La nueva entrada en vigor del PGOU del 97 no termina de animar a los empresarios

Esto supone que, desde finales del mes pasado, los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo han dejado de exigir el cumplimiento de los parámetros del nuevo PGOU y sus informes se ciñen únicamente al contenido del plan del 97. Hasta ahora, los proyectos tenían que cumplir con el plan del 97 y el nuevo y, en todo caso, con el más restrictivo de los dos, según cada caso concreto.

Así, en estos meses, hasta que el nuevo PGOU sea aprobado de manera definitiva por la Junta de Andalucía -algo que puede demorarse un año todavía-, las licencias se conceden en base a la normativa del plan del 97 que, en muchos casos, resulta más beneficiosa para los promotores, sobre todo en lo relativo a la densidad de viviendas por edificio o la reserva obligatoria de aparcamientos.

Fuentes de Urbanismo precisaron que, de oficio, se están revisando medio centenar de licencias de obra que habían quedado en suspenso de manera expresa hasta el momento. A partir de ahora, volverán a ser informadas por los técnicos municipales conforme a la normativa contemplada en el plan del 97 que, por ejemplo, no exigía una superficie media de vivienda de 80 metros cuadrados por promoción ni una reserva obligatoria de 1,5 plazas de aparcamiento por piso.

Primeras

De ahí que las primeras peticiones de licencias que han entrado en la Gerencia tras la nueva entrada en vigor del plan del 97, que finalmente no han supuesto una avalancha de solicitudes -al menos en los primeros días-, hayan sido en su mayor parte para pedir más viviendas por planta.

Asimismo, esta nueva situación a la hora de conceder licencias, sobre todo en lo relacionado con la supresión de la exigencia de una superficie media por edificio -que finalmente será de 70 metros cuadrados en el nuevo PGOU- , va a favorecer las peticiones de cambios de uso, es decir, para convertir un local comercial en una vivienda o una vivienda en una oficina.

No obstante, por si algún promotor aprovecha esta situación para obtener el permiso de un proyecto que va en contra de la estructura del nuevo PGOU -por ejemplo, construir en una zona que va a ser reservada para ampliar una calle-, el Ayuntamiento le advierte de que hoy puede darle la licencia pero puede que le expropie en el futuro.