Ecologistas denuncian «podas abusivas» del arbolado urbano en Vélez-Málaga

Por otra parte, el colectivo ecologista ha observado «operaciones de podas en periodos críticos para la avifauna nidificante, máxime teniendo en cuenta que, por motivo del cambio climático, en esta zona se adelanta la primavera para las aves». Según los profesionales de la poda urbana de árboles de las calles y avenidas, y en particular el estándar europeo de poda, «la norma guía es conseguir la máxima dimensión posible, con costes asequibles y destinado al mantenimiento del porte natural del árbol», de manera que se deben seguir una serie de pautas.

En primer lugar, las podas se están haciendo sistemáticamente todos los años a los mismos árboles, cuando la poda es una operación puntual, con carácter preventivo o sanitario, para eliminar ramas enfermas o para mejorar el porte el árbol. En los casos en que la poda sea necesaria, se debe realizar preferentemente en invierno avanzado por dos motivos: el primer es que durante esta época muchos árboles no tienen hojas o están en latencia, tienen un metabolismo más bajo y resisten mejor la pérdida de masa foliar.

En segundo lugar, es la única época del año en que las aves no nidifican y, por tanto, no afectan a la biodiversidad. Para los ecologistas, la regla debe ser podar antes de que salgan las primeras hojas del ciclo anual. «Un exceso de poda deja al árbol demasiado expuesto a la invasión de hongos. Otra importante regla es que no se debe reducir más del 25-30% de masa foliar», apostillan desde GENA, al tiempo que destacan que los árboles de hoja caduca «no se deben podar antes de que se les caigan las hojas, incluso si están amarilleando, porque mientras las conservan van acumulando reservas para la primavera».

Por otra parte, la poda cuando aún tiene hojas provoca un debilitamiento progresivo del árbol. Para el colectivo ecologista, la poda está destinada principalmente a eliminar las ramas que estén mal, enfermas o rotas, y para limitar su crecimiento. «Para ello se reduce la longitud de las ramas, especialmente cuando el árbol es joven, es decir, dos metros de altura como máximo, para limitar la ramificación y hacer la copa más compacta», apostillan. «En general estos cortes no deberían superar más de un centímetro y si se corta más, nunca debe ser más de la mitad de la rama», añaden.

Para los ecologistas, la poda se debe hacer respetando el porte natural de la copa, no podarlo para dar formas geométricas llamativamente artificiales (cúbicas, esféricas, etc.), que hacen muy difícil cualquier intento posterior de recuperar el porte natural. GENA entiende que las podas severas, que afecten a todas las ramas, para dejar un muñón en el ápice del tronco, lo que se conoce como 'desmochado', «deja al árbol en estado crítico». «Una versión menos drástica, dejando sólo las ramas principales, lo que se conoce como 'terciado', también puede debilitar notablemente el árbol», añaden.

A juicio de GENA, esto se debe a que estos árboles, así podados, «tienen una brotación, masiva y sin orden, de ramas endebles, fáciles de romper con el viento, de anclaje superficial en el tronco, que actúan como 'chupones' que hacen que el árbol sea más débil y que no se le pueda dar el porte natural, además de consumir mucha de la energía que el árbol tiene en sus reservas, debilitándose paulatinamente».

«Hemos advertido que en Vélez-Málaga se incumplen reiteradamente estos estándares. Se realizan podas de todos los árboles, todos los años. Por otra parte, se advierte la tendencia al desmochado y el terciado en la mayoría de los casos, con una abusiva y peligrosa pérdida de masa foliar», manifiesta el portavoz de GENA, el biólogo Rafael Yus. Por otra parte, en lugar de preservar el porte natural de los árboles, se poda de forma caprichosa, a veces persiguiendo copas esféricas que recuerdan un 'chupa chups', y favoreciendo el crecimiento en altura, con troncos delgados y frágiles, en lugar de limitarlo a una copa que dé mayor sombra con troncos más anchos y robustos«.

Desde GENA han denunciado también la desaparición, cuando no la tala posiblemente por los propios vecinos, de muchos árboles, de los que actualmente sólo quedan sus alcorques, sin que se repongan, como sucede, por ejemplo, en la urbanización La Mata. «Hemos presentado esta denuncia al Ayuntamiento con el fin de que controlen mejor las podas que se están haciendo y mantengan estas sencillas reglas de poda que se deben respetar en estas operaciones y revise los alcorques huérfanos para que se reponga y vigile el árbol que le corresponda«, han finalizado.