El legado de Antonia Guerrero para facilitar el estudio de los esteponeros
L. Pavón / SUR
Martes, 29 de julio 2025, 23:31
Antonia Guerrero Díaz, nacida en Estepona en 1848, es una personalidad bien conocida en su pueblo, aunque no siempre fue así. Realmente poco se sabe ... de esta mujer que vivió parte de su vida en Onteniente y falleció en 1928, y es que casi toda al documentación que existía sobre ella se perdió en la Guerra Civil. Fue el conocido párroco de la localidad costasoleña, el Padre Manuel, quien empezó a descifrar la herencia que dejó escrita, y tras su muerte, los monaguillos del sacerdote dieron a conocer este documento. Gracias a él, multitud de esteponeros han podido ver facilitados sus estudios universitarios en los últimos 20 años.
En este documento, Guerrero pidió que parte de su patrimonio se usara para la creación de una fundación que permitiera becar a mujeres esteponeras y así pudieran estudiar carreras de Filosofía y Letras, una opción que por vivir entre los siglos XIX y XX ella no pudo hacer. Ese órgano se creó en 1996, y desde entonces, la Fundación no ha parado de actuar en el municipio. «El deseo de Antonia Guerrero era becar sólo a mujeres, pero nosotros quisimos adaptarnos a los nuevos tiempos y no quisimos hacer distinción con los hombres. Ayudamos por igual a los dos sexos y en la carrera que quieran», afirma una de las antiguas vocales que vio nacer a la Fundación, Lola Pérez.
En estos 20 años, la Fundación ha jugado un papel fundamental en la posibilidad de que muchos esteponeros vieran facilitado el pago de la matrícula, en la residencia o en el transporte hacia la universidad. «Es una satisfacción enorme ver como vienen alumnos a los que has dado clase a decirte que se han podido sacar sus estudios gracias a las becas que proporcionamos», explica Laura Pérez, actual vocal de la institución.
La herencia dejaba claro la estructura de mando en la Fundación, y en estos 20 años no se ha modificado. Guerrero detalló que el presidente debía de ser el alcalde del municipio, - actualmente lo es José María García Urbano-, y junto a él estarían el juez de instrucción del municipio, la profesora de mayor experiencia laboral y una amiga que ella eligiera. En el caso del juez, este colectivo se inhibió al concluir que una figura como la de los magistrados no debían tener presencia en una institución así.
Junto al importe económico utilizado para la ayuda a estudiantes, la vocal de la Fundación explica que también invierten en cultura. De los fondos de la institución se pagó la iluminación del Centro de Interpretación de Corominas, se compró una ambulancia para que la usara el Ayuntamiento, y las butacas de un cine sevillano para instalarlas en el salón de actos del Padre Manuel.
La Fundación también se involucró en la divulgación del arte, y financió un mural en honor a Antonio Guerrero hace varios años en la barriada Fuerzas Armadas. «Ahora estamos planeando otro que llevará a cabo Francisco Alarcón, y que se podrá ver en la plaza que lleva el nombre de esta esteponera. Ahora esta ubicación está en plenas obras para albergar un aparcamiento subterráneo», añade Laura Pérez sobre unos de los proyectos clave para este próximo curso.
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