La prevención de riesgos laborales patina en carretera

Son muchos los malagueños que cada día se exponen a los peligros de la carretera porque en ello les va el sueldo. Camioneros, taxistas, comerciales, repartidores, personal de servicio técnico... Además de los miles de trabajadores que van y vienen a sus oficinas en coche. Y en este ámbito no está funcionando la prevención. El resultado de la suma de conducción y trabajo son los 3.635 accidentes laborales de tráfico registrados en 2010, según los datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración. El 81,6% del total (2.968) fueron 'in itinere', es decir, ocurridos durante el desplazamiento de los empleados desde su domicilio hasta su lugar de trabajo, y viceversa. De estos, 75 se saldaron con víctimas graves y seis con fallecimientos. Los 667 restantes fueron 'en misión', esto es, dentro de la jornada de trabajo; de ellos, la estadística oficial no da información sobre gravedad de las víctimas.

Málaga se sitúa como la quinta provincia con más accidentes de tráfico vinculados a la actividad profesional de España, según el estudio 'Evolución de la siniestralidad laboral vial en el periodo 2005-2009' de Fundación Mapfre. Se producen menos accidentes desde que comenzó la crisis, pero eso es debido «sencillamente, a que hay menos gente trabajando», según Agustín Galdón, uno de los autores del informe. «El índice de incidencia de los percances de tráfico apenas ha variado, mientras que en otros tipos de siniestros laborales sí lo ha hecho por las medidas de prevención aplicadas», añade.

Precisamente, los accidentes viales son los que más mortalidad provocan, pese a representar solo el 10% del total de percances laborales con baja. El 25% de las víctimas graves son por siniestro de tráfico y el porcentaje se eleva aún más en las mortales, hasta el 35%. De hecho, en un sector como el de la construcción son más los trabajadores fallecidos en accidentes de tráfico que por riesgos aparejados a la propia actividad.

Es difícil luchar contra esta faceta de la siniestralidad laboral. Para empezar, las empresas cuya actividad no está directamente relacionada con el transporte no suelen ser conscientes de su responsabilidad. «Hasta ahora, se han centrado en combatir los riesgos inherentes a su actividad. Pero todos sus trabajadores van y vienen a trabajar en coche y muchos además usan el automóvil como herramienta de trabajo», explica el experto de Mapfre.

También incide otro factor evidente: quitando aspectos como el mantenimiento de los vehículos de empresa o el respeto de los tiempos de descanso, buena parte de la labor preventiva en esta faceta de la siniestralidad recae sobre el propio trabajador. «De nada sirve que la empresa se involucre en combatir este tipo de riesgos si el empleado no se compromete con su propia seguridad, porque al final él va solo en el vehículo», afirma Agustín Galdón.

Bonificaciones

En vista del elevado número de víctimas que provoca, el Gobierno ha intentado implicar a las empresas en la reducción de la siniestralidad laboral vial. Y lo ha hecho anunciando bonificaciones en las cotizaciones de la Seguridad Social a las empresas que desarrollen planes de movilidad y seguridad vial.

Sin embargo, en Málaga ni la Inspección de Trabajo -dependiente del Gobierno central- ni el Centro de Prevención de Riesgos Laborales -de la Junta- tienen en marcha actuaciones específicas dirigidas a prevenir los accidentes laborales en carretera, como por ejemplo el asesoramiento a empresas que deseen elaborar planes de movilidad o campañas de concienciación. A preguntas de este periódico, sus portavoces respondieron que la siniestralidad laboral vial «no está marcada como prioritaria» y que solo se actúa para investigar responsabilidades cuando se produce un accidente.