Torremolinos relanza el Pasaje Begoña como cuna de los derechos LGTBI
Casi medio siglo después de la macrorredada que condujo al declive de la zona, administraciones y vecinos remodelan esta «isla de libertad»
En los años sesenta, cuando la dictadura y su constreñida moral daban los últimos coletazos, Torremolinos funcionaba como barra libre de placeres por entonces prohibidos. ... Aquel pueblo de pescadores se había convertido en una puerta a la libertad y la diversidad negadas en el relato oficial. En la plaza de la Nogalera y el Pasaje Begoña se dormía de día y se vivía de noche. Había restaurantes familiares, tablaos flamencos, clubes de alterne, coquetos establecimientos de jazz y locales frecuentados por lesbianas, gays, bisexuales y travestis, descorchando un movimiento que todavía hoy sigue conquistando derechos. Había germinado un ambiente contracultural cuyos ingresos hacían que las autoridades mirasen hacia otro lado. Hasta 1971. El 24 de junio de ese año se produjo una macrorredada policial que lo cambió todo.
La Policía irrumpió en los locales de la zona para cerrarlos o multarlos en el mejor de los casos. Alegaban supuestas infracciones contra la moralidad pública y las buenas costumbres. Algunas informaciones de la época sostienen que fueron detenidas 139 personas. Otras crónicas elevan la cifra por encima de las 400, sobre todo turistas. Los más afortunados salieron del calabazo a las pocas horas con una multa de 3.000 pesetas. Los turistas fueron devueltos a sus países, un escándalo que saltó a la prensa internacional. En su edición del 25 de junio, SUR reveló que la medida había sido ordenada por el entonces gobernador civil de Málaga, Víctor Arroyo, que había decretado la clausura de salas de fiesta y clubes nocturnos, todos en la pujante Torremolinos.
El Pasaje Begoña ajusta desde hace meses cuentas con su historia. Declarado Lugar de Memoria Histórica por el Congreso por su condición de cuna de los derechos LGTBI, este enclave ha sido remodelado con el objetivo de que funcione como reclamo turístico y cultural. Ayer fue presentado en un acto presidido por el alcalde, José Ortiz, que recordó que el pleno aprobó, después de casi cuatro décadas, devolver el nombre original de este simbólico espacio, hasta ahora denominado de forma oficial Pasaje Gil Vicente. El pasaje ha sido adecentado con el pulido del suelo, la sustitución de arquetas, la instalación de iluminación y la colocación de adornos, aunque las fachadas de la avenida Palma de Mallorca, donde está situado el acceso, siguen presentado un aspecto tercermundista.
«A pesar de la tiranía, la homofobia, la indignidad y la falta de derechos que había en aquella España gris, en Torremolinos se podía amar con libertad y sentirse refugiado», rememoró el primer edil, que insistió en la próxima apertura de un centro de interpretación «que colocará a nuestro municipio en el centro del discurso» centrado en el respeto a la diversidad. El concejal de Igualdad, Nicolás de Miguel, calificó la inauguración del renovado pasaje como «un día histórico» y confió en que la zona se asiente como «un símbolo de libertad, tolerancia, convivencia y diversidad en el que cabemos todos, seña de identidad que Torremolinos tuvo, tiene y tendrá».
El Director General de Violencia de Género, Igualdad de Trato y Diversidad de la Junta de Andalucía, Ángel Mora, anunció que esta semana comenzarán las visitas guiadas de colegios e institutos mediante el proyecto 'Pasaje Begoña, isla de libertad', dirigido a la prevención de la LGTBIfobia. Las visitas incluirán un repaso histórico desde la época represiva de la dictadura franquista hasta nuestros días. Está previsto que un mínimo de 480 jóvenes se beneficien de esta iniciativa, que incluye la pintada de graffitis de gran tamaño, la instalación de placas informativas y el diseño de folletos informativos. También el presidente de la Asociación Pasaje Begoña, Jorge Martín, recordó que se ha instalado un punto de encuentro cedido por la ONCE como punto de información histórica, cultural y turística. Casi medio siglo después del zarpazo policial que condujo al declive de la zona, el Pasaje Begoña renace.
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