La Junta lanza su propia estrategia para llenar la Andalucía vaciada
El plan parte de identificar once zonas en peligro de despoblamiento que pueden frenar el proceso si son capaces de ofrecer vivienda y posibilidad de desarrollo profesional
Andalucía abarca un territorio equivalente al 92 por ciento de Portugal y su población equivale al 85 por ciento de ese país. ¿Cuántos habitantes debería ... sumar para ponerse al nivel de sus vecinos? Parece un problema de ingenio matemático, pero es en realidad un desafío del que depende la supervivencia de algunas de sus zonas amenazadas por el despoblamiento
Aunque pocas veces se piensa en Andalucía cuando se alude al drama de la España vaciada –en otros territorios el problema se expresa con mayor crudeza y gran parte de los procesos migratorios andaluces son internos- lo cierto es que no hay provincia que no esté amenazada por la tendencia de concentración demográfica en las zonas costeras y en las grandes ciudades. No se trata de un problema como el que sufren otras comunidades, donde el problema de la despoblación afecta al conjunto del territorio, sino que está concentrado en once zonas, que presentan una densidad de población más baja y que en los últimos años han perdido habitantes por encima de la media.
Se trata de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva), la Sierra del Segura y Cazorla (Jaén), Sierra de la Olla de Guadix y Baza (Granada), Los Pedroches y el valle del Guadiato (Córdoba), Alpujarra (nn las provincias de Granada y Almería), Sierra Morena y Vega Alta (Sevilla) , Sierras occidentales de Málaga, el Andévalo y la cuenca minera de Huelva, Sierra Filambre y Alamilla (Almería), condado de Jaén y la zona noroeste de Cádiz y Los Alcornocales.
Paradójicamente, esta situación se produce en un momento en el que la vida en las grandes ciudades ha perdido calidad como consecuencia de la gentrificación, el aumento desmesurado de la vivienda y la expulsión de la población al extrarradio y cuando el teletrabajo se ha naturalizado como una opción impensable antes del tiempo de la pandemia.
Por un lado, territorios y pueblos que necesitan parar la sangría demográfica; por el otro, jóvenes, trabajadores y familias que estarían dispuestos a cambiar sus vidas a poco de que tuvieran una posibilidad de hacerlo. En la conexión de ambas necesidades se sustenta la estrategia con la que la Junta de Andalucía quiere afrontar el reto demográfico.
Con esta meta se ha puesto en marcha un proyecto, aún sin nombre, financiado con cargo al Fondo de Cohesión Territorial consignado en los Presupuestos Generales del Estado de 2022, del que Andalucía recibe 1,4 millones para actuaciones a desarrollar en este año. Aunque la evolución demográfica en Andalucía no es tan preocupante como en otros territorios, el reto que afronta la comunidad es lograr un equilibrio en el reparto de la población entre zonas rurales, provincias de interior, espacios de montaña y zonas de costa.
Según el consejero de Justicia y Administración Local, José Antonio Nieto, la que se pondrá en marcha en Andalucía es una estrategia radicalmente diferente a la que se está siguiendo en otros territorios de España para afrontar el reto de la despoblación. Las once zonas más afectadas por este fenómeno, en su opinión, presentan atributos que pueden ser atractivos para seducir a potenciales nuevos habitantes. El desafío es darlos a conocer..
El plan parte de la hipótesis de que así como hay personas que abandonan las zonas rurales para buscar oportunidades de desarrollo en las grandes ciudades o en la costa, también existen las que estarían dispuestas a procurarse una mejor calidad de vida a poco de que tuvieran oportunidades de trabajo y de acceso a la vivienda en pequeños municipios.
¿Por qué no se ha conseguido hasta ahora detener ese proceso de despoblamiento? La Junta entiende que se han cometido varios errores. El primero tiene que ver con la imagen que se traslada del mundo rural cada vez que se cierra una entidad bancaria o se difunde la falta de servicios que sufre algún municipio y se toma la parte por el todo. La realidad, en opinión de Nieto, es que la calidad de servicios en los pueblos pequeños es mejor incluso que la que existe en las grandes concentraciones urbanas.
El segundo error, que la estrategia andaluza pretende corregir, es la identificación de la población diana a la que deben dirigirse las campañas para atraer población a los pueblos pequeños. Hasta ahora se han enfocado en personas de edad madura a pesar de que los estudios reflejan que es la gente joven la que muestra más disposición a comenzar un proyecto de vida en el mundo rural siempre y cuando se den dos condiciones básicas: acceso a la vivienda y la posibilidad de un desarrollo profesional acorde a la formación recibida. En concreto, un trabajo realizado por el Centro de Estudios Andaluces (Centra) arrojó recientemente un resultado novedoso. Es la gente más joven la que está más dispuesta a dar el paso, sólo con que se cumplan esos dos requisitos: posibilidad de acceso a la vivienda y y proyecto profesional. En concreto, un 46,7 por ciento está dispuesto a dar el paso.
El tercer error ha tenido que ver con una falta de ambición. Según Nieto es necesario ampliar el foco y dirigirse al conjunto de la población europea. «Nuestra población diana son los 467 millones de habitantes que hay en Europa, porque difícilmente van a poder encontrar mayor calidad de vida en cualquier otro territorio del que puede ofrecer Andalucía», asegura.
El modeo AirB&B
El plan consiste en poner en contacto esa demanda con la posible oferta existente. Para expicarlo, Nieto recurrió a uno de los modelos de negocio qué más impacto ha causado en los últimos años para explicar esta estrategia. Se trata de hacer lo que las plataformas de alquiler de viviendas turísticas ya hicieron hace tiempo: conectar la oferta con la demanda.
¿Pero cuál es la oferta? ¿Cómo se va a garantizar que los municipios que opten a atraer nuevos vecinos cuentan con los servicios que esas personas demandan? Parte del plan consiste en crear un sello que garantice que los municipios que se interesen por este proyecto están en condiciones de ofrecer lo que sus potenciales nuevos vecinos demandan.
El proyecto señala un cronograma de actuaciones entre 2023 y 2025. La primera es el desarrollo de un portal web para unificar datos e información sobre los servicios públicos con los que cuentan los municipios andaluces y las oportunidades que ofrecen para asentarse en ellos, así como las líneas de ayudas de la Junta de Andalucía de las que pueden beneficiarse los residentes y emprendedores del medio rural.
El objetivo es que sea un escaparate de las potencialidades de pequeñas localidades y comarcas para atraer habitantes y lograr un reparto más equilibrado de la población, el principal reto demográfico de la comunidad.
El portal web, que se pondrá en marcha este año, unificará y difundirá la oferta específica de estas localidades y creará un marco integral que atraiga población a estos territorios al poner en valor sus recursos de vivienda asequible, espacios de trabajo competitivos con los servicios tecnológicos necesarios, los programas de apoyo existentes que compensan el vivir y trabajar en estos municipios, la accesibilidad en transporte público y los servicios que ofrecen.
Este portal, con una inversión para esta primera medida de 597.699 euros, contará con coordinadores para mantener actualizada la información que se ofrezca, creando así una estructura por todo el territorio.
Uno de los objetivos es atraer nuevos trabajadores-residentes en estas zonas con diversas medidas que van desde las campañas de difusión hasta la puesta a disposición de viviendas y espacios asequibles o estancias subvencionadas, que se desarrollarán a largo plazo. Estas iniciativas se evaluarán de forma constante para monitorizar el impacto real.
Igualmente, permitirá colaborar en el mantenimiento de ciertos servicios que ofrecen los municipios y activar la creación de otros que contribuyan a atraer población y generar espacios competitivos de trabajo en el medio rural.
Con esta estrategia se debería poder aspirar a aumentar la población andaluza en un 8,2 por ciento (algo más de 700.000 habitantes) que es la respuesta al problema matemático señalado al comienzo.
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