Colas de más de una hora para acceder a varias playas de Nerja
Las limitaciones de aforo para prevenir los contagios y las reducidas dimensiones de las calas del casco urbano, como Calahonda, El Salón, Carabeo y La Torrecilla, provocan una estampa única en el litoral malagueño
El verano de la 'nueva normalidad' por la pandemia del coronavirus no deja de arrojar estampas inéditas. A las colas para entrar en establecimientos comerciales de grandes superficies, tras el cierre de las zonas de ocio nocturno, se suman las que se dan en Nerja para acceder a varias de sus playas del casco urbano durante las horas centrales del día. Aunque se vienen repitiendo con frecuencia desde que arrancó este mes de agosto, este sábado se han alcanzado las filas más largas de personas y, por tanto, las esperas más prolongadas, de más de una hora, para acceder a una de las playas más icónicas y demandadas del municipio axárquico, la que está a los pies del emblemático Balcón de Europa, Calahonda.
El reducido aforo asignado a esta pequeña cala en el Plan de Contingencia Municipal frente a la Covid-19, de apenas 282 personas, explica esta situación, unido al argumento que ofrecen los que pacientemente esperan a que les llegue su turno para disfrutar «de unas vistas espectaculares y únicas en el mundo, con la Sierra Almijara como telón de fondo«, como las han calificado los integrantes de la familia Barrera, procedentes de Barcelona, que llevan varios días viniendo a la localidad costera más oriental de la provincia desde la vecina Almuñécar, en Granada, donde se alojan.
«No pasa nada por tener que esperar unos minutos para entrar, toda precaución es poca y me parece perfecto que se controlen los aforos», ha expresado el padre. En otras calas cercanas, como El Salón, Carabeo o La Torrecilla, también se viene repitiendo la estampa de filas de personas esperando para entrar por sus accesos una vez que se cuelga el cartel de 'aforo completo'. Los vigilantes contratados por la Junta son los encargados, con la ayuda de los socorristas y de Protección Civil, de velar porque se respeten las colas y se controlen los aforos.
No obstante, ha habido jornadas en las que se han producido algunos altercados y enfrentamientos verbales entre los bañistas que, ansiosos, esperan en la cola para poder bajar por el conocido Boquete de Calahonda. En otras playas de mayores dimensiones de Nerja, como Burriana, aunque se ha colgado el cartel de aforo completo en la aplicación Costasoleando, está siendo mucho más complicado evitar que la gente se cuele, debido al gran número de accesos que tiene y a su extenso paseo marítimo. «Es imposible poner vigilantes en todo el paseo», dicen fuentes municipales, que apelan a la responsabilidad individual.
En la playa de Maro también se cuelga el cartel de aforo completo casi a diario, una vez que se llena el aparcamiento. Entonces, se coloca la barrera, que impide el acceso de más vehículos. Para tratar de optimizar el trabajo de los socorristas y vigilantes en el control de los aforos de las playas nerjeñas, el Ayuntamiento anunció ayer que se prohíbe la reserva de espacio en las playas con sillas y sombrillas desde primera hora. Con ello, sigue los pasos de otros municipios vecinos que ya lo vienen haciendo desde hace varios años, como Algarrobo y Torrox, y otros que se han sumando en esta atípica temporada veraniega, como es el caso de Rincón de la Victoria.
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