Juan Bravo: «El mejor momento en las encuestas fue cuando nos tumbaron los presupuestos»

-Finalmente se ha impuesto su tesis acerca de cuándo debían convocarse las elecciones.

-No es mi tesis. Es algo que yo defendía quizás desde un punto de vista más técnico que con otro análisis. Yo ya defendía que era un problema no tener presupuestos este año, imagine si lo alargásemos hasta abril o mayo de 2023. Son unos presupuestos de 2021 que para 2022 no valen, mucho menos para 2023. En Portugal han convocado elecciones al quedarse sin presupuestos. Me han preguntado si lo que estamos preparando es un relato para convocar elecciones. Si fuera por oportunidad política, el momento mejor que hemos tenido en las encuestas es cuando nos tumbaron los Presupuestos (noviembre de 2021). Ahí Juanma podría haber decidido convocar elecciones porque con las encuestas era difícil tener un escenario mejor. Ahora la legislatura está llegando a su fin, tenemos el escenario de hacerlo un poquito antes del verano o un poquito después. Es un dato técnico puro y duro para conseguir que entre julio y agosto se conforme el gobierno, en noviembre se pueda llevar el Presupuesto al Parlamento y en diciembre tenerlo aprobado.

-¿Se han arrepentido de no haber convocado cuando se rechazaron los Presupuestos? En ese momento el Gobierno no necesitaba siquiera explicar lo motivos.

-Recibimos muchas críticas por no haber convocado en ese momento, pero el presidente dijo que quería agotar la legislatura. Yo creo que lo que está planteando es agotarla, porque sería un adelanto técnico. Si no, haríamos lo que hizo el Partido Socialista, que recordemos que en 2018 se fue a elecciones sin presupuestos. En 2019 tuvimos que hacer tres presupuestos: la prórroga, el Presupuesto de 2019 y el de 2020. Sería entrar con muy mal pie.

-¿Su idea es hacer los de este año y los de 2023 o empezar a trabajar en los de 2023?

-Empezar a trabajar en los de 2023. El presidente nos ha mandatado que empecemos a trabajar en los Presupuestos cuando toca, en mayo o junio, porque hay una parte de cualquier presupuesto que se puede ir avanzando independientemente de que haya elecciones. Para este año, por muy rápido que lo hiciésemos no merece la pena ya.

-¿Cuáles son las dificultades de no tener presupuestos ahora?

-El primer problema es que la realidad para los que estaban confeccionados, que es 2021, 2022 la está superando. En segundo lugar, hay elementos que estaban en el presupuesto que en 2022 no puede estar porque es una prórroga. Cualquier cosa que tengamos que incorporar lleva un trámite administrativo que ralentiza todo lo que estamos haciendo. En tercer lugar, tenemos el tema de los fondos europeos, para los que también necesitamos tener presupuestos porque afectan a distintas variables. En 2023 la realidad no va a tener nada que ver con la de 2021, donde teníamos un gasto Covid muy importante. Sanidad, educación y políticas sociales son las tres áreas que se pueden ver más afectadas, hay que adaptar los presupuestos a las necesidades, que van a ser diferentes. La inflación también nos presenta un problema muy importante con las licitaciones, que a lo mejor nos lleva a replantearnos los costes de cada uno.

-¿Hasta dónde llega el trastorno que provoca la inflación?

-Los españoles ya hemos perdido 17.500 millones de poder adquisitivo y 94.000 millones en depósitos que han perdido valor. Hoy tenemos un 10 por ciento menos de capacidad de actuar y eso limita nuestra capacidad de consumo y genera un escenario de incertidumbre. Lo peor que puede tener la economía es incertidumbre. Y también hay un efecto psicológico. Parte de lo que se produjo en la crisis de 2008, aparte de una mala estructura financiera, vino provocado por el miedo que se generó tras los primeros movimientos. Enlaza uno detrás de otro. Aquí pasa lo mismo, sobre todo porque en un primer momento se ha negado. Se ha dicho que era un elemento estructural, que iba a durar dos o tres meses y ya sabemos que como mínimo va a durar todo el año 2022, se apunta al 23 y sólo en el 24 volveríamos a una buena situación.

-Se dice que las familias son un 10 por ciento más pobres, pero la Administración también tiene menos recursos.

-De los 70.000 millones de los fondos Next Generation, si nos cuesta hacer las cosas un 10 por ciento, más tenemos 7.000 millones menos. Por eso estamos planteando que es necesario disminuir el gasto público.

-Tanto el Gobierno de la Junta como el Partido Popular ponen mucho énfasis en el aspecto fiscal. ¿En los presupuestos en los que comenzará a trabajar habrá una nueva bajada de impuestos?

-En estos momentos, lo que seguro que no hay que hacer es subirlos. No sólo vale bajar impuestos pero como mínimo en este momento, con carácter coyuntural, tiene que haber una bajada de impuestos temporal por lo menos a las clases medias y a las clases bajas. Si el Gobierno de España en los tres primeros meses ha recaudado 7.500 millones de euros más, que no eran previsibles, qué menos que devolver esos 7.500 millones, porque el riesgo es que la gente deje de consumir. Nuestro concepto como mínimo es no subir y luego reformas, simplificación y reducción del gasto público. En la Junta hemos comprado coches eléctricos pero dimos de baja el doble de coches que habíamos comprado.

-Se pone el énfasis en atajar esta situación bajando impuestos como si fuese un botón mágico que solucionaría el problema

-No hay un botón mágico. Esto no sólo pasa aquí, sino también en el resto de Europa. Pero cuando mira cómo están en Francia o en Portugal, se ve que aquí hace falta ese botón para bajar la presión fiscal a como la tienen los demás. No es exclusivo de España, pero en España está peor. La política no es tanto bajar o no bajar impuestos. Nosotros decimos bajar impuestos para que sea rápido y de otro lado el presidente no quiere hacerlo por una cuestión ideológica pero plantea ayudas que están colapsando el sistema. Aquí hemos vivido ayudas que llegan tres años más tarde. Las estaciones de servicio están pidiendo préstamos para poder anticipar el dinero de la ayuda. ¿No es más fácil bajar el impuesto, si al final esas ayudas se van a pagar con los impuestos? Simplifiquemos, que todo este trámite vale mucho dinero.

-¿En un momento en el que se requiere más gasto público no son necesarios los impuestos para financiarlo? Andalucía pide un nuevo modelo de financiación que supone inyectar más dinero en el sistema.

-El Gobierno de España lleva recaudando más dinero desde que llegó, 223.000 millones.

-También gasta más.

-La clave no es si gasta más, sino si lo gasta bien. Por la inflación se está haciendo que los españoles tengamos menos recursos para poder atender nuestras necesidades sin que hayamos visto un gesto desde el Gobierno. Consumo antes era una dirección general y ahora es un ministerio. Seguro que sobran asesores, coches. El gasto del parque móvil del Estado se ha multiplicado por cinco. Si mañana el señor Sánchez sale diciendo que reduce de 22 ministerios a 13, que son los que tenía Rajoy, todos entenderían cuál es el mensaje.

-Pero eso es más simbólico que real.

-Es un gesto. Cuando tú como gobierno haces un gesto, toda la gente empieza a aplicar la misma teoría. Estoy seguro de que hay capacidad de ahorro. Hay un estudio que habla de 60.000 millones, hay subvenciones que no están justificadas. Quien nos lee, que piense si ha habido un solo gesto del Gobierno por bajar el gasto público.

-Desde la Junta se dice que Andalucía es la locomotora económica de España y sin embargo según los últimos datos el desempleo sube aquí mientras que en el resto del país baja,

-Es verdad que el último dato es malo, pero hay que ver la foto general. Lo que está claro es que cuando llegamos a diciembre habíamos creado junto con Madrid casi el 45 por ciento del empleo. También hay que reconocer que ahora, a partir de Semana Santa, los datos que empezarán a salir de Andalucía serán muy superiores. Por eso siempre hablamos del año.

-Cuando hubo negociaciones de presupuestos del Gobierno andaluz con Vox parecía que había afinidad en materia económica y que los cortocicuitos surgían en otro tipo de temas. ¿Cuáles son las diferencias entre el programa económico del PP y el de Vox?

-En el ámbito económico hemos conseguido consensuar en torno a los presupuestos la eficiencia en el gasto público o en la bajada de impuestos. Sería injusto por mi parte que yo no reconociese que ellos estaban de acuerdo. Desde el punto de vista económico no hemos encontrado diferencias. Las diferencias pueden aparecer más a la hora de plantear el análisis general de la Administración. Ahí son más evidentes las diferencias. Cuando uno está dentro analiza con mucho más rigor. Desde el punto de vista económico la diferencia está en nuestra capacidad para hacer reformas.