Zapatero, una profesión humilde
El zapatero más veterano de Melilla asegura que la evolución vertiginosa de la sociedad ha dejado huella en el calzado
TEXTO Y FOTOS: ÁNGELA RÍOS
Lunes, 2 de junio 2008, 03:33
LA globalización, considerada desde hace años un fenómeno, es en la actualidad un hecho que influye al mundo entero. Las profesiones que demandan los jóvenes ... giran en torno a un buen salario, mucha comodidad y poco quehacer. Pero no hace mucho tiempo, los oficios eran mucho más humanos por la relación tan estrecha que existía en los barrios. Así era la vida de un zapatero, una profesión humilde destinada a arreglar las imperfecciones del caminar, y así lo contaba a SUR el más veterano de los tres zapateros de la ciudad.
Situado en el mismo local desde hace 50 años, en una de las calles paralelas a la Consejería de Educación, el veterano comentó que tuvo que dedicarse a esta profesión para sacar a su familia adelante. Su padre -recordaba sin levantar la vista del zapato que estaba arreglando- falleció cuando él era muy pequeño, aunque el mayor de cinco hermanos. Tuvo que ayudar a su madre en esos momentos tan difíciles y escogió el primer trabajo que le ofrecieron.
A veces la necesidad hace que se trabaje en oficios bastante esclavos, pero la suerte estuvo de parte de este hombre a quien no desagradaba ser zapatero pues el oficio en aquellos tiempos era, aunque trabajoso, mucho más elegante.
Resulta curioso comprobar el paso del tiempo en los modelos de calzado que ha arreglado. Asegura que han cambiado mucho y que poco tiene que hacer ya. Una brocha, un bote de pegamento, pintura negra y láminas de cuero, son los materiales básicos que esta humilde profesión requería, y hablo en pasado porque este oficio tan peculiar esta desapareciendo a marchas forzadas.
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