El vuelo de Francisco Sedeño

«A mí siempre me han gustado los animales», relata Sedeño, que matiza que este tipo de «arte» es muy particular. «Yo me dedico desde los 13 o 14 años a la competición con perros de muestra, siempre he sido adiestrador. He competido por todo el mundo especialmente con perros de caza», explica. Sin embargo, no fue hasta os 20 años cuando se compró su primer halcón, en concreto un sacre.

«Siempre he sido cazador, pero últimamente esta actividad está en merma», admite. «Así que decidí cazar con los halcones», señala. Este tipo de caza intercambia la escopeta por el animal, que sube a cientos de metros de altura, y siempre compenetrado con un perro de caza. En estos últimos días del año se cierra la veda, aunque dada la ajetreada vida de este mijeño, ello no supone un problema.

Tras adquirir el sacre, Sedeño cuenta que empezó a ganar campeonatos de Andalucía y llegó al podio a nivel nacional. A raíz de la experiencia que fue adquiriendo, así como de las relaciones en el mundo de la cetrería, hace unos meses recibió la llamada de un conocido que vive en Kazajistán proponiéndole participar en una exhibición internacional de cetrería;en este caso centrado en las águilas. «Era algo muy específico, ya que no solo necesitaban a un cetrero, sino que éste debía saber montar a caballo. Ellos vieron que yo reunía todas las condiciones y finalmente fui seleccionado», afirma.

«Se nota que allí este arte es importante, porque desde la primera llamada que recibí del Gobierno de ese país hasta que volví, el tratamiento fue magnífico», resalta. «Allí el invitado es lo primero, algo que aquí se ha perdido; al menos tengo esa sensación», añade con tono de resignación.

El cetrero viajó a Kazajistán con 'Debla', un águila que compró aquí en España, y que ahora está criando previendo que la puesta de los huevos será en unos dos meses. «Se sorprendieron del nivel que había en España, la verdad que fueron unos días inolvidables», reconoce. El animal vive en un criadero de aves que tiene también en Mijas junto a otras 70 aves como halcones o lechuzas, entre otros. «Crío mucho para zonas como los Emiratos Árabes. Tengo contactos de jeques y me dicen el tipo de halcones que quieren, ya sean peregrinos o híbridos», relata. Cuenta que allí no hay mucha caza, por lo que practican otro tipo de competiciones, como las carreras cronometradas.

El trabajo de la cría lo hacía solo hasta hace unos meses, pero ahora ha empezado a viajar por todo el mundo y ha tenido que contratar a una chica para poder llevarlo todo. «Aunque de buena parte del trabajo se encarga la incubadora, es una actividad muy compleja. Si uno se quiere dedicar a esto necesita convivir con los animales 24 horas al día. Es necesario tener una familia con paciencia. Yo la tengo», sentencia.