Un malagueño en el terremoto de Nueva Zelanda: “Las carreteras parecen alfombras arrugadas; está todo machacado”

Es lo que relata Miguel Gómez, un malagueño de 30 años que ha vivido en primera persona la tragedia. Recién levantado -hay 12 horas de diferencia con España-, atiende a SUR por teléfono para relatar su terrible experiencia. Estaba sentado fumando un cigarro cuando de repente todo empezó a temblar. Los coches parecían de juguete y delante de mi se desplomaron dos edificios, cuenta este joven, que afortunadamente no ha sufrido ningún daño. La ciudad está arrasada. Hay puentes rotos, las carreteras parecen alfombras arrugadas y hay muchos edificios afectados, comenta. El parque más famoso de la ciudad, que tiene un campo de golf, parece un escenario lunar. Está lleno de cráteres de los que salen una especie de lodo gris, dice este malagueño de El Palo. Mira, mira, ahora todo se mueve otra vez, interrumpe su discurso para relatar un nuevo temblor.

Miguel ha tenido que pasar la noche en su piso, ya que no ha podido repostar gasolina para salir de la ciudad el mismo día del terremoto. Su casa es la única habitada de los edificios que forman su comunidad; todo el mundo ha salido de la ciudad por miedo a nuevos terremotos. Esta noche hemos tenido hasta 32 réplicas. Temblores de 4 o 5 grados de magnitud, bastante serios. Hoy la ciudad está totalmente paralizada y nuestra idea es encontrar gasolina para mudarnos a casa de unos amigos a unos 60 kilómetros de aquí, explica.

Sin agua corriente y con los comercios cerrados, tiene preparado un pequeño equipaje con algo de comida y cosas imprescindibles para salir de la ciudad en cuanto pueda. En Christchurch, hay un restaurante español que lleva más de 20 años. Pues está totalmente destrozado, se ha venido abajo. Es todo muy triste y la ciudad va a tardar mucho tiempo en recuperarse de esto, sentencia.

Fotos: Tragedia en Christchurch