La Guardia Civil buscó a Dana Leonte en Ibiza y Rumanía
Los agentes de la Benemérita han seguido sin descanso todas las líneas de investigación para esclarecer la desaparición de la joven en Arenas
Desde el principio, se supo que no iba a ser una tarea sencilla. Existían versiones encontradas sobre el caso de Dana Leonte, desaparecida en Arenas ... el pasado 12 de junio. Su novio, Sergio Ruiz, detenido por un supuesto delito de homicidio en relación a estos hechos, aseguraba que le había abandonado y se había marchado de forma voluntaria; mientras que el hermano de Dana, Florín, insistía en que ella nunca se iría dejando atrás a su hija, nacida solo unos meses atrás. Repetía una y otra vez que algo le había pasado. Los agentes de la Guardia Civil que se hicieron cargo de la investigación han seguido diferentes líneas de trabajo, pero siempre bajo una misma consigna: no se para hasta que se encuentre a Dana.
Las pesquisas han ido avanzando paso a paso, sin dejar ninguna pista sin seguir, ya que cada una de ellas podía convertirse en el hilo del que tirar para deshacer el nudo gordiano en el que se ha convertido la desaparición de Dana. Por ello, los guardias civiles han trabajado sobre cada indicio de este asunto hasta descartarlo o ver que tenía valor para incorporarlo a las actuaciones.
No han sido pocas las informaciones que han recibido y los rastros que han tenido que seguir. Con el salto a los medios de comunicación de la desaparición de la joven, las llamadas a los investigadores se dispararon, de hecho, hasta algunos adivinos se pusieron en contacto con ellos para decirles el lugar en el que aseguraban que se encontraba Dana.
En una de esas llamadas llegó una pista que envió directamente a los agentes hasta Ibiza. Un ciudadano se puso en contacto con los investigadores para decirles que la joven desaparecida se encontraba en la isla, ya que había estado sentada al lado suya en el autobús.
Rápidamente, los agentes se pusieron en marcha y se subieron a un avión. Con los datos de la línea y del recorrido que hacía el autobús empezaron a indagar, sin embargo, era un hilo que no les llevó a ninguna parte.
En el marco de las pesquisas que se han realizado, también se rastrearon las redes sociales en busca de nuevas pistas sobre el paradero de la desaparecida. Así fue como un vídeo colgado en Facebook de una persona que se parecía a Dana hizo a los agentes del Instituto Armado movilizarse hasta Rumanía.
En uno de los comentarios de la publicación, una persona aseguraba que había reconocido el entorno y que se correspondía con un punto del país de la Unión Europea. Los investigadores, después de que el Estado se pusiera en contacto con el cónsul general de Rumanía en España, se trasladaron hasta allí y comprobaron que, de nuevo, era un hilo que conducía a un callejón sin salida.
Después de meses de duro trabajo, con seguimientos, escuchando numerosas horas de intervenciones telefónicas y analizando movimientos y localizaciones de móviles, entre otras muchas pruebas practicadas, Sergio se convirtió para los investigadores en el hilo del que tirar para resolver el caso. Tal y como se refleja en el auto que le envió a prisión provisional, sus contradicciones y las pruebas recabadas en su casa, como un palo con el que los guardias civiles consideran que golpeó a Dana en la cabeza, les llevó la semana pasada a la detención de la pareja de la desaparecida.
Fue tras el hallazgo, en el monte de Arenas, de un fémur de la joven, por lo que Sergio ha quedado como investigado por un supuesto delito de homicidio. Al respecto, en el auto, la magistrada señala que todo ocurrió el 12 de junio en el domicilio en el que ambos convivían en Arenas, poco después de que se marchara una patrulla de la Benemérita que había acudido a la vivienda por una denuncia de un robo.
Entre las 19.15 horas y las 20.00, la juez indica que el detenido, golpeó, al menos en una ocasión, con un palo de madera en la cabeza a Dana, dejándola inconsciente o malherida. Después, continúa la juez, el sospechoso fue a un bar de Arenas vestido con ropa de trabajo y pidió un café, cuando normalmente pide también otro para Dana, tras lo que se marchó en dirección a la citada localidad, en vez de hacia Vélez, como suele hacer normalmente.
Los indicios, según el relato que se recoge en el auto, apuntan a que Sergio volvió a su casa. Una vez allí, afirma la juez que envolvió a la joven en un edredón, la arrastró escaleras abajo y la metió en su coche. En este sentido, dice que existen indicios de que lo hizo para trasladarla de lugar, bien con el objetivo de ocultar su cuerpo porque estuviera muerta o para matarla y esconder su cadáver.
Para los investigadores, el cadáver de Dana se encuentra en el monte de Arenas. De hecho, tras hacer referencia al estudio de los posicionamientos de los móviles, la magistrada indica que, en la madrugada entre el 15 y el 16 de junio, Sergio encendió su terminal, y el punto que marcó el móvil fue justo la zona donde se encontró el fémur de Dana.
Ahí, en la montaña, es donde se centran ahora todos los esfuerzos de la Benemérita para hallar algún nuevo rastro. Es una proeza diaria, en la que la Guardia Civil se enfrenta todos los días a un terreno muy complicado para llevar a cabo la búsqueda de la joven.
No faltan medios materiales, con las últimas tecnologías al servicio de esta tarea, ni personales, con una media de 60 efectivos desplegados para peinar palmo a palmo el monte. La búsqueda es tan minuciosa que los agentes registran cada metro que inspeccionan y los efectivos del grupo de Actividades Subacuáticas se han vuelto a integrar en las tareas para mirar de nuevo en pozos y balsas.
Se trata de un trabajo sin descanso, con el que la Guardia Civil pretende deshacer completamente ese nudo gordiano que es el caso de Dana Leonte mediante el hallazgo de la desaparecida. Hasta entonces, la consigna seguirá siendo la misma: no se para hasta que se encuentre a Dana.
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