Un cuestionario que detecta la dependencia a los opioides
Carmen Ramírez es una de las psicólogas que se ha encargado de elaborar este estudio junto a un equipo de trabajo de la Facultad de Psicología para ayudar a las personas con este problema
Cristina Jiménez
Martes, 21 de mayo 2024, 10:46
«Imagínate que tienes un dolor desde que te levantas durante todo el día», explica Carmen Ramírez acerca de una situación que viven miles de ... personas en todo el mundo. Dolores por todo el cuerpo, días enteros en cama y cansancio físico, una rutina que lleva a las personas que la sufren a un desgaste emocional muy importante. Un día a día que lleva a muchos de los afectados por estos dolores crónicos a caer, como explica Ramírez, «en el abuso o en el mal uso de los opioides». En Estados Unidos hay una importante crisis respecto al abuso de estos fármacos, algo que llevó al equipo de investigadoras de la Facultad de Psicología, en el que se encuentra, entre otras, Carmen Ramírez, a ser conscientes de la necesidad de «analizar qué pasa en España».
Ante este panorama tan delicado, el problema no solo radica en el mal uso de estos fármacos, sino en las graves consecuencias que pueden llegar a generar. Carmen Ramírez gracias al estudio de esta situación explica que «hemos visto que hay una variable común, unas características que presentan los pacientes que los hace más vulnerables». La ansiedad, el estado de ánimo e incluso los síntomas de estrés postraumático y depresión se convierten en algunos de los factores de riesgo que hacen que los pacientes no utilicen adecuadamente estos medicamentos.
La principal problemática ante este asunto es la confusión que genera su uso, este tipo de fármacos son recetados para mitigar el dolor crónico, pero como explica Ramírez, «si la persona se encuentra mal anímicamente, puede pensar que si toma esta medicación se va a encontrar mejor, tanto física como emocionalmente», algo que como han analizado es un error. Las consecuencias que tiene este mal uso afecta tanto a la vida como al ánimo del individuo, condicionando cada momento de su rutina.
Para poder conseguir unas conclusiones respecto a este estudio han contado con la participación de un total de 300 pacientes. Además, han tenido en cuenta criterios de selección y de exclusión, centrándose en las personas que tienen un dolor crónico y que toman opioides para contrarestarlo. Carmen Ramírez hace hincapié en un factor que ha sido vital para el desarrollo de la investigación, con la colaboración del Centro Hospitalario de Málaga, del Hospital Civil, del Clínico Universitario o del Costa del Sol en Marbella, entre otros, como explica Ramírez, les han «ayudado a detectar a pacientes a los que les acaban de mandar la medicación o que llevan tiempo con ella».
Desde los distintos hospitales que han querido colaborar, los médicos se encargaron de informar a los pacientes acerca de este proyecto. «Llamamos a los que quieren participar para ver si cumplen con los requisitos necesarios, a lo mejor llamamos a mil personas, pero al final nos quedamos con 300», recalca Ramírez. Una vez que tuvieron seleccionados a los participantes concretaron entrevistas con cada uno de ellos, un camino largo que les ha llevado a tener unas conclusiones claras.
«Es un trabajo difícil, porque estás más de dos horas con el paciente, y muchos de ellos tienen ganas de hablar y de contar lo que les pasa», recuerda Ramírez. Tras todo este largo proceso de selección les tocó establecer conclusiones y conexiones entre cada paciente; para poder llegar a ellas, desde el equipo de investigación han dividido el estudio en dos fases como cuenta Ramírez: «La primera en la que establecimos qué variables son las que se relacionan con los sujetos más vulnerables al mal uso». La ansiedad, la depresión, el estrés postraumático, la impulsividad o la sensibilidad forman parte de estas variables, y con ellas han elaborado un cuestionario que les permite saber qué pacientes están en riesgo de no usar de forma adecuada los opioides.
Importantes consecuencias
El objetivo de este cuestionario es servir de apoyo para todos los profesionales de la salud, para que, en los casos específicos, puedan emplearlo para advertir si una persona puede hacer un mal uso de estos fármacos. «A partir de los resultados, los médicos pueden decidir si pueden recetar otro tipo más efectivo o incluso si le duele mucho y se lo tiene que tomar hacer un seguimiento y quitarlo a los tres meses», confirma Ramírez.
La necesidad de hacer este estudio radica en la escasez de personal que hay dentro de las consultas. Ramírez explica la situación a la que se enfrentan: «Los médicos están muy presionados, tiene muchos pacientes y no tienen una psicóloga que les ayude a tomar este tipo de decisiones». Lo ideal sería que los médicos contaran con un profesional en el ámbito de la psicología, pero mientras, el instrumento que han diseñado desde el equipo de investigación de la Facultad de Psicología servirá para detectar aquellos pacientes que son más vulnerables. Un cuestionario que ayudará a aquellas personas que hacen un mal uso de los fármacos que les recetan y que tienen un malestar físico que hace que cada vez estén más deterioradas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.