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francis silva
La temperatura en Andalucía ya supera en medio grado a la media histórica

La temperatura en Andalucía ya supera en medio grado a la media histórica

El último informe anual de Medio Ambiente constata también una grave reducción de la lluvia y mejoras en la calidad del aire y en la erosión del suelo

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Sábado, 17 de diciembre 2022, 23:43

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El calentamiento es global, pero tiene efectos locales. Andalucía ya está registrando temperaturas que superan a la media histórica en casi medio grado. En concreto 0,4 grados, según refleja el último informe anual de Medio Ambiente elaborado por la Junta de Andalucía y que fue presentado esta semana. Según el estudio, durante el año pasado, tomado como referencia al contarse ya con todos los datos, Andalucía registró un clima cálido y extremadamente seco, con una temperatura media de 16,4 grados, cuatro décimas por encima de los 16 grados registrados como media en el periodo 1971-2000.

El Informe anual de Medio Ambiente, que analiza diferentes aspectos de la temática medioambiental, fue elaborado por la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul a partir de los datos obtenidos durante el ejercicio anterior. En el presente año la tendencia se ha agudizado aún más, y los datos provisionales disponibles en otoño indican que la temperatura media de todos los meses de 2022 ha superado la temperatura media del mes correspondiente de 2021.

Siendo preocupante el aumento de temperaturas ya constatado, el escenario es aún más inquietante con las proyecciones que se realizan hasta final de siglo. En lo que concierne a la temperatura media anual, la combinación de modelo-escenario para la que se producen los valores mínimos y máximos a finales del XXI dan como resultado unos incrementos que oscilan entre 1,8°C (11%) y 8,4°C (53,5%) de aumento, respectivamente, con respecto a los valores calculados por los modelos para el período histórico (1961-2014).

Este aumento de temperaturas no es homogéneo en todas las provincias. De hecho, Almería y Cádiz experimentan pequeñas reducciones de 0,1 grados sobre la media histórica. Pero es singularmente proecupante en Málaga, donde ya se registra un aumento de 0,7 grados; en Córdoba, con un incremento de 0,6 grados, y también en Granada, Jaén y Sevilla, con aumentos de la temperatura de 0,3 grados sobre la media histórica.

El estudio destaca las dos olas de calor que sufrió en ese periodo la comunidad autónoma, que se incluyen entre las más importantes de la historia tanto por su intensidad como por su extensión. A ello se sumó una ola de frío, tras el paso de Filomena, que afectó casi a todas las provincias, pero con más intensidad a Almería. Fue una de las olas más frías de las registradas desde 1975.

A esta situación de fenómenos extremos se suma la sequía, ya presente en el año que analiza este estudio pero que se agudizó en 2022 en las demarcaciones hidrográficas andaluzas. Durante el año pasado las precipitaciones medias en Andalucía sumaron 400,8 milímetros frente a los 533,7 milímetros del periodo histórico 1971-2000, lo que supone una merma del 25 por ciento.

El estudio señala en ese sentido que el perfil climático del 2021 dio continuidad al del año anterior y volvió a caracterizarse por precipitaciones escasas, temperaturas elevadas y, con ello, por la prolongación e intensificación de la sequía, lo cual ha traído como resultado un efecto negativo sobre el estado de la vegetación en Andalucía y la consecuente acentuación del riesgo de desertificación.

La tendencia se ha agravado este año, con una precipitación acumulada muy inferior a la de los mismos meses de 2021. En octubre de 2022 se midió el segundo valor más bajo de la serie desde 1990.

Por provincia

Comparando con la serie histórica todas las provincias ha sufrido esta merma en las precipitaciones, aunque el contraste entre el periodo 1971-2000 y la precipitación del año pasado es mayor en Málaga, con un 35 por ciento menos de lluvias que la media histórica; Cádiz, con un 31 por ciento menos al igual que Granada, y Córdoba, con un 30 por ciento menos. Almería es la provincia más seca y Cádiz, la más húmeda.

Siendo preocupante la situación actual, las proyecciones hasta final de siglo lo son todavía más. Para el período 2070-2100 la tendencia de la precipitación anual en las dos combinaciones modelo-escenario es la de disminuir con respecto al valor histórico. Estos descensos se sitúan a finales de siglo entre los 33,1 mm (6,6%) de diferencia con la combinación que pronostica la menor disminución de las precipitaciones anuales, y los 138,5 mm (29,8%) menos de precipitación, en el modelo con el pronóstico más desfavorable.

En el lado positivo de la balanza, el informe señala otros parámetros relacionados con el estudio del cambio climático que han mostrado ciertos signos de mejora a lo largo del año 2021. Es el caso del espesor de la capa de ozono o el índice ultravioleta. Asimismo también han disminuido las emisiones de gases de efecto invernadero, tanto en números absolutos como en relación con la actividad económica. En concreto, se registró una reducción del 18,3% en 2020 con respecto al año anterior, con lo que se ha continuado con la tendencia decreciente de los últimos años.

Otro de los aspectos positivos registrados en el informe es que Andalucía registra el mejor porcentaje de calidad del aire de los últimos diez años. Se incrementa el porcentaje de días con situación admisible (97% días con situación admisible) y desciende el número de ocasiones con situación inadmisible (525), dando continuidad a una tendencia general positiva.

El estudio señala que la situación de la calidad del aire mejoró previsiblemente por el mantenimiento de las medidas de reducción de la actividad y de la movilidad aplicada durante la pandemia y por unas condiciones atmosféricas favorables, afectando especialmente a los indicadores más relacionados con riesgos para la salud.

De acuerdo con la Estrategia Andaluza para la Calidad del Aire, la Junta de Andalucía puso en marcha la revisión de los 13 planes para la mejora de la calidad del aire de la comunidad, así como la elaboración de seis planes de acción a corto plazo en las aglomeraciones urbanas de Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla, y en las zonas industriales de la Bahía de Algeciras y Huelva.

Otro de los aspectos en los que el balance es positivo es en el efecto de erosión del suelo, que se reduce debido al menor volumen de precipitaciones recibidas, ya que es uno de los factores que más inciden en la pérdida de los suelos.

El porcentaje de superficie sometida a pérdidas de suelo altas o muy altas en 2020 fue del 2,9 por ciento frente a una media del 8,2 por ciento en el periodo 1992-2019. La capacidad erosiva de las precipitaciones se mantuvo en todo el territorio muy por debajo de la erosividad promedio del periodo 1992-2019.

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