Las tortugas Gloria y Paloma vuelven al Mediterráneo de Torremolinos
Los dos quelonios han sido recuperados gracias al Centro de Gestión del Medio Marino de la Junta y la colaboración de Selwo Marina, de Benalmádena, y Seashore, de Tarifa
Con retraso sobre el horario previsto, pasadas las doce del mediodía, dos tortugas bobas, bautizadas como Paloma y Gloria, han vuelto a aguas abiertas, su ... hábitat natural, después de haber estado bajo los cuidados de la Junta de Andalucía. Esta labor ha sido posible a través del Centro de Gestión del Medio Marino y de dos empresas especializadas, Selwo Marina, en Benalmádena, y Seashore, en Tarifa.
La llegada y la suelta de los quelonios ha generado un gran revuelo en Playamar, el lugar de Torremolinos elegido para la reintroducción, con chiringuitos y playas con bastante afluencia.
La primera en ser llevada en volandas hasta el Mediterráneo ha sido Gloria, izada desde su caja, en la que se la mantenía hidratada, por la alcaldesa, Margarita del Cid, y el delegado de Medio Ambiente y Sostenibilidad, José Antonio Vízquez. El animal no lo tenía claro, el contacto con el arenal no la animado y no ha sido hasta la tercera, ya con el auxilio de su veterinaria, Marta Román, cuando ha comenzado a nadar.
La 'caretta' ha pasado meses de curas, tras ser recogida cerca del puerto pesquero de La Atunara, en La Línea, con un problema de flotabilidad, fatal para su supervivencia, pues le impedía algo tan básico como alimentarse.
Aunque las causas de esta dolencia no están claras, Román, que ha estado con ella día y noche, baraja la hipótesis de que sea consecuencia de algún «incidente con humanos».

Ante la incertidumbre de Gloria, el chapuzón de Paloma, que fue salvada de una muerte casi segura tras ser hallada en mal estado en Palomares, en Almería, ha sido un visto y no visto. La tortuga, que ha ganado cuatro kilos, la mayoría de masa muscular, gracias a los mimos del equipo de Selwo Marina, tal y como ha explicado su director, Alberto Martín, ha vuelto a casa cuál torpedo, aleteando todavía en tierra para ir calentando.
Esto hito, ya que es la primera vez que la costa torremolinense es escenario de una acción de este tipo, con los bañistas de la playa de Costa Lago como encantados notarios, pone fin a meses de «vicisitudes» de las dos tortugas, como ha recordado Vízquez. El delegado ha deseado «que no haya más sueltas tras la recuperación de los daños como consecuencia de la acción del hombre» y ha llamado la atención sobre prácticas como arrojar plásticos a los mares, ya que estos pueden ser ingeridos por la fauna que lo habita.
La alcaldesa, por su parte, que ha dado las gracias a todos los que han hecho posible la salvación de las tortugas, ha confiando en que Paloma y Gloria «no vuelvan a salir de su entorno y tengan una vida larga y feliz».
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