«Creemos en el talento de las personas sin importar su edad, género u origen»

en las personas; proteger la belleza del planeta y los recursos naturales; y apostar por la innovación, con la ciencia y la tecnología como pilares esenciales de nuestra actividad.

Lola Ortuño. La belleza es una necesidad universal tan variada como las personas. Por eso, intentamos fomentar equipos diversos, en un entorno de equidad e inclusión. Contamos con más de 40 nacionalidades y más del 60% de representación femenina, incluso en puestos directivos. Nuestra cultura corporativa apuesta por el espíritu emprendedor: cada persona puede inspirar a otros, desafiar el statu quo, proponer alternativas para el futuro. Por ejemplo, tenemos tribus de voluntarios agrupados en torno a un objetivo para hacer avanzar el propósito. La tribu Out at L'Oréal crea iniciativas de inclusión y equidad para el colectivo LGTBIQ+, la de Sostenibilidad, en favor del medio ambiente, con iniciativas como Hairstylist for the Future, que ofrece a los salones de belleza acceso a energías renovables y favorece el reciclaje hasta del cabello.

J.A.L. En 2030, todo el agua de nuestras fábricas será reciclada en bucle y sólo usaremos energías renovables, algo que ya hemos logrado en nuestra planta de Burgos.

L.O. Tenemos programas que impactan de una forma positiva en los empleados y en toda la sociedad. L'Oréal for All Generations y L'Oréal for Youth los acompaña a lo largo de su vida laboral, con medidas de salud física, emocional, financiera, de empleabilidad y de formación.

J.A.L. Me encanta All Generations, que tú desarrollaste. En L'Oréal creemos en el

talento de las personas, sin importar su edad, género u origen. Por eso, este programa permite la formación de upskilling y mentoring para alargar su carrera, desarrollar el talento junior y senior, y promover la movilidad.

L.O. Llevamos años dando forma a esa riqueza intergeneracional. Hace una década creamos Share and Care, que ofrece acompañamiento y beneficios físicos, emocionales o financieros. Este año hemos arrancado un protocolo destinado a quienes padecen cáncer y tenemos también un plan de acompañamiento en caso de sufrir violencia doméstica. Pero de nada sirven los programas sin un estilo de liderazgo que los haga realidad.

J.A.L. Nuestro liderazgo debe ser absolutamente coherente con nuestro propósito. El legado de L'Oréal tiene que ser, ante todo, ético. Por eso, animamos a un liderazgo que facilite la cooperación y la inteligencia colectiva.

L.O. Hay que tener modelos de referencia y monitorizar los avances. Nuestro barómetro anual también analiza la percepción y alineamiento de los valores de la empresa con el propósito. Afortunadamente, los empleados

ven que el compromiso es auténtico, y ocho de cada diez sienten que es una realidad en su trabajo diario.

J.A.L. Debemos sentirnos orgullosos. Un propósito debe responder a todos los colaboradores; si sólo lo hace

a las necesidades o emociones de una parte, es un mal propósito.

L.O. Un ejemplo de cómo se identifican con él es el gran número de voluntarios. El propósito moviliza el compromiso, disminuye la rotación y aumenta la voluntad de permanecer en la empresa.

J.A.L. Cada año, medimos si los empleados se sienten empoderados, si las condiciones son adecuadas y, al preguntar por su compromiso, aluden al propósito: somos una compañía responsable, comprometida, diversa

e inclusiva, donde se sienten respetados y acompañados.

L.O. Hemos trabajado mucho para que cada uno pueda mostrar su individualidad. Todos los empleados tienen, al menos, un objetivo que mide su contribución al programa de sostenibilidad L'Oréal for the Future; así, el propósito desciende hasta el último trabajador. El propósito mueve y conmueve, mueve el compromiso de los equipos.

J.A.L. Si una empresa partiera ahora de cero para construir su propósito, yo le recomendaría que fuese coherente con su ADN y con su historia, porque va a guiar todos sus actos.