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Estado en el que encontraron el Cristo del templo, al que serraron los brazos.
La Guardia Civil cree que el ataque a la parroquia de Rincón no fue obra de radicales

La Guardia Civil cree que el ataque a la parroquia de Rincón no fue obra de radicales

Los investigadores sospechan que los autores serían vándalos que buscaban provocar una reacción contra la comunidad musulmana

Juan Cano

Martes, 17 de noviembre 2015, 11:46

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La investigación abierta para esclarecer el ataque contra la parroquia de Lo Cea, en Rincón de la Victoria, apunta a que los autores serían vándalos, y no radicales, que pretendían provocar una reacción contra la comunidad musulmana. Es la principal hipótesis que maneja la Guardia Civil, que trata de identificar a las personas que asaltaron el templo el pasado día 2 y que, tras destrozar varias imágenes, escribieron la palabra Alá en dos de sus paredes.

Los principales indicios que refuerzan esta tesis de la investigación serían precisamente las características de las pintadas y los daños causados a las imágenes. Los especialistas de Policía Científica pudieron comprobar, como se apreciaba a simple vista, que la palabra Alá había sido escrita utilizando una plantilla sobre la que se aplicó un spray, práctica que, según las fuentes consultadas, no concuerda con la de los yihadistas. Como tampoco encajan, aseguran las mismas fuentes, los desperfectos causados a un Cristo, al que serraron los brazos, y a una Virgen. «Ellos no actúan así contra las imágenes», subraya un especialista, refiriéndose a un posible ataque de radicales.

Por todo lo anterior, la Guardia Civil, que tomó huellas en la iglesia y recabó las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona, centra actualmente sus pesquisas en identificar al grupo de vándalos, que según esta tesis, pretendían inculpar a los yihadistas para provocar una reacción contra los musulmanes. No obstante, aunque ésta es la principal hipótesis, no se descartan otras posibilidades.

La iglesia de Lo Cea fue asaltada durante la madrugada del día 2. Fue el propio párroco, Agustín Carrasco, quien descubrió por la tarde los daños en el interior del templo, que afectaron al Sagrario, numerosos enseres de culto e imágenes devocionales. Los autores serraron unos barrotes de una ventana trasera y, tras causar los destrozos, salieron por la puerta principal.

El Obispado expresó su profundo pesar por este ataque, que considera «fruto de un vandalismo aislado» y que «no responde al sentir general de las personas que profesan la fe islámica». El comunicado de la diócesis añade: «Animamos a continuar la convivencia pacífica para que este tipo de hechos no produzcan un deterioro del diálogo basado en el respeto».

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