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IGNACIO LILLO ilillo@diariosur.es
Jueves, 20 de febrero 2014, 09:37
El buque portacontenedores Svendborg, de la naviera Maersk, navegaba entre Rotterdam (Holanda) y Colombo (Sri Lanka) por el golfo de Vizcaya el pasado viernes cuando se vio sorprendido por uno de los fuertes temporales que están azotando este invierno el Norte de España. El viento soplaba con una fuerza de 60 nudos (111 kilómetros por hora) y las olas alcanzaban los diez metros de altura. En un momento dado, el buque osciló 41 grados a babor y estribor, lo que hizo que 520 contenedores se fueran al mar, según la información facilitada por la compañía. Otros muchos quedaron destruidos y en una posición muy inestable, con el riesgo de que se desprendieran en cualquier momento. Parte de la tripulación ha requerido apoyo psicológico por el estrés que sufrieron durante el episodio.
En estas circunstancias llegó al Puerto de Málaga el lunes por la tarde, donde Noatum -la entidad gestora del muelle de contenedores- y los estibadores están llevando a cabo una peligrosa maniobra para retirar los teus rotos (con una capacidad de 20 toneladas cada uno) y volver a apilar los que se han caído.
Antonio Sánchez, presidente del comité de empresa de los estibadores malagueños, reconoce que es una operativa complicada, en la que hay que extremar las medidas de precaución para descargar, aunque añade que el personal está muy cualificado para realizarla sin incidencias. «Nos estamos especializando en este tipo de buques; cada poco ocurre un golpe de mar y estamos viendo varios casos», comenta, y recuerda el del portacontenedores Kampala, que llegó en septiembre tras sufrir un aparatoso incendio, y que fue desestibado y reparado en los muelles de la capital. «Puede ser un reclamo para las navieras, que no saben qué hacer en estos casos. Aquel lo sacamos adelante y este está funcionando muy bien». Los trabajos tendrán una duración de unos diez días, lo que supondrá carga laboral para 120 personas y unos 1.200 jornales, lo que supone un verdadero balón de oxígeno en unos meses en los que generalmente hay menos faena.
Puerto especializado
En cuanto a la carga, la naviera declara que alrededor del 85% de los que cayeron al mar estaban vacíos. En algunos de los que han quedado en pie se observa carga de metales, aunque se desconoce el detalle de lo que transporta. Lo que sí aclara es que no son mercancías peligrosas. Durante su estancia en Málaga el barco también tendrá que acometer reparaciones de equipos que han resultado dañados.
El presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, considera que el recinto ofrece las condiciones técnicas idóneas para este tipo de operaciones, junto a precios competitivos. «El muelle de contenedores es el más eficiente de Europa. Aquí pueden entrar los barcos más grandes del mundo y con un costo más barato», comenta. A ello, se añade que la sucesión de buenas experiencias está haciendo que la terminal malagueña se especialice en atender a naves con incidencias. Y la climatología benigna, especialmente necesaria cuando se trata de operativas tan complejas como estas.
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