Tres de cada diez andaluces ya aconsejan a sus hijos que sean emprendedores
Un exhaustivo trabajo de análisis de la sociedad andaluza bucea en aspectos culturales que pueden favorecer el despegue económico
¿Es la realidad económica de una sociedad la que determina sus rasgos culturales o hay en la cultura de un pueblo factores que pueden ... ser decisivos para cambiar el rumbo de la economía? La pregunta de qué ha sido primero, si el huevo o la gallina, llevada a las ciencias sociales ha dividido a lo largo de la historia a los estudiosos de sus diferentes ramas, ya sean economistas, sociólogos o antropólogos. Esta misma pregunta es el punto de partida que permite acercarse a un exhaustivo estudio de la sociedad andaluza realizado por el Centro de Investigación Social Aplicada (CISA) de la Universidad de Málaga, que analiza qué aspectos arraigados en la cultura de Andalucía pueden suponer una oportunidad ante el cambio de modelo hacia la sociedad digital que atraviesa la humanidad en estos tiempos. La conclusión es que la relación con la naturaleza, el talento innovador y el estilo de vida andaluz sitúan a Andalucía en una posición de ventaja que debería aprovecharse.
«Desde el siglo XVIII hasta ahora, Andalucía ha perdido muchos trenes y ahora está ante una nueva oportunidad», explica Luis Ayuso, director junto a José Manuel García Moreno del estudio, denominado 'Nuevas estrategias para el desarrollo socioeconómico de Andalucía', en el que han trabajado 22 investigadores de universidades andaluzas y que será presentado en Sevilla el próximo 6 de marzo.
Los trabajos de campo de los estudios sociológicos que más habitualmente llegan al público, como los sondeos electorales, suelen permitir obtener la fotografía de un estado de opinión en un momento determinado. Pero en este caso, lo que se pretendía no era una foto, sino una película. Por eso, los investigadores bucearon en estudios sociológicos realizados en décadas pasadas (se llegó a contar con encuestas de medio siglo atrás), para replicar en los mismos puntos geográficos de Andalucía preguntas similares. Con las respuestas obtenidas consiguieron analizar la evolución cultural que puede leerse como un factor de desarrollo en esta nueva época. Los andaluces de hoy en día, a diferencia de los de los años setenta u ochenta del siglo pasado, ya no consideran que la suerte sea un factor determinante para su futuro y tienen una idea muy diferente de lo que supone emprender o viajar al extranjero para buscar un futuro. La forma en la que se ve emigración en esta época no tiene nada que ver con la de medio siglo atrás. «Antes era el pobrecito que tenía que emigrar, ahora se ve como una oportunidad para salir, crecer y volver», sostiene Ayuso.
Qué cambió y qué no
Hay factores que apenas se han modificado en este medio siglo, como la satisfacción mayoritaria de los andaluces por vivir en su tierra, aunque en esto también ha habido cambios. La identidad andaluza, con el acento como uno de sus elementos más característicos, que antes se veía desde un sentimiento de inferioridad, ahora se reivindica con orgullo.
«Desde el siglo XVIII hasta ahora Andalucía ha perdido muchos trenes»
Otro cambio, explica García Moreno, está en que la idea de que la solución a los problemas dependía de factores externos o incluso de la suerte. Ahora existe una mayor conciencia de autonomía que implica una activación de la sociedad civil. «Frente al otro están nuestras propias capacidad que tenemos que potenciar», sostiene. A las nuevas generaciones, a diferencias de a los mayores, no les apasiona la lotería.
En este sentido, uno de los cambios más significativos que aparecen en el estudio es la respuesta a una pregunta similar a la que se hizo en una encuesta realizada en 1970: ¿Qué le aconseja a su hijo que haga en el futuro? Medio siglo atrás, un 53,7 por ciento respondió que buscara un trabajo en un organismo público. En la encuesta realizada el año pasado, la respuesta equivalente, 'que se presente a unas oposiciones', baja a un 42,6 por ciento y aparece con el 31,5 por ciento una opción inimaginable en 1970: 'que sea emprendedor'. La opción de que trabaje en una empresa privada, que hace 54 años ascendía al 35,2 por ciento se reduce al 9,8 por ciento, por debajo de 'que trabaje en el extranjero', que suma el 10 por ciento.
«Eso es el cambio con datos –celebra Ayuso-, si hubiera salido lo mismo, en Andalucía no hubiese habido cambio cultural, pero la pregunta ha sido prácticamente la misma y fíjate lo que sale. Eso quiere decir que hay algo». «Ese 31 por ciento que dice que sea emprendedor es un cambio, no es toda la sociedad pero hay elementos que nos empiezan a dar base», completa García Moreno.
«La historia nos enseña que quien sabe leer estos procesos de cambio los aprovecha»
Otro cambio fundamental se observa en las respuestas a la pregunta de qué da más resultado en la vida. Hace medio siglo, el 77,3 por ciento creía, de nuevo, en la suerte, frente a un 21,8 que lo fiaba al trabajo tenaz. Ahora, un 66 por ciento de las andaluces ya opina que ello depende del esfuerzo personal, frente a un 12,9 por ciento que elige la opción de 'el respaldo de la familia', el 10,6 por ciento que opta por 'la suerte' y el 9,2 por ciento que cree que son las relaciones sociales el factor determinante.
¿Pero cuáles son los cambios que atraviesa el planeta y que marcan esta nueva época? Ayuso explica que el momento en el que nos encontramos «es similar al que se encontraron nuestros abuelos cuando fueron del campo a la ciudad. Tradicionalmente hemos vivido en sociedades agrícolas; luego, durante tres siglos en sociedades industriales, y en el momento en el que estamos es de cambio hacia otro modelo de sociedad, el de la sociedad digital». En gran medida, en su opinión, así como se ha pasado de una «sociedad de señoritos», que sería la sociedad agrícola, a una «sociedad de empresarios», la sociedad industrial, ahora se está pasando de esta a «una sociedad de autónomos», con todas las ventajas y desventajas que ello supone.
No es cambio a medio plazo, sino inmediato. Se está produciendo ahora y a la velocidad propia de esta época. El cambio afecta a la economía, a las estructuras sociales y también a las culturales. «La historia nos enseña que en esos procesos de cambio, quien sabe entenderlo puede convertirlo en oportunidad», advierte.
Nuevos valores
Los valores que se perciben de esta nueva sociedad serán necesariamente diferentes a los del modelo que va quedando a atrás. y en ellos tendrán una importancia fundamental conceptos como los de calidad de vida o la creatividad . Y ello teniendo en cuenta otra factor que detecta el estudio y que describe la manera en la que han cambiado los valores en esta nueva sociedad naciente. En relación con el trabajo, un 76,7 por ciento de los andaluces aspira a tener una ocupación que le guste con independencia del dinero que gane frente a un 16,1 por ciento que pone como principal requisito ganar mucho dinero.
«En la sociedad digital un elemento clave es la educación y ahí estamos pinchando»
Con estos parámetros como indicadores de la nueva sociedad postindustrial, el estudio analiza cuatro ejes: los factores que promueven o dificultan la innovación en Andalucía y los elementos socioeconómicos fundamentales para la atracción y la conservación del talento; la percepción de los andaluces sobre la sostenibilidad ecológica y la economía circular; el análisis de la zonas rurales que pueden convertirse en potenciales nichos de desarrollo socioeconómico, y los rasgos culturales que fomentan estilos de vida saludables que contribuyen a la mejora de la calidad de vida.
Frente a estos factores que pueden posicionar a Andalucía en una buena situación para subirse al tren del desarrollo en la nueva época hay otros que resulta imprescindible mejorar para que la oportunidad no se pierda. «Hay problemas estructurales que no conseguimos mejorar, como las desigualdades, la tasa de paro juvenil, el problema que estamos viendo estos días en el Campo de Gibraltar», advierte García Moreno. Para Ayuso, en la sociedad digital uno de los elementos claves es el educativo. «Y ahí estamos pinchando –advierte-, si tú no educas y no consigues atajar el fracaso escolar, la sociedad del futuro no va a poder aprovechar las oportunidades de la digitalización, ese el principal problema de Andalucía».
Reto demográfico
Otro de los retos de futuro es el demográfico. España en su conjunto camina hacia una sociedad más envejecida, con baja natalidad y necesitada de inmigrantes. El destino hacia el que va Andalucía no es a grandes rasgos diferente, aunque parte con la ventaja de que está mejor vertebrada poblacionalmente, ya que a lo largo de los últimos años consiguió arraigar población en el medio rural, algo que no pudieron hacer otras comunidades autónomas. «Eso nos va a poder afrontar mejor el reto de la sociedad digital», explica Ayuso.
«Andalucía ha sabido arraigar población en el medio rural, eso es una ventaja»
Otra de las ventajas de la sociedad andaluza ante la nueva era digital es su sociabilidad, un rasgo negativo en las sociedades industriales, ya que se considera un factor que disminuye la productividad, pero que supone el principal antídoto para la soledad en una sociedad de personas mayores. «Esa cultura de sociabilidad va a hacer que venga gente», vaticina Ayuso, que también considera a este factor como una ventaja a la hora de traer y asimilar inmigrantes, necesarios para el crecimiento económico futuro. «Andalucía es un lugar donde es fácil arraigarse», apunta.
En ese proceso, señala García Moreno, juegan un papel fundamental las ciudades de tamaño medio que salpican la geografía andaluza, cabeceras de comarca que por su población, comunicaciones y servicios podrían ser capitales de provincia en otras comunidades. «Eso hace que Andalucía sea muy atractiva para irse a vivir no sólo en las capitales. No estamos ante un proceso de éxodo del campo a la ciudad o de ciudad al campo, sino de la ciudad a la ciudad media», sostiene. Se trata de un proceso, completa Ayuso, que nos dirige hacia sociedades más móviles, donde la gente va a trabajar y a teletrabajar». Y en ese proceso, Andalucía presenta unas ventajas que, si las aprovecha, podrá, ahora sí, subirse al tren.
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