Gladiadores y malagueños atrincherados se gustan en la noche de cuchillos largos

Antes de comenzar, el presentador anunció que el cuarteto 'El misterio del tiempo' había sido penalizado por pasarse del tiempo máximo permitido en la semifinal del martes y por eso se le iba a restar el diez por ciento del total de los puntos obtenidos en esta ronda.

El concurso se retomará este viernes con la gran final del concurso, aunque previamente, esta tarde, el teatro Cervantes acogerá la gran fiesta de la cantera, donde volverán a actuar las agrupaciones infantiles que se han presentado el carnaval. Las entradas cuestan cuatro euros y la recaudación se destinará a una causa social.

La encargada de abrir la noche, y la última agrupación infantil que ha pasado por este concurso, es una murga de niños jartibles a los que les gustan todas las fiestas de Málaga. Llevan gorros de La Farola, velas de Semana Santa, jábegas y verdiales. En sus pasodobles cuentan la ilusión que les hace participar en la fiesta y cantar en el Cervantes, y piden a los carnavaleros que cuiden de la cantera. Al terminar los pasodobles aparece un mensaje en el forillo: «Nunca os canséis, gracias por hacer cantera». En su despedida se preguntan: «¿Cómo no te voy a querer? Si tú me lo das todo y me tienes a tus pies».

Los murguista son hamaqueros boquerones que se presentan a un ritmo frenético. Comienzan narrando algunos de los personajes que se encuentran en el trabajo y diferentes anécdotas que les pasa en la playa. En sus pasodobles aseguran que hay madres que no merecen ni ser mujeres (por abandonar a sus hijos) cuando hay otras a las que les cuesta quedarse embarazadas, y sobre todos los referentes que han tenido en el carnaval. En los cuplés, que son dobles, cuentan todo lo que se liga con su trabajo, hablan de políticos, de los precios de los alquileres y de la Expo que ha perdido Málaga.

Los comparsistas se convierten en gladiadores romanos que se bajan a la arena para pelear ante el César con sus coplas y gargantas. La puesta en escena y el atrezzo es una pasada. En sus pasodobles hablan de la Iglesia, sus abusos y lecciones de moral (»Sepa señor Obispo que nos veremos ardiendo juntos en el mismo infierno»), y sobre la importancia de decir te quiero, algo que ellos le dirían a su madre. Originales estribillos, que cambian tras cada uno de los cuplés.

Aficionadas del Málaga que han conseguido entradas para un palco de La Rosaleda, aunque una de las amigas llega vestida del Betis. Antes del inicio del partido cantan un particular himno del Málaga y hablan sobre un supuesto famoso que tiene que llegar. Cuplés sobre la liga de Ibai y Piqué que se disputó en Málaga y para confesar que ellas le hacen los vestidos a la Pedroche para fin de año. Al final se desvela que el famoso en cuestión era el humorista Tomás García, aunque ellas se esperaban algo mejor. Final del popurrí con mucho sentimiento y dedicado a un familiar que ya no está entre nosotros.

Los murguistas se presentan al grito 'Que vienen los güiris' que canta el teatro con el telón aún bajado. Ellos viven atrincherados en su piso, el único del bloque que no se dedica al alquiler turístico. «Hasta el portero está mosqueado porque lo han cambiado por un candado», dicen. En sus pasodobles se quejan de esas personas que están todo el día con el 'bro' en la boca cuando hay algo tan malagueño como 'pichita' y piden dejar atrás los complejos respecto al Carnaval de Cádiz. Mucho arte en los cuplés, donde hablan del cartel de la Semana Santa de Sevilla y la copia de Merchán y los problemas de las tallas en el Shein.

Los comparsistas se presentan como bufones malagueños con mucha fuerza y garra sobre el escenario. En sus pasodobles hablan de las dos Málagas: la turística y la de los barrios, más abandonada y que no interesa al Ayuntamiento; y acusan directamente a los maltratadores porque ahora, en este mundo, son ellos los que están solos. ¡Qué dos letras más bien escritas! Al final del popurrí se desvelan como simples amantes de Málaga. «Ay Málaga no me aplaudas porque esta comparsa yo te la debía», aseguran.

La murga/comparsa se presenta con la mitad de los componentes vestidos la mitad como murguistas y la otra mitad como comparsistas. Cantan unos y le puntualizan los otros. Como no se ponen de acuerdo, cantan la mitad del pasodoble tipo comparsa y la otra mitad tipo murga: el primero sobre el Málaga y el Unicaja y el segundo sobre las madres, que son lo más grande que hay en este mundo. En los cuplés sacan hasta a la abuela a cantar. ¡Menudo arte tiene esta murga! Se despiden liando el taco como solo ellos saben hacerlo.

Los comparsistas son náufragos malagueños que suspiran por cada uno de los rincones de la ciudad y no saben vivir sin el mar. Cantan desde El Balneario y presentan un repertorio completamente local, con todas las letras relacionadas con la ciudad. En sus pasodobles hablan de Malagapoly, la ciudad convertida en juguete del alcalde, y de los malagueños que se han vendido al turismo alquilando zulos a 1.000 euros. En los cuplés hablan de las torres que hay en la ciudad y lanzan un recadito a los carnavaleros que los critican.