El PP de Andalucía ante las elecciones gallegas

Las citas con las urnas en una u otra circunscripción siempre tensionan en mayor o menor medida a los partidos e invitan sin excepción a lecturas con repercusiones domésticas. Ni las europeas de junio ni las gallegas de este domingo van a ser la excepción.

No es posible explicar el encumbramiento de Alberto Núñez-Feijóo hasta la dirección nacional del Partido Popular sin valorar el papel que en ese proceso traumático jugó el PP de Andalucía y en particular su presidente, Juanma Moreno. La apuesta andaluza por el dirigente gallego fue tan contundente que Moreno se desprendió de sus dos dirigentes más valiosos, Elías Bendodo y Juan Bravo, para apuntalar al recién llegado a la cúpula de una formación que acababa de atravesar la mayor crisis interna de su historia.

No se puede decir que la respuesta de Núñez-Feijóo al PP de Andalucía haya tenido la virtud de la simetría cuando, después de dar los primeros pasos, decidió refugiarse en el clan gallego y dejar en un segundo plano de protagonismo a los dirigentes andaluces que habían abandonado la Junta para fortalecer su proyecto

El PP de Galicia se enfrenta este domingo a las urnas y Núñez-Feijóo tiene una nueva prueba tras el trauma aún no superado del 23-J.

Los populares andaluces se han apresurado a volver a cerrar filas con su presidente nacional independientemente del resultado de las elecciones y Juanma Moreno ha estado en Galicia todas las veces que su agenda se lo ha permitido.

Para el presidente nacional, una victoria en su tierra sería un respaldo vigoroso en su objetivo de alcanzar La Moncloa. Si Alfonso Rueda sigue al frente del Gobierno gallego, el PP se convertirá en un remanso de tranquilidad y la presión se trasladará al campo contrario. Pero si los números no dan, seguramente llegarán las dudas y las miradas empezarán a posarse en posibles alternativas. Hay una que gusta en Madrid, pero que provoca recelos en el resto de España. Y las opciones no abundan.

Juanma Moreno ya ha dicho una, dos y cien veces que no se plantea ningún destino político fuera de Andalucía. Ya ha estado en Madrid y sabe que aquello es un mundo hostil, pero sobre todo es consciente de que el proceso que encabeza en Andalucía lleva su marca personal. Su eventual marcha obligaría a comenzar de cero. Con lo que costó llegar. Por eso, su salida no es una opción. Pero por si acaso, los populares andaluces encenderán velas para que esta noche no haya sorpresas en Galicia.