Cuatro décadas de devoción fotográfica por la cabra montés desde Frigiliana
Cultura ·
Sebastián García Acosta publica un libro con más de 200 imágenes sobre el animal salvaje en varias zonas de la península, como Gredos, Sierra Nevada, Sierra Tejeda y El TorcalSebastián García Acosta se considera un auténtico apasionado de la naturaleza, de la flora y de la fauna. A sus 63 años, este vecino de ... Frigiliana lleva más de 40 recorriendo, incansable al desaliento, las montañas de la provincia y de otras zonas de España, como Sierra Nevada y la Sierra de Gredos, para inmortalizar a uno de los grandes reyes de las alturas, el macho montés. Esta devoción se ha plasmado ahora en 'Vivencias con el Macho Montés', un libro con más de 200 páginas y otras tantas fotografías en las que se repasan los momentos más espectaculares de su trayectoria y encuentros con este animal salvaje.
El autor comenzó cazando monteses y ahora lleva más de 40 años fotografiándolas y en este libro, recoge sus trabajos, principalmente, de los últimos diez años tras el macho montés, en el Torcal de Antequera, las Sierras de Tejeda, Alhama y Almijara, los Acantilados de Maro y Cerro Gordo, Sierra Nevada, Los 'Badlands' de Granada y Sierra de Gredos. «Era el sueño que me faltaba por cumplir», confiesa García Acosta, tras haber publicado en 2011 'Tejeda, Almijara y Alhama (parque natural)', una recopilación de la flora, la fauna y los paisajes más espectaculares de la que considera «su sierra».
No en vano, lleva recorriéndola desde que era un niño. Con la pertinaz sequía, el fotógrafo autodidacta confiesa que está sufriendo «muchísimo». «Hay miles de pinos secos, encinas, arbustos... no hay tallos tiernos para las monteses, de un año a otro la población ha descendido desde 1.800 ejemplares a apenas 400», advierte García Acosta, quien destaca que los animales están desapareciendo o marchándose a otras zonas por múltiples causas: «La sequía, la sarna, la caza furtiva...», enumera. «Ha habido otras sequías muy fuertes en Málaga, pero con estas temperaturas tan altas no las recuerdo, es un clima desértico», se lamenta.
La obra consta de cuatro capítulos: el celo de las monteses, las hembras con sus crías, las piaras y el 'supercampeón'. Éste último es el ejemplar que más ha cautivado a García Acosta en sus cuatro décadas persiguiendo con su teleobjetivo a este animal salvaje, de la subespecie de la cabra pirenaica hispánica. Se trata de un gran macho que tenía una cornamenta de más de 90 centímetros. «Aunque no lo especifico en el libro, por desgracia, sé que fue abatido finalmente por un furtivo», cuenta.
Asomado sobre los acantilados de Maro Cerro Gordo, en la exigente subida a La Maroma, con las vistas al embalse de La Viñuela cuando aún tenía unas reservas importantes, que lo convertían en un auténtico oasis en pleno corazón de la Axarquía, el macho montés y las hembras ha sido el gran objetivo de este fotógrafo autodidacta de Frigiliana, quien insiste en pedir «más vigilancia y control» por parte de las autoridades para frenar prácticas «tan lamentables» como la caza furtiva.
Dos subespecies extinguidas
En la Sierra de Gredos, que García Acosta visita con frecuencia desde 1989, su cámara ha captado la otra subespecie de la cabra montés, la pyrenaica victoriae, que ya sólo puede verse en este entorno del centro del país. No en vano, las otras dos subespecies, la lusitánica, característica de Portugal y Galicia, como el bucardo de los Pirineos, están extinguidos desde hace un siglo y desde hace más de dos décadas, respectivamente.
En Sierra Nevada y su entorno de influencia, el gran macizo montañoso que comparten las provincias de Granada y Almería, el fotógrafo ha captado imágenes muy impactantes, como la de un ejemplar macho encajonado en uno de los 'badlands' o grietas en la tierra, a pesar de la destreza de estos animales. La imagen impacta por su crudeza. Esta zona es la que mayores poblaciones tiene de cabras monteses en España, con alrededor de 15.000 ejemplares. En Gredos se estima que son alrededor de la mitad, mientras que en El Torcal rondan las 800.
La obra recoge numerosos momentos de la vida de las monteses, como las pautas y comportamientos de este animal durante la época del celo, las peleas bajo la nevada, las hembras y sus chotillos, las manadas de hasta 150 machos, con un mar de nubes de fondo -un curioso fenómeno meteorológico que se da de manera cada vez más excepcional en la Sierra Tejeda, Almijara y Alhama-, con los piornos en flor, los machos en los jardines de las viviendas, comiendo algarrobas, por las calles, por las terrazas, por los tejados, y bajo la lluvia, algo tan añorado en estos momentos.
Para atraer la atención de los animales en sus rutas por las sierras españolas, García Acosta recurre a un artilugio que confiesa que vio por primera vez en las cacerías a las que acudía de pequeño, un tipo de silbato, que los vecinos de Frigiliana llamaban 'pitico', un reclamo que reproduce un sonido muy parecido al que hacen las monteses en la época del celo.
El libro cuenta, además de con sus textos explicativos, con un prólogo a cargo de su amigo Roberto Travesí, naturalista y fotógrafo, y el epílogo de la presidenta de la Junta Rectora del parque natural que comparten Málaga y Granada, Mariló V. Oyonarte. Los interesados en adquirir un ejemplar del libro de García Acosta pueden contactar directamente con el autor en el teléfono 667 440 833.
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