Trincheras de Medio Oriente en Andalucía

Apenas unos días después de la incursión de Hamás en suelo israelí para asesinar y secuestrar personas de toda condición, hubo pleno del Parlamento y a pesar de los intentos del PP, el PSOE y Vox no fue posible aprobar una declaración institucional que reprobara esa operación terrorista.

Adelante Andalucía y Por Andalucía, las dos fuerzas a la izquierda del PSOE, se negaron a sumarse con argumentos similares. Los primeros señalaron que el conflicto se remonta siete décadas atrás y que no podía condenarse a una sola parte. Por Andalucía fundamentó su posición en que debía condenarse todo atentado contra la población civil a pesar de que en el momento de celebrarse el pleno los bombardeos de Israel sobre Gaza aún no habían comenzado. Los parlamentarios de ambas fuerzas permanecieron sentados cuando el presidente, Juanma Moreno, comunicó en el pleno el fallecimiento de la joven hispano-israelí Maya Villalobos, víctima de la operación terrorista. Es difícil imaginar una forma más contundente de perder toda autoridad moral para condenar lo que vino después.

Estas reacciones –y otras que se produjeron en la política española, como las que interpretan como apoyo al terrorismo cualquier muestra de solidaridad con el pueblo palestino- ponen en evidencia cierto gusto por las trincheras y la necesidad de buena parte de los responsables políticos de decir lo que sus respectivas parroquias quiere oír más que de intentar aportar un grano de arena, por insignificante que sea, a la comprensión de un conflicto en el que hay razones y sinrazones a ambos lados de la frontera.