Cuando los Reyes Magos iban a caballo en Málaga
La primera cabalgata se celebró en 1923. El cortejo partió del Parque y fue a la Casa Cuna y al Hospital Civil para entregar juguetes a los niños ingresados
Ángel Escalera
Domingo, 3 de enero 2016, 01:02
La iniciativa para crear una cabalgata de Reyes Magos en Málaga partió de una comisión ciudadana. Estaba integrada, entre otros, por Narciso Díaz de Escovar, ... cronista de la ciudad y escritor; Narciso Briales, alcalde de Málaga; Antonio Baena, presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa; Eduardo León, presidente de la Diputación Provincial, y Francisco Palma García, escultor e imaginero. El que más trabajó para que la idea fructificase fue Díaz de Escovar, que por su cargo de delegado de Primera Enseñanza tenía mucha relación con el mundo de la infancia.
Los desvelos de la comisión ciudadana se vieron recompensados en enero de 1923 con la primera cabalgata de Reyes. Como recoge el historiador malagueño Elías de Mateo Avilés en su libro 'Breve historia de la cabalgata de Reyes en Málaga', el cortejo se formó en el Parque, junto al Ayuntamiento, de donde partió para recorrer la ciudad. Hizo dos paradas obligadas: en la Casa Cuna, situada en la calle Ollerías, y en el Hospital Civil. En ambos centros los Magos de Oriente entregaron juguetes a los niños que había ingresados. No debe olvidarse que la finalidad principal de la cabalgata era dar regalos a los pequeños sin hogar o con familias que carecían de recursos económicos.
La comitiva la componían una sección de la Guardia Civil, cinco heraldos a caballo, la banda de cornetas y tambores de la Cruz Roja, una pastoral, una carroza con forma de zapato, tirada por dos bueyes y en la que iba niños disfrazados, otra que representaba un árbol navideño, la banda de cornetas y tambores de los excursionistas y la banda municipal de música. Como los fondos disponibles eran más bien escasos, los Reyes no cruzaron la ciudad en camellos ni en carrozas, sino montados en caballos.
La iniciativa de la comisión ciudadana no tuvo la continuidad deseada. Así, en 1926 hubo una pequeña cabalgata por el barrio de Capuchinos. A partir de 1928 el cortejo de Reyes Magos volvió a salir a la calle. Esta vez el artífice fue un sacerdote, el padre Estébanez, que dirigía la Sagrada Familia, un centro ubicado en la calle Álamos, de donde partió el desfile. Durante esos años, los Magos acudieron a varios centros donde había internados niños para llevarles juguetes y ofrecerles unos momentos de alegría en su dura existencia diaria.
La llegada de la II República supuso un parón para la cabalgata. A lo largo de ese periodo el Ayuntamiento entregó regalos a los alumnos de las escuelas públicas. Habríá que esperar a 1940, una vez terminada la guerra civil, para recuperar la cabalgata, de cuya organización se encargaron la Falange y el Frente de Juventudes. En los años cuarenta los Reyes iban a lomos de caballos prestados por el Ejército.
El belén viviente en la Alcazaba
Juan Temboury, que era delegado de Cultura, consiguió en 1947 que la cabalgata llegase a un belén viviente que se instalaba a los pies de la Alcazaba. Allí los Magos de Oriente adoraron al Niño Jesús. A finales de los años cincuenta empezaron a situarse sillas para presenciar el desfile. De ese menester se encargó la Agrupación de Cofradías, que también designaba a la persona que encarnaba al rey Gaspar.
Las casas comerciales asumieron el compromiso, en los años sesenta, de dotar de carrozas al cortejo, que adquirió un tinte muy publicitario. La cabalgata empezó a mejorar y potenciarse con la decisión del Ayuntamiento de organizarla. Ese hecho se produjo en 1983, con Pedro Aparicio como alcalde de Málaga. La comitiva aumento el número de integrantes y de carrozas. Su vistosidad fue mayor. Ya no era necesario que los Reyes fuesen a caballo. Lo que se ha mantenido sin cambios desde 1923 hasta la actualidad es la ilusión de los niños.
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