Pacto de silencio en el grupo parlamentario de Ciudadanos

Marín criticó la estrategia del líder popular en Castilla y León y lo acusó de haber cambiado un gobierno de centro por uno de extrema derecha. La censura no le vino de sus aliados del PP de Andalucía, sino de las múltiples voces críticas que tiene en su propio grupo parlamentario, que aprovecharon para hacer aflorar por un día sus diferencias con el coordinador andaluz de Ciudadanos. El exportavoz, destituido por Marín el pasado verano, Sergio Romero, y los parlamentarios Raúl Fernández (Granada) y Javier Pareja (Málaga) se lanzaron en Twitter contra la verborragia de su jefe de filas, a quien acusaron de poner en riesgo la estabilidad del Gobierno andaluz. «Esto ni suma ni es coherente», escribió Romero. «Hay que ser leales y tener claro que el enemigo es Sánchez, no Casado», puso Pareja, que remató: «He sido prudente mucho tiempo». Estos mensajes fueron replicados por otros diputados críticos con Marín, pero no así por la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, considerada la principal referente del sector marginado por el vicepresidente.

La repercusión de estas críticas públicas, que aún siguen colgadas en la red social, causó un terremoto interno, pero el asunto no irá a mayores. Ambas partes han acordado no darle más recorrido al asunto y para ello se han llamado a silencio. No habrá sanciones para los diputados díscolos y nadie volverá, de momento, a referirse al asunto. El conflicto interno seguirá su curso, como hasta ahora, puertas adentro.