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Un momento de la protesta de ayer ante el edificio de Servicios Múltiples, sede de la Delegación de Educación. :: nuria faz
Padres y madres contra el amianto

Padres y madres contra el amianto

La presencia de este material perjudicial para la salud en muchos colegios e institutos moviliza a las familias

MIGUEL NAVAS /FRANCISCO GUTIÉRREZ

Miércoles, 18 de mayo 2016, 01:12

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La presencia del amianto o fibrocemento -comercializado como Uralita- en muchas construcciones escolares, sobre todo cubiertas de edificios o de instalaciones deportivas, sigue movilizando a padres y madres de alumnos, que consideran que puede ser perjudicial para la salud de sus hijos e hijas y reclaman una vez más la eliminación de estos materiales. Sin embargo, desde Educación se aseguró que las mediciones realizadas en algunos centros indican que no hay contaminación ambiental y, por tanto, los colegios son seguros.

Varias asociaciones de padres y madres protestaron ayer ante el edificio de Servicios Múltiples en busca de una solución a un problema que, denunciaron, pone en riesgo la salud de sus hijos.

Uno de los centros con amianto es el CEIP José Calderón, de Campanillas. «Desde 2008 la Junta está al tanto del problema», aseguró Francisco Jara, presidente de la AMPA. Junto a los representantes escolares, la concentración contó también con la presencia de varias organizaciones que luchan contra este problema, como la Plataforma Málaga Amianto Cero, cuyo presidente, Francisco Puche, consideró que «los niños son más vulnerables, ya que están más expuestos y todavía se están formando corporalmente».

Otros colegios e institutos con amianto visible están en localidades como Antequera, Cártama, Churriana, Coín, Algarrobo, Vélez-Málaga, Fuente de Piedra o Torremolinos. No obstante, desde la plataforma Málaga Amianto Cero reconocieron que es imposible saber cuántos colegios pueden estar afectados, ya que hay casos en los que este material no es visible.

La secretaria de la AMPA del José Calderón, Mari Ángeles Guzmán, acusó a la Administración regional de prolongar este problema, y recordó que el Parlamento Europeo decretó 2028 como fecha límite para eliminar el amianto de todos los edificios. «Estamos ya en 2016 y no están haciendo nada, se van a quedar sin tiempo», advirtió. Como el José Calderón, son muchos los centros escolares donde está presente el amianto, un material con una vida útil de 20 a 50 años, por lo que es ahora cuando pueden empezar a notarse los posibles efectos perjudiciales sobre la salud.

Material cancerígeno

En este sentido, fuentes médicas consultadas por SUR dijeron que el amianto es cancerígeno. Está relacionado con el mesotelioma (cáncer de pleura) y con el tumor de pulmón. Aunque la uralita tiene amianto, el mayor riesgo se produce en las personas en cuyo trabajo manipulan amianto. Por eso, ese padecimiento está considerado una enfermedad laboral. «Como consejo general, es mejor retirar los techos de uralita, pero no hay que crear alarma. El peligro se produce cuando hay un contacto directo con el amianto», señalaron la fuentes médicas.

Mediciones negativas

La Delegación de Educación quiso tranquilizar a las familias, asegurando que todas las mediciones que se han realizado en distintos centros donde hay este material han sido negativas. La consejería de Educación tiene establecido un protocolo para los casos en los que se detecta la presencia de amianto o fibrocemento en los centros educativos. Este protocolo indica que empresas externas especializadas realicen mediciones de la cantidad de fibrocemento en el aire. «En todos los casos dichas mediciones han resultado negativas e inferiores a las cantidades establecidas en la normativa», aseguraron. En el caso concreto del José Calderón, dos empresas externas, un laboratorio y una empresa especializada en patología estructural, han realizado mediciones de la cantidad de fibrocemento en el centro educativo. Tras estos análisis realizados, las empresas han determinado que el ambiente está libre de amianto, que no existe riesgo de contaminación en el entorno de las cubiertas y el uso del centro es seguro. «Las familias disponen de copias de dichos informes y técnicos de esta Delegación han mantenido diversas reuniones al respecto con las mismas», puntualizaron.

La normativa que prohíbe la fabricación, comercialización y uso de los productos que en su composición contengan amianto no establece la obligatoriedad de la retirada de los productos ya instalados ni da un plazo para dicha eliminación, salvo el que se refiere al final de la vida útil de dichos materiales. No obstante, desde Educación aseguraron que «cuando se hace alguna intervención en un colegio, sea para lo que sea, y esa infraestructura tiene elementos de amianto, se sustituye de oficio».

Aun así, insistieron en que «la mera presencia de fibrocemento en elementos constructivos de los centros escolares no debe ser un motivo de alarma para la comunidad educativa. Sólo si el material se manipula, perforándolo o cortándolo, o en menor medida si se rompe, puede haber riesgo de desprendimiento de partículas de amianto».

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