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Antigua portada del convento de Agustinas que da acceso al pasaje.

Pasaje Chinitas

Nunca fue un barrio ni nació como tal. Sin embargo, al poner en comunicación cuatro calles inmediatas —Santa María, plaza de la Constitución, Fresca y Toril—, creó, en el centro, una especie de isla urbana con singularidad propia y muy definida personalidad. Se llamó en principio pasaje de Alvarez, pero la existencia del Café de Chinitas pudo con tal nombre.

SUR

Domingo, 28 de septiembre 2014, 00:30

Cuando en el año 1937 las autoridades malagueñas decidieron cerrar definitivamente el popularísimo Café de Chinitas, poniendo concluyente stop a sus genialidades artísticas y taberneras, ... no estaban clausurando un infecto local cuya sentencia de muerte llevaba cantada un decenio, sino que tal cerrojazo administrativo-policial significaba echar el candado a un templo de arte popular tan famoso por sus espectáculos últimos como por sus notables escandaleras. Café cantante a medio camino entre el lupanar y el escenario galante de las noches locales de las precedentes cuatro décadas del siglo XIX y otros tantos del presente, el local había escrito una larga y controvertida crónica social de la que sobresalieron a partes iguales monumentales trifulcas, inmoralidades escénicas y situaciones navajeras.

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