi que me habían escrito en la pizarra 'Gracias, conserje guapo'. como agradecimiento por el detalle. Así que, ¿qué mejor que esa no?
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