Ana García Puyol: Una arquitecta del siglo XXI en la cuna de los rascacielos
Fue primera de su promoción y, tras ganar un concurso internacional, se ha especializado en diseño computacional
Nuria Triguero
Domingo, 8 de noviembre 2015, 00:57
Ana ya fue noticia en este periódico cuando ganó un concurso internacional para construir una casa sostenible en Japón. Lo hizo en 2013 mientras estudiaba ... un máster en la Universidad de Harvard gracias a la beca Talentia. Participaban 12 universidades de 11 países y el equipo de la arquitecta malagueña pudo ver su diseño, llamado Horizon House, hecho realidad durante una estancia en Japón. En Harvard fue además donde se especializó en diseño computacional, una disciplina a caballo entre la arquitectura y la informática que permite desarrollar las herramientas tecnológicas con las que trabajan arquitectos e ingenieros. Esta especialización le brindó el trabajo que desarrolla desde hace 14 meses en el estudio Thornton Tomasetti de Nueva York. Ahora está desarrollando un proyecto de I+D que implica el dispositivo de realidad virtual de Google, Cardboard.
Ana vive en Brooklyn, «el barrio más hipster de Nueva York», y lo que peor lleva es los 40 minutos que tarda en ir o volver del trabajo. «Esta ciudad es un estrés. Mucho ruido, mucho tráfico y la gente no es demasiado abierta», confiesa. Además, le chocan mucho «las desigualdades sociales». No obstante, aprovecha la parte positiva de la Gran Manzana: «Todos los días hay un evento, un concierto, una exposición o algo nuevo que hacer». ¿Se ve allí dentro de cinco años? «Si puede ser en un lugar más templado, mejor», confiesa.
La mayor de las hermanas García Puyol fue la primera de su promoción, que además fue la primera que salió de la Escuela de Arquitectura de Málaga. Las buenas notas son sólo uno de los rasgos que comparte con su hermana melliza: Ana sacó un 9,83 y María un 9,73 en Selectividad. A las dos les gustan los viajes, los idiomas, el piano, las mismas películas y series (son fanáticas de Friends), la misma música, la programación... ¿Se diferencian en algo aparte de en la profesión? «En la mano en que llevamos el reloj, por ejemplo. Y María es más paciente que yo», reconoce Ana.
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