La nueva vida de la N-340 en Fuengirola: demolerán una de las pasarelas peatonales construida hace décadas
Se creo para permitir el paso elevado de un lado a otro de la carretera cuando el tráfico era incesante. Ahora, en cambio, es un estorbo para los viandantes y un impacto visual en el barrio
La N-340, carretera de la Costa o carretera del Mediterráneo es la nacional con más kilómetros del país. En su trayecto entre Cádiz y ... Barcelona atraviesa la provincia de Málaga. Aunque hay tramos en los que aún soporta un tráfico importante, lo cierto es que este eje vertebrador pasó a un segundo plano con la llegada de la autovía. Aquello le trajo una vida más calmada: menos coches, más peatones y por tanto una conducción a menor velocidad para quienes necesitan usar las comunicaciones de la costa, ya sea por turismo o por residencia.
En ese contexto se enmarcan zonas como la avenida de las Gaviotas, en Fuengirola. Antigua N-340 hoy reconvertida en un bulevar y donde desde hace tiempo sobra, en muchos sentidos, una pasarela peatonal elevada, construida hace décadas con el único propósito de salvar la carretera y conectar un lado y otro de la misma a nivel peatonal.
La pasarela no solo cruza la avenida sino que cuenta con dos rampas a ambos lados con dos tramos cada una. Tras un estudio de los técnicos, los informes señalan que su estado actual es bastante deficiente debido al mal estado de conservación. Esto, sumado a la pérdida de utilidad de la pasarela, que hoy en día está próxima a varios pasos de peatones, ha llevado al Ayuntamiento a tomar una decisión definitiva: su demolición.
La pasarela tiene en total 90 metros cuadrados y los accesos 216 metros cuadrados, por lo que la superficie a demoler suma más de 300 metros cuadrados en una zona con afluencia habitual de peatones y también de tráfico.
Por ello, el Ayuntamiento acaba de sacar a concurso esta intervención para que sea ejecutada por una empresa especializada. De hecho es la segunda vez que pone en marcha este proceso. La primera fue a principios de este mismo año, pero no recibió ninguna oferta, y por tanto, quedó desierto.
El actual concurso se puso en marcha el pasado 7 de mayo por un importe de licitación 107.202,33 euros y un plazo de ejecución inicial de 39 días. Las empresas interesadas tendrán que encargarse de la redacción del proyecto, el estudio de seguridad y salud, la gestión de residuos y de las propias obras de derribo. Tienen hasta el próximo 27 de mayo para presentar sus propuestas.
Una vez que den comienzo los trabajos, los informes técnicos señalan la conveniencia de que se realicen en horario nocturno para reducir el nivel de afectación de la obra al tráfico y que se tomen las medidas oportunas de seguridad de cara a los peatones. Igualmente detallan que la pasarela se encuentra en suelo público en su totalidad, a excepción de una de las rampas de acceso, que se encuentra ubicada en suelo privado, perteneciente a una parcela de carácter residencial.

«Se deberá por tanto avisar a la comunidad de propietarios y tomar las medidas pertinentes en prevención, ya que dicha rampa se encuentra ubicada en el aparcamiento exterior del edificio, estando parte de los aparcamientos ubicados bajo la misma. Por tanto, estos estacionamientos quedaran inhabilitados durante la realización de los trabajos, y se deberán tomas las medidas de seguridad pertinentes tanto para los posibles vehículos como viandantes de la zona».
Algo similar ocurre con la otra rampa de acceso, que se ubica junto al aparcamiento de otro edificio residencial y por tanto, también se deberán tomar medidas de prevención y avisar a los propietarios para evitar posibles desperfectos en los vehículos.
«Se trata de una infraestructura construida hace décadas. Con la asunción de la misma por parte del Ayuntamiento e integrada en el entramado urbano local como avenida, se pintaron pasos de peatones, por lo que ya no era necesaria esta pasarela. Está en desuso y es momento de eliminarla», explicó sobre el terreno la concejal de Urbanismo, Rocío Arriaga.
Demanda vecinal
«Es una actuación que venían demandando los vecinos. Y, ciertamente, es razonable porque ya no tiene mucho sentido mantener esta infraestructura. También servirá para tener más espacio en la parte de la acera donde ahora se asienta y, de esta manera, mejorar la imagen y el tránsito de personas por la misma», señaló por su parte la concejal del barrio de Torreblanca y Carvajal, María Hernández.
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