Málaga world
Joaquín Peña-Toro, digno heredero de 'El estilo del relax'. Y la Junta de Andalucía se sube al carro de los verdiales
ANTONIO JAVIER LÓPEZhttp:
Domingo, 26 de diciembre 2010, 02:44
Gira una esfera. Está hecha con retales de días pasados. Días dorados. Recortes de postales de la Costa del Sol. Fragmentos de sueños rotos. ... El globo se mueve mientras recibe un haz de luz y, como tiene la superficie plastificada, escupe un crisol de estrellas. Ese foco proyecta sobre la pared otras estampas de tienda de 'souvenir', pero en el centro queda la sombra de la pelota. Y así la esfera refleja y traga luz. Se convierte al mismo tiempo en bola discotequera y agujero negro. La hermosa paradoja de 'Málaga World', la instalación de Joaquín Peña-Toro que resume con delicada crudeza qué ha sido de nuestro pasado más espléndido y oscuro. El glamour ensombrecido por el polvo avaricioso del ladrillo. Pero el mundo sigue girando. Y la bola, mecida por la voz de La Voz.
Frank Sinatra para dar la bienvenida a 'Suite Sinatra', un título evocador para la exposición de Peña-Toro, una de las más interesantes de las que afloran estos días como setas navideñas en el paisaje urbano de la ciudad. Suenan 'I got you under muy skin', 'Fly me to the moon', 'Somewhere beyond the sea'. Sinatra en el Hotel Pez Espada de Torremolinos. Dos días de septiembre. 1964. Rodaje de 'El coronel Von Ryan'. Una chica demasiado lista, un lío que termina en la comisaría, 25.000 pesetas de multa. El divo y su séquito ponen tierra de por medio. Dejan destellos dorados, la mejor publicidad y cuatro pistolas. Las encontró el servicio de habitaciones. Las prisas. ¿Armas reales o atrezzo?
Ha querido la casualidad que Joaquín Peña-Toro y esta 'Suite Sinatra' lleguen justo a tiempo para presentarse como dignos herederos de 'El estilo del relax', escrito hace 23 años y recuperado ahora. Ampliado con 'El relax expandido'. Lo decíamos ayer, dos libros que reivindican sin prejuicios la arquitectura -cierta arquitectura- de la Costa del Sol. El litoral de la provincia como primera representación articulada de la estética vacacional. La imagen del progreso. El descanso como nueva industria. La sociedad del espectáculo. Pajares y Esteso. La jet set. El landismo. Los Rolls Royce. Los biquinis. Puerto Banús. Las suecas. Peña-Toro extrae algunos encuadres urbanos de la mole costera y hortera. Y así, a solas, estos edificios ofrecen su extraña belleza.
Aquella Costa del Sol encendió la bombilla turística que nos sigue alumbrando la cartera. Una llama que quieren avivar en la Consejería de Cultura, enfrascada en la venta de cualquier manifestación cultural que pueda meterse en el paquete (con perdón) de un agente de viajes. Ahora han descubierto los verdiales. Llevan ahí desde los romanos. O antes. Pero en la Consejería se han dado cuenta de que, hasta la fecha, ese frente ha estado capitalizado por los ayuntamientos y la Diputación Provincial. Porque se lo ha ganado. Porque son ellos los que han apoyado la fiesta. Ahora la Consejería declara los verdiales Bien de Interés Cultural. Dice que lo llevará a los colegios. Curioso. Porque en la provincia ya funcionan 34 escuelas de verdiales sin demasiado apoyo de la Junta. Las financian los ayuntamientos y la Diputación Provincial. Allí estudian, según sus promotores, un millar de jóvenes.
Y esa cifra, los mil alumnos, debería mover a la reflexión, sobre todo entre los modernos. Los verdiales arrastran una imagen vinculada a la tradición ancestral, un asunto de señores y señoras de piel ajada. Una media verdad. Cualquier gafapasta puede viajar miles de kilómetros, chuparse sus buenas horas de avión y aeropuerto, llegar al otro confín del orbe y encontrar una danza extraña, una música estridente y una voz rota. Y le parecerá lo más. Y será difícil que ponga el pie en una venta para dejarse ensordecer por una panda. No sentirá el reflejo de los espejos del sombrero de cintas. Destellos. La esfera de Joaquín Peña-Toro. El pasado que gira. Y vuelve. Torremolinos y Almogía. La Carihuela y el Lagar de Torrijos. Eso es de catetos. Otro mundo. Málaga World.
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