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El río Guadalmedina se cubrió de nieve
El día que Málaga capital se despertó con -3,8º

El día que Málaga capital se despertó con -3,8º

Al despertarse, los malagueños se encontraron con la ciudad cubierta por un manto de nieve el 3 de febrero de 1954

Ángel Escalera

Martes, 17 de enero 2017, 18:00

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El 3 de febrero de 1954 ha pasado a la historia como el día en que nevó en Málaga. Un manto blanco cubrió los tejados de las casas y grabó su huella en las calles. Fue un acontecimiento inusual que sorprendió gratamente a los malagueños, que al levantarse y asomarse a las ventanas o salir a la calle observaron imágenes que nunca habían visto. La nevada se produjo de madrugada. Hay que trasladarse a febrero de 1882 para encontrarse con una situación parecida, año en que también nevó en la capital malagueña, pero con menor intensidad.

Ese inició de febrero de 1954 fue especialmente crudo en toda España. El frío se adueñó del país. La consecuencia de la bajada de las temperaturas fue la aparición de la nieve. Pocas ciudades se libraron de recibir una lluvia de copos. Ese fenómeno atmosférico llegó a Málaga, pero también a localidades como Écija (la sartén de Andalucía). La nevada se extendió por toda la provincia malagueña, incluidos municipios costeros como Marbella y Estepona. En el caso de Málaga capital, la temperatura máxima ese día fue de 5 grados, mientras que la mínima se situó en los 0,6 grados.

Más allá de los resbalones que provocaron diversas costaladas y del hundimiento de algunas techumbres, no se registraron incidentes de relevancia en la ciudad. Eso sí, el cauce del río Guadalmedina se congeló. Los mayores daños de la nevada los soportaron los agricultores. Los cultivos se vieron muy afectados; se perdió la cosecha de cítricos, almendras y hortalizas.

Una estampa inusual

En la información que publicó SUR sobre tan inusual noticia se decía que «muchísimas familias ignoraban que había nevado en Málaga»: se enteraron al abrir los balcones de sus domicilios o salir a la vía pública. Los que más disfrutaron fueron los estudiantes (se suspendieron las clases), que recorrieron las calles haciendo bolas de nieve. Hubo verdaderas batallas entre grupos de chavales. Los malagueños fueron de un lugar a otro de la ciudad contemplando cómo la nieve había cubiertos lugares como el Parque, el entorno de la Catedral o los jardines de Puerta Oscura. La visión de los centenarios arboles de la Alameda cubiertos por bolas que parecían de algodón fue espectacular, así como la vista de la ciudad desde las zonas más altas.

Entre los efectos negativos de la nevada hay que citar el hundimiento del garaje Pariente, situado en la calle Comedias. Igualmente, se vino abajo el techo del teatro-circo Chino, sito en el pasillo de Santo Domingo. Varias personas fueron atendidas en las casas de socorro después de una caída. El bombero Antonio Fernández Sánchez sufrió una herida en la región occipitoparietal derecha tras la lucha con pelotas de nieve que mantuvo con el buzo Valentín Durán Jiménez.

Numerosas localidades de la provincia se enfrentaron a «un imponente temporal de nieve», según testimonios de los corresponsales de SUR de esa época. Nevó en toda la costa. La borrasca fue muy intensa en Marbella y Estepona, así como en la zona del Guadalhorce, lo que trajo consigo la crecida del río y de sus afluentes.

En Campanillas, Coín, Álora y hasta en las mismas puertas de Málaga, la nieve acumulada alcanzó casi un metro de espesor, circunstancia que dificultó las comunicaciones por carretera. En Ronda, el temporal fue de bastante consideración. Las temperaturas descendieron varios grados bajo cero en la zona de Antequera. En general, hubo cortes del suministro eléctrico y de las líneas telefónicas.

Los que hicieron su agosto particular en febrero fueron los laboratorios fotográficos, a los que los ciudadanos acudieron a revelar numerosas instantáneas que plasmaban imágenes de la nevada. Fue un acontecimiento que aún recuerdan las personas de más edad y que no se ha vuelto producir en Málaga capital en los 61 años transcurridos desde entonces.

Málaga amaneció cubierta de nieve el 3 de febrero de 1954. Fue un hecho excepcional que causó un fortísimo impacto entre los malagueños. En esta foto se aprecia a un grupo de personas lanzándose bolas de nieve en los alrededores del Teatro Romano y la Alcazaba.

Los jardines de la Catedral se cubrieron de un manto blanco, para regocijo de la chavalería, que no desaprovechó la oportunidad de jugar con pelotas de nieve. Los niños fueron los que más disfrutaron de un acontecimiento tan inusual en Málaga capital, donde no había nevado desde febrero de 1882.

El campo malagueño resultó afectado por el temporal de nieve. Se perdieron las cosechas de cítricos, almendras y hortalizas. Los agricultores sufrieron las consecuencias de la nevada.

Los jardines de Pedro Luis Alonso, en las inmediaciones del Ayuntamiento, fueron uno de los lugares preferidos por los malagueños para disfrutar de la nieve y jugar con ella. El frío no fue óbice para pasear y ver imágenes nunca presenciadas antes en una ciudad que cambió sus habituales colores por el blanco.

Imagen de la carretera de Cádiz; de fondo se aprecian los montes nevados y en primer plano hay un cartel que anuncia la entrada en Málaga.

El río Guadalmedina se heló y se cubrió de nieve. Como se ve en la instantánea, el habitual cauce seco del río, tiene un aspecto que recuerda más a ciudades norteñas que a una Málaga que siempre se ha caracterizado por su clima benigno y sus temperaturas agradables en invierno.

La nevada no hizo distinciones y se repartió ecuánimemente por toda la ciudad, lo que permitió que el comentario generalizado en todos los barrios fuese un acontecimiento que no se esperaban los malagueños. En esta imagen se ve cómo estaba la avenida de Santa Rosa de Lima, que como se aprecia, contaba con pocos edificaciones en 1954.

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