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Mitos y realidades sobre el ahorro de combustible en los coches

Mitos y realidades sobre el ahorro de combustible en los coches

Algunas buenas prácticas ayudan a reducir el consumo, pero otras pueden incluso dañar el motor

Ignacio Lillo

Sábado, 18 de octubre 2014, 01:22

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Con el precio del gasóleo por encima de 1,30 euros por litro y el de la gasolina de 95 octanos rondando 1,40 euros, es normal que los ciudadanos se preocupen por el consumo de sus coches y busquen fórmulas para que el depósito les cunda. Los mecánicos reconocen que hay fórmulas sencillas para ahorrar combustible, pero también advierten de que hay determinadas prácticas que pueden causar daños al motor. Los siguientes consejos son básicos y pueden servir para lograr una conducción más eficiente, sea cual sea su modelo.

1.- Mantener la buena presión de los neumáticos

Es el consejo más sencillo y barato (generalmente, gratis), aporta seguridad y reduce mucho el consumo. Cuando las ruedas están blandas el gasto se dispara, porque el coche tiene que hacer un esfuerzo extra para andar. Simplemente, cada dos semanas, cuando pase por la gasolinera compruebe la presión de los neumáticos y ajústela a la que indique el fabricante. Si no la sabe, la media para los turismos suele ser de unos 2,5 bares. Se hace en cinco minutos, aunque es conveniente que lleve a mano pañuelos de papel o guantes de plástico (los mismos del autoservicio de la gasolina) para evitar la grasa. A cambio, se puede ahorrar muchos euros.

2.- Arrancar sin acelerar y pisar el embrague

Por muy frío que esté el motor, en vehículos más o menos modernos debe poder arrancarse sin necesidad de acelerar. En caso contrario, es posible que exista algún problema. En todos los casos, tanto por seguridad como para alargar la vida del motor es conveniente pisar el embrague durante la puesta en marcha.

3.- La primera sólo sirve para empezar a moverse

La primera se usa para hacer las maniobras y para poner en marcha el vehículo. Una vez que el coche anda ya se puede pasar a segunda. Cada motor pide' el cambio de marcha a partir de una determinada velocidad (unos 10 km/h, más o menos). Circular en primera cuando no es necesario multiplica el gasto.

4.- Cambiar de marcha a bajas revoluciones

A partir de la segunda, los cambios de marcha se deben hacer a bajas revoluciones. Como término general, y sin entrar en los casos particulares, los expertos recomiendan circular entre 2.000 y 2.500 revoluciones por minuto en los de gasolina; y entre 1.500 y 2.000 en los diésel. Si se toma como referencia la velocidad, hay una regla memotécnica que vale para la mayoría: la tercera puede entrar a partir de los 30 km/h; la cuarta, de los 40 km/h, la quinta a partir de los 50 km/h y la sexta (si tiene), de los 60 km/h. Muchos coches modernos ya indican al conductor en el cuadro de mandos cuándo cambiar, y al conducirlos sorprende que lo piden normalmente antes de lo que la mayoría está acostumbrado.

En cambio, hay que tener cuidado con esta práctica y no abusar, sino buscar un término medio. Y es que circular con el motor a excesivamente bajas revoluciones puede traer averías. En el caso de los diésel afecta a la válvula EGR, que acumula más carbonilla y reduce mucho su vida útil. En los de gasolina se daña el catalizador y el filtro de partículas. Además, es posible que por todo lo anterior no pase la prueba de gases de la ITV. Por tanto, hay que acostumbrarse a llevar el coche a unas revoluciones tales que el coche responda al pisar el acelerador, y por supuesto, sin que dé tirones.

5. Conducir sin acelerones, a velocidad uniforme

Aunque a muchos conductores les gusta de vez en cuando sentir la potencia del motor, evitar acelerones y frenazos innecesarios ayuda mucho a ahorrar. Si tiene ordenador de a bordo verá que en ciudad, por mucho que a veces suba por encima de 50 km/h, con la parada en los semáforos la media real de cualquier recorrido se queda en torno a 20 km/h. Por tanto, circular a la máxima permitida (o menos) en zona urbana sale realmente muy rentable. La mejor manera de acercarse a un semáforo es hacerlo de forma progresiva, suavemente, y no de forma brusca.

6.- Si pisa a fondo el coche consume mucho más pero no corre mucho más

Se debe conducir con el pedal pisado a un poco más de la mitad de su recorrido, pero no a fondo. Ir a tope hace que el motor consuma mucho más, pero no corre mucho más. O sea, se está haciendo un gasto inútil de combustible para ganar unos pocos km/h.

7. Subir cuestas en marchas largas

En carreteras con pendiente, como por ejemplo las subidas hacia los Ronda Este desde El Limonar y Olletas o el tramo de la autovía en la zona de Arroyo de la Miel, a veces tenemos la sensación de que el coche no va a tirar y bajamos de marcha antes de tiempo, lo que multiplica el consumo. Salvo en propulsores muy pequeños, la mayoría de vehículos modernos soportan bien las pendientes en cuarta (o incluso en quinta). Siempre que el motor responda al acelerador (sin necesidad de pisar a fondo) es mejor dejarlo que suba sin cambiar. Si nota que se viene abajo, no responde o tironea, bajar una marcha inmediatamente.

8.- Bajadas por inercia

Cuando el vehículo descienda, lo mejor es ponerlo en la marcha más larga posible y dejarlo rodar por inercia, sin acelerar. Se pueden llegar a recorrer cientos de metros gratis. En cambio, si la rampa obliga a parar al final (salida de la autovía del Limonar) es mejor bajar en tercera o cuarta para que el motor retenga y así se evita un mayor desgaste de los frenos.

9. Qué hacer en un semáforo y en una caravana

Una duda habitual, sobre todo tras la irrupción de los sistemas Start-Stop, que lo hacen de forma automática, es si se debe apagar el motor en los semáforos para ahorrar. La respuesta es no, porque no es comparable la tecnología de los coches con esta herramienta que los que no la tienen. En un coche sin este equipamiento, no solo no se ahorra sino que se arriesga a descargar la batería y a romper el motor de arranque.

Muy distinto es el caso de un atasco, especialmente en verano. El consumo medio de un motor al ralentí es de 0,5-0,7 litros por hora. Si prevé que el vehículo va a estar parado durante más de un minuto lo mejor es apagarlo. Además del ahorro, evitará un posible calentón y otros daños.

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