Jamp Palô: palabras de una vida con un fin único

El amor y amistad que les une llevó a Palô a idear una forma eficaz de recaudación de fondos para la asociación, que este año a causa de la cancelación de todos los eventos solidarios, que le proporcionaban ese alivio para seguir funcionando, está viendo que el camino cada vez se hace más cuesta arriba. Durante el confinamiento, Palô sacó su lado más creativo y, buscando en su baúl de los recuerdos, rescató muchos de los poemas que empezó a escribir con 12 años. «Me daba mucha vergüenza que leyeran mis poemas y escondía las libretas debajo del colchón, pero un día mi madre las descubrió y ahí comenzó todo, aunque aún no he publicado nada», comenta este malagueño que pronto, y gracias al apoyo de la ciudadanía, verá los poemas de una vida entera plasmados en papel de libro.

Esta ha sido la iniciativa que ha llevado a Palô a 'desnudarse' de sentimientos y recopilarlos: La recaudación de fondos para seguir en marcha. Con la colaboración de la cantante María Villalón en el prólogo y las ilustraciones de María Blanco Rengel, 'Palabras Necias o los te quiero que nunca te dije' ha sido posible gracias a un crowfunding (Verkami) puesto en marcha para cubrir los gastos de la primera edición del poemario: 1.213 euros es la primera recaudación para imprimir 213 libros. Y, ¿por qué tanta coincidencia numérica? Para Palô esto es muy significativo: «El número 213 es, para mí, el más importante, ya que resume esa trisomia y también es el número que corresponde al 21 de Marzo (Día Mundial de las Personas Síndrome de Down)», comenta.

En estas páginas de solidaridad hay 47 poemas que hablan de muchos aspectos de la vida de este artista y que quiere compartir con todas aquellas personas que quieran formar parte del crecimiento de Down Málaga para llegar hasta una tercera edición; en total 3.213 euros. «Además de invitarles personalmente a la presentación del libro, se les entregará una insignia con la portada. Si llegamos a la tercera meta, me dedicaré a mandar un vídeo a cada persona que haya aportado dándole las gracias», apunta Palô con la ilusión y las ganas puestas para que crezca este proyecto, que ya lleva más de 1.500 euros recaudados.

La movilización ha sido rápida y eficaz, pero no suficiente para que Down Málaga siga funcionando como antaño. Su presidente, Ricardo Fernández-Palacios, reconoce que la vuelta al centro de día ha estado llena de incertidumbre y algo de miedo por parte de las familias: «La pasada semana confirmaron su vuelta unas diez de 44 personas», apunta. La merma en las inscripciones para el próximo curso, que comenzaría en septiembre, también ha sido notable al verse obligados al elevar las cuotas mensuales para los socios en un 60%. «Se nos obliga a que el personal y los usuarios de los servicios mantengan esos dos metros de distancia. Esto fuerza a que el año pasado donde podíamos realizar un servicio en dos aulas ahora lo tengamos que hacer en cinco. Entonces hay que elevar el número de profesionales a los que tenemos que contratar 52 horas semanales para que se pueda realizar la atención presencial a todos los inscritos de lunes a viernes», apunta Fernández-Palacios lleno de incertidumbre.

El futuro del curso que viene, y también de este, está algo nublado para los usuarios de Down Málaga. Muchas familias por temor o por carecer de los recursos suficientes no podrán volver el próximo año al centro de día, que tanto bien les hace a estas personas. «Aunque no hicimos ERTE y seguimos con las actividades de forma telemática, nuestros profesionales han notado una pequeña regresión en las capacidades y habilidades de los chicos y chicas. El confinamiento ha castigado especialmente a las personas con diversidad funcional», relata el presidente con sinceridad.

A pesar de que el futuro es incierto miremos hacia donde miremos, iniciativas como las de Jamp Palô son imprescindibles para no perder la ilusión. El arte, la música o la poesía seguirán dando alegrías y siendo la vía de escape y salvación para muchos.