Una exposición sobre la historia menos contada de Palestina
«A mí me gustaría pensar que desde el periodismo se puede ayudar a las personas», afirma Vicente Muñoz, uno de los autores de la muestra colectiva que se exhibe en la Galería Central de la Facultad de Ciencias de la Comunicación
Olivia Pozo
Martes, 27 de febrero 2024, 09:55
La vida cotidiana, los 'checkpoints' por los que pasan todos los días miles de palestinos y turistas y un constante conflicto con la realidad. 'Existir ... es resistir' es el lema que han escogido como leitmotiv los creadores de la muestra fotográfica que estará expuesta en la Galería Central de la Facultad de Ciencias de la Comunicación hasta el 11 de marzo.
Los responsables de la exposición son Alba Cantero, Belén López, Judith Castañeda, Jerónimo Leal y Vicente Muñoz, estudiantes de periodismo en la Universidad de Málaga que realizaron el proyecto de Cooperación Internacional al Desarrollo con estancia en Palestina, antes de que hace unos meses estallara la guerra con Israel.
«La vida en Palestina es resistir, no puedes vivir ajeno a la situación política, sin encontrarte con un 'checkpoint' o sin que maten o encarcelen a un conocido sin motivo alguno», explica Jerónimo Leal. Además, del riesgo que no se puede controlar y la consciencia de que todo es «cuestión de suerte».
La escena se repite cada día en el puesto fronterizo de Belén. A las cuatro de la mañana se abren los 'checkpoints', puestos de control civiles implantados por las autoridades israelíes y por los que tienen que pasar a diario todo aquel que quiera ir a trabajar, a la escuela o, incluso, a comprar el pan.
El problema de esto es que el paso se puede demorar de cinco minutos a cuatro horas, o que nunca lo llegue a pasar; pues una Inteligencia Artificial decide quién lo cruza.
Esta muestra fotográfica representa un retrato general de la sociedad palestina. Una mezcla de imágenes entre las consecuencias de la ocupación y el día a día de las personas que habitan este lugar. Niños en bici y casquillos de balas. «Nuestra intención es que todo aquel que vea la exposición se vaya con una idea de lo que te puedes encontrar en Palestina», expresa Leal.
En cada retrato se refleja la vivencia del momento, personas que trabajan, cocinan, cosen e incluso se casan. «En verano se celebran muchísimas bodas y cuando lo ves te asombras, es que la gente sigue haciendo su vida normal», cuenta Belén López sobre la alegría con la que viven los palestinos.
A pesar de haber ido en diferentes años, estos alumnos han querido devolver todo lo que les ha dado tanto la facultad como la sociedad palentina. «Son muy abiertos, en cuanto alguien se interesa en ellos se vuelcan en enseñarte sus costumbres», expone Jerónimo Leal ante el trato cercano de los residentes, donde todos cuentan sus historias personales por muy duras que sean.
El periodismo como apoyo
Con esta muestra pretenden concienciar y transmitir los hechos que ocurren cada día, aunque no se vean. «Es una lucha de la que no se ha querido informar bien en Occidente», asegura Vicente Muñoz junto a Belén López, quien pone en común la falta de conocimiento, «la gente piensa que es un conflicto religioso, pero verdaderamente es un conflicto geopolítico» .
«Cuando vives esto se te cae el cuento que siempre nos han dicho sobre que en Europa se respetan los derechos humanos y de repente ves lo que se está haciendo en Israel y te das cuenta de que todo era mentira», expone Leal. Lo que refleja que ver y contar es una muestra de existir, un ataque a la desaparición que se beneficia de todo aquello que no pasa el límite de la preocupación.
En 2023, Jerónimo Leal y Vicente Muñoz fueron de cooperación con el objetivo de realizar una labor periodística. Un proyecto personal a desarrollar a través de fotografías, entrevistas y grabaciones. «Eché unas 15.000 fotos», declara Leal, quien a raíz de esta cooperación ha descubierto a qué quiere dedicarse.
«Yo al periodismo vine por cosas como esta, siempre quise conocer al ser humano», declara Muñoz, asegurando que en este viaje los palestinos le han permitido conocer lo mejor del ser humano. «A mí me gustaría pensar que desde el periodismo se puede ayudar a las personas», sentencia.
La Asociación Centro de Información Alternativa (AIC) es una agencia de noticias de Palestina que se sostiene mediante donativos y ayuda internacional. «Trabajan cuatro personas y es muy difícil que sea rentable por lo que no pudieron prestarnos mucha atención», aun así, sacaron el tiempo suficiente para dotarlos de contactos con los que pudieron ir moviéndose por el territorio.
La seguridad es algo que se pone en valor a la hora de querer conocer qué ocurre allí y cómo. «Conocimos a un palestino en el norte de Nablus que lo atacan todos los días», cuenta Leal acerca del hombre de 34 años al que ya no le queda familia a excepción de sus cuatro hijos y ha tenido que dejar de trabajar para cuidar de la casa.
En la mayoría de las historias las personas desaparecen y no se sabe dónde están, cuándo los soltaran o porqué se los llevaron. Una historia nada más lejos de la realidad es la de Samer: «Nos hicimos amigos de Samer y lo último que sabemos de él es que lo apresaron», relata Jerónimo Leal.
Esta experiencia ha supuesto un antes y un después en la vida de los periodistas. «He aprendido sobre la resistencia y cómo la política europea de apoyar a países como Israel matan a diario», resalta Leal, que no se hubiese imaginado cómo afecta la ocupación y la colonización a una población.
El interés por darle voz a los conflictos internacionales y el fotoperiodismo es lo que ha llevado a Jerónimo Leal a tomar este camino. «De que te interese ver que de verdad te gusta lo que haces hay un camino y a mí al principio me daba un poco de miedo», pero al final todo ha merecido la pena, la satisfacción de sentirse útil como periodista.
Ahora, Leal se reafirma en la idea de especializarse en Palestina y Medio Oriente, una región poco conocida en profundidad y de la que el tema de conversación siempre es el mismo: los conflictos. Aunque como todo territorio, el pueblo palestino es vida, cultura y tradiciones.
Regreso a Occidente
Cuando estás allí no te da tiempo a pensar en lo que te están contado, sigues para adelante, lo peor viene cuando vuelves a España. «Asimilas todo lo que ha pasado y sientes mucha rabia e impotencia», manifiesta Jerónimo Leal, quien también expresa el choque que es no entender porque nadie le da importancia.
«Tienes que tener suerte hasta de dónde naces, a partir de ahí ya eres un privilegiado o no», expresa López, aunque se queda con la esperanza de que «algún día Palestina pueda ser libre». Todos los cooperantes regresaron con la misma sensación: «Cuando volvimos nos dimos cuenta del odio exagerado e inexplicable que le tiene la gente al árabe en general», comenta Vicente Muñoz sobre la realidad que le tocó vivir al pisar Occidente.
Belén López mantiene que lo que Palestina necesita para salir adelante es el apoyo de la comunidad internacional. El apoyo de la Agencia para el refugiado no es suficiente. «Lo que necesitan es que Occidente los apoye y que todas las familias puedan volver a sus casas», sostiene ante la cárcel a cielo abierto en la que se ha convertido Gaza.
Si una cosa tienen en común los creadores de la exposición es que este viaje les ha hecho valorar la entidad de cada tierra y la importancia de contar todo lo que ocurre para acabar con los prejuicios a lo desconocido.
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