Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria asediada por Estado Islámico y Al-Qaida

Controlada por el régimen, la ciudad de la que han desaparecido los periodistas españoles Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre está sufriendo los ataques de los milicianos de los grupos terroristas desde diversos frentes mientras las fuerzas gubernamentales y sus milicias aliadas hacen lo posible por no perder una urbe estratégica tanto por su situación en el noroeste del país como por su importancia como gran núcleo de población -antes del inicio de la guerra, era la ciudad más poblada-.

Hasta hace pocos días, las fuerzas del Frente Al Nusra que luchan por entrar en Alepo mantenían cortada la mayor parte de los suministros de agua y de electricidad de la localidad, en un intento por aumentar la presión contra los combatientes gubernamentales que resisten en la ciudad, según ha informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Con sede en Londres y con una amplia red de informadores sobre el terreno en Siria, el Observatorio se ha convertido una fuente de información en un país en el que los dos bandos enfrentados, los rebeldes y el régimen, no permiten el trabajo de la prensa internacional ni local.

El cierre de los suministros de agua por parte de la rama local de Al-Qaida ha obligado a muchos residentes de Alepo a consumir agua no tratada o a recurrir a suministros de emrgencia. La principal planta de agua de la zona está en manos del Frente Al Nusra y su gestor exigió al régimen de El-Asad que reactivara el suministro eléctrico si quería que la ciudad volviera a tener agua, según informa Reuters.

Los bandos enfrentados en Siria han empleado en diversas ocasiones el acceso al agua y a la electricidad para arma de presión. Alepo era la ciudad más poblada de Siria y uno de sus principales puntos comerciales antes de que comenzara la guerra en 2011. Destrozada en muchas de sus zonas, Alepo sigue siendo uno de los principales campos de batalla entre las fuerzas de Al Assad y los grupos rebeldes y terroristas.