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El Bazar Aladino se ha convertido en un símbolo de la Costa del Sol.

La amabilidad cosmopolita

El Bazar Aladino es un reclamo en sí mismo, publicidad para el turista, una especie de juego efectivamente divertido

PABLO ARANDA

Lunes, 25 de agosto 2014, 01:19

«El Bazar Aladino es un barco que navega sin olas», afirmaba Diego Santos en un documental de TVE, «es un barco que respira una ... estética racionalista decó. Fernando Morillas lo construye en 1957 usando como elementos los deshechos de un barco americano que encuentra en el puerto de Málaga. Con ello hace esa locura de edificio barco muy divertido. Dosis de humor y de arquitectura que se autopublicita». El artista polifacético Diego Santos, que vive en un piso donde vivió Picasso, es uno de los especialistas en el Estilo del Relax, que cataloga y define la arquitectura de ocio en la Costa del Sol, estilo que -según explican en la web torremolinoschic- «en los años cincuenta y primeros sesenta adaptó el Movimiento Moderno y la herencia post-decó a la amabilidad de la costa», y como ejemplos clarísimos de este estilo señalan el innovador Colegio de Huérfanos de Ferroviarios, el hotel Pez Espada y también el Bazar Aladino. Frente a los otros dos edificios que usan de ejemplo, el Bazar Aladino tiene la singularidad que apuntaba Diego Santos: es un reclamo en sí mismo, publicidad para el turista, una especie de juego, efectivamente divertido. Cuando los domingos íbamos a la playa, cuando los turistas visitaban ese barrio de Torremolinos donde cabían Manolo la nuit (el personaje interpretado por Alfredo Landa) y Antonio Lamela (el arquitecto de La Nogalera y Playamar), a nadie dejaba indiferente el edificio en forma de barco. Podía entenderse como un aviso: silencio, se juega. A partir de ahí comienza el ocio, baja esta calle Aladino y llegarás al mar, un mar domesticado en playas preparadas para eso: el ocio. Para el arquitecto Ignacio Jáuregui, «en los inicios de la modernidad, a la vez que sus versiones más áridas y luteranas, irrumpieron con su alegría ingenua y pinturera los edificios-barco, como zarpando hacia un futuro de colorines.» Ejemplos de edificios barcos los encontramos en la primera planta de Coca Cola en Los Ángeles, de los años 30, y en el reciente hotel Marina Bay Sands, de Singapur, espectacular edificio de 2010, pasando por el edificio del antiguo hotel Atlántida, en Uruguay, entre otros.

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