Psicólogos en la cárcel: «Por encima del delito está la persona»

«Al final te das cuenta de que, por encima del delito, está la persona; y hay que dar las herramientas necesarias para que no vuelvan a ocurrir ese tipo de cosas. Intento dejar de lado el delito y trabajar desde lo humano», recalca Beatriz González cuando habla de su trabajo como psicóloga en las terapias con los reclusos. Ella lleva desde 2009 en la asociación realizando esta labor y reconoce que en las primeras entradas a prisión «se está esperando a ver si pasa algo», pero que luego les tranquiliza la seguridad de los funcionarios y diferentes medidas como «un pulsador por si ocurre algún momento tenso o de amenaza». Sí que ha vivido con alguna de sus compañeras alguna «situación intimidatoria pero sin llegar a gran cosa», aunque eso sucede en una minoría de veces, según asegura la psicóloga.

El proyecto, bajo el nombre 'Rehabilitación Psicosocial en centros penitenciarios', ha recibido el impulso de Fundación 'la Caixa' a través de las Convocatorias de Proyectos Sociales. Su programa incluye grupos psicoeducativos y terapéuticos orientados a mejorar las habilidades sociales, la adherencia al tratamiento, la conciencia sobre la enfermedad y la estimulación cognitiva; en los centros penitenciarios se realizan valoraciones personalizadas para identificar las necesidades individuales de cada interno. Según informan desde Afesol, «estas valoraciones se llevan a cabo en las reuniones mensuales de un equipo multidisciplinar del Programa de Atención Integral a Enfermos Mentales (Paiem), compuesto por psicólogos, juristas, educadores, médicos, trabajadores sociales y personal técnico de Afesol Salud Mental». El programa, que también contempla la atención a personas en régimen de semilibertad, tiene como objetivo facilitar su integración en el entorno socio-comunitario a través de acompañamiento psicosocial y la conexión con servicios locales de formación, empleo, salud mental y servicios sociales.

«Desde hace unos años hasta ahora hay más población que tienen problemas con adicciones y trastorno mental, incluso gente cada ves más jóvenes; esto les lleva a los problemas delictivos», analiza Beatriz González los grupos con los que trabaja, que abarcan desde los 26 a los 40 años en su mayoría, aunque «hay entradas de chicos entre 18 y 21, cada vez más».

El programa abarca también las 'escuelas de familia' semanales, que abordan cómo respetar el nivel de autonomía, detectar las señales de alarma o eliminar la 'infantilización'. E incluso incluyen salidas con los usuarios al exterior, para que puedan integrarse en la sociedad. «Hay que mostrarles que tienen que ser capaces de ir a comprar, mantener la casa limpia e incluso estar dispuestos a trabajar. En la asociación tenemos un programa de inserción laboral en el que trabajamos con ellos», concluye.