«La inserción laboral de los discapacitados existe solo sobre el papel»

-¿Qué es lo que le unió a usted con la asociación hace 22 años?

-Tenía un hijo con discapacidad. Estuvo en un colegio en Málaga, después en otro en Marbella que desapareció, así que acudimos a la sede de Aspandem en San Pedro, en aquellos años la única que tenían. A raíz de aquello ingresé en la junta directiva como vocal y después me nombraron vicepresidente.

-¿Qué líneas marcarán su gestión?

-Continuaremos con las mismas directrices del anterior presidente, pero como van surgiendo cambios en las costumbres y las exigencias de la sociedad hay que ir amoldándose a ellas. Ahora, precisamente, hemos pasado varios filtros de calidad. Al ser un centro que depende de la Junta de Andalucía, no solo tenemos que dar cuenta de las cantidades sino de la calidad de los servicios.

-¿Le ha sorprendido la marcha del anterior presidente?

-Me ha sorprendido bastante porque la labor y la responsabilidad de un presidente de Aspandem es superior al cargo que le puedan dar en el futuro. Incluso, le diría que mucho más bonita. La persona llena más que tener un cargo público y más si es político. Pero cada uno tiene su vida.

-La futura inauguración de la Residencia de Personas Gravemente Afectadas en El Ingenio será un hito después de 15 años de lucha ¿Cuándo se pondrá en marcha?

-Tenemos la obra casi terminada. En nuestro centro atendemos actualmente a 24 chicos gravemente afectados que pasarán a la residencia, con capacidad para 51 plazas. Cuando se ponga en marcha, que espero que sea dentro de un par de meses, Aspandem sufrirá un aumento de trabajo y de personal, al menos, de unos 60 empleados más entre logopedas, psicólogos, enfermeros...

-¿Cómo se elegirá a ese personal?

-A través del currículum. Incluso a un simple monitor se le exige una serie de conocimientos.

-¿Las plazas serán concertadas?

- Todas ellas. Hay mucha necesidad de este tipo de plazas en toda Andalucía. Cuando se vaya abrir ya estarán todas ocupadas.

-¿Qué servicios prestará?

-Además de encargarse de la estancia permanente de las personas gravemente afectadas, tendrá una Unidad de Respiro para las Familias durante el fin de semana. Como complemento vamos a poner un servicio de limpieza de coches y una lavandería para favorecer la inserción laboral de los chavales y que vayan tomando contacto con el mundo laboral.

-¿Qué patologías tienen estas personas?

-Nos encargamos de todos aquellos con discapacidad no solo mental sino física.

-¿Hay mayor sensibilidad de las empresas para favorecer la inserción laboral de estas personas?

-Eso es un caballo de batalla. Hay muchísimas empresas que todavía se resisten a dar trabajo a estas personas. Algunas prefieren darnos dinero antes que emplearlo. Según la ley, las empresas de más de 50 trabajadores tendría que tener un par de ellos acoplados a su plantilla, pero hay que luchar mucho para conseguir eso. La inserción laboral de estas personas está solo sobre el papel.

-¿A qué otros problemas tiene que hacer frente la asociación?

-La financiación, conseguir la diferencia entre lo que nos da la Junta de Andalucía, que es un 60 por ciento de los costes. Tenemos un vivero hermoso, que la gente empieza a conocer y en el que los chicos ponen los esquejes. Poco a poco estamos vendiendo, muchas veces a otros invernaderos, pero otras veces tenemos que tirarlas porque no tienen salida. Este año hemos firmado con el Ayuntamiento un tercer convenio por el que nos compran plantas y que nos gustaría ampliar. También hay una señora en el baratillo de San Pedro Alcántara que se dedica a recoger ropa de particulares para venderla y todo lo que recauda nos lo da a nosotros. Además, contamos con la ayuda de otros colectivos como la Clínica Buchinger.

-¿Cree que la Ley de Dependencia es una norma eficiente o hecha para la galería?

-Para la galería no, pero esa ley salió sin tener una madurez financiera para poder cubrir las necesidades existentes.

-Películas como las del malagueño Pablo Pineda 'Yo también' ahondan en las relaciones de parejas entre personas discapacitadas ¿En la vida real son factibles?

-Se dan muchos casos. Nosotros tenemos dos. Tienen su piso y viven tan a gusto.

-Dependerá del grado de dependencia.

-Claro, depende de la capacidad mental y la libertad personal que puedan tener.

-¿Y si vienen los hijos? Hay personas que tachan esta actitud de irresponsable.

-Si tienen capacidad, creo que tienen la personalidad propia como para desarrollar su vida personal y social. Lo que pretendemos precisamente nosotros es normalizar ese tipo de vida para que ellos, poco a poco, se puedan ir acoplando al mundo real y vivan como todo el mundo.

-Para alcanzar esa vida normal, la actitud de los demás es fundamental.

-Efectivamente. Y ahora está algo más concienciada que antes, cuando estos chicos estaban recluidos en habitaciones y la sociedad no los admitía. Se está avanzando en la idea de que la discapacidad es una cosa que existe y que la tenemos que admitir.